– ¡Con una altura de 5 pies (1'52/3 m) y un peso de 110 libras (50 Kg)! ¡MELIODAAAAAZ!– Estirando sus hombros, el nombrado sonrió, mirando a su albino contrincante.– ¡Y con una altura de 6'9 pies (2'10 m) y un peso de 170 libras (77 Kg)! ¡BAAAAAAN!– Con gritos y aplausos, ambos hombres se miraron a la cara, con sonrisas y bastante emocionados.
Y desde el lado de sus compañeros, Diane animaba con ferocidad a Meliodas, muy alegre y energética, denjando también que la joven albina entre sus pechos viera la pelea y animara si así lo deseaba. King miro a Diane con recelo, no gustándole mucho la idea de que animará tan cariñosamente a Meliodas, pero aún así, es también ánimo a sus 2 compañeros por igual. En cambio, detrás de esos 2, con su típico rostro carente de cualquier sentimiento y sus brazos cruzados, los ágiles y analíticos ojos de la pelinegra miraban a toda la multitud, escaneando uno por uno a alguna cara reconocida para ella o que pudiera poner en peligro la tapadera de sus compañeros y encadenará en un desastre. Frunciendo el ceño, miro a la lejanía, donde un pequeño grupo de 3 personas charlaban, 2 de ellos eran los Caballeros Sagrados que participaban en el festival y el 3ero era irreconocible por lo lejano que estaba aún para los habilidosos ojos de Némesis. Apartando la mirada, pero guardando esa información en su rápido cerebro, volvió a mirar la pelea entre 2 de sus compañeros varones.
– ¡Muy bien!– Ánimo el referí, saltando en su sitio.– ¡QUE COMIENCE LA PELEA!–
Dando inicio a lo que parecía ser una muy buena pelea, Ban y Meliodas se miraron con sonrisas en sus rostros.
Crujiendo sus nudillos, Ban mostró uno de sus afilados y blancos colmillos– ¿¡Que pasa contigo!?– Exclamó quieto– ¿No te emociona luchar contra mi?🎶– Canturreó, extrañado de la pasividad que mostraba su rubio capitán.
Meliodas solo colocó sus manos en forma de puños en sus caderas, estirándolas un poco– Así que perdedor si te noqueo fuera de este cuadrilátero...– Mencionó– Eso me recordará a aquella vez.
– ¿Aquella veeeeez~? Deja de hablar babosadas y dimeeee🎶.–
Meliodas sonrió un poco más, levantando sus manos al aire amigablemente– No te preocupes, lo recordarás pronto.–
Y en menos de la caída de una hoja, Meliodas le dirigió un izquierdazo Justo en el rostro al albino. El golpe fue tan fuerte que hizo que los pies del albino se arrastrarán hasta el borde del cuadrilátero, dejando su espalda fuera de este. Solto una carcajada.
– ¡Ahora recuerdo!🎶–
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