—No la quiero—no iba a tener algo como eso constantemente, incluso si era por mi propia seguridad.
—La necesitas—mi padre seguía insistiendo—la investigación se está volviendo peligrosa—en la oficina de mi padre se encontraba mi madre, Komaeda-sensei, Taiki, Kibou y alguien llamado Hajime Hinata, por lo que sabía era el padre de Taiki, era un hombre muy misterioso, sus ojos eran de colores diferentes—Hinata y Sayoshi también llevan pistolas—siguió mi padre, un recuerdo vino a mi, una sonrisa macabra, yo apuntaba con una pistola a esa sonrisa, jale del gatillo, sacudí mi cabeza al recordarlo y volví a la realidad, mi padre esperaba una respuesta.
—Mi respuesta sigue siendo la misma—toque la pistola con dos dedos y se la acerque a mi padre—no voy a llevar un arma.
El disgusto de mi padre era evidente, entendía muy bien su miedo, hace solo una semana Tsumiki-san y Arata habían sido atacados y no están muertos simplemente porque la persona que los atacó no quiso, al final a Tsumiki-san solo la habían noqueado y Arata lo habían drogado, la sangre que había estado en el piso del gimnasio era falsa, Tsumiki-san ya estaba trabajando otra vez y Arata volvía la próxima semana, eso solo había sido para pegarnos a todos el susto de nuestras vidas.
—Kyoko...—mi madre intento hacerme entrar en razón.
—No—interrumpi—no me van a hacer cambiar de opinión, ahora si no tienen nada más que decirme—me dirigí a la puerta, pero al intentar salir choque con alguien y caí de culo al suelo.
—Lo siento, no me fije bien—me disculpe mientras me paraba.
—No te preocupes—mire al frente, una mujer de ojos rojos y pelo plateado me sonreía, atrás de ella venía una cuántas persona, esa debía ser parte de la clase 77, Nanami-sensei y Nidai-sensei también se encontraban detrás.
—Si me disculpan—hice una pequeña referencia a mi padre y me retiré del lugar.Camine hasta llegar a la zona de los casilleros, abrí el mío y saqué mi bolso y metí el cuaderno de historia, para terminar el trabajo que nos había dejado Komaeda-sensei, era para el Lunes y ni siquiera lo había empezado.
Mire por la ventana el atardecer empezaba a ser visible, debían de faltar 90 minutos para que anochezca, era mejor ir rápido a la residencia femenina, si no las chicas de mi clase harían un montón de preguntas de donde había estado, eso fue lo qué pasó cuando tuve que investigar la semana pasada, tuve suerte que estuve un poco involucrada en ese caso, de no ser así no hubiera tenido una buena excusa para desaparecer así como si nada durante todo ese día y todo para mantener oculto mi título de Estudiante Detective Definitiva.
Cerré mi casillero y me dispuse a salir de la zona de los casilleros, ya en la puerta de la academia me topé con Angelica, que también venía saliendo.—Kyoko-san—Angelica se me acercó—¿nos vamos juntas?—ella sonrió.
—Okey—respondí, Angelica era la persona que más intentaba hablar conmigo, siempre intentaba que me incluyera en la clase, aunque a veces no lo lograba, la verdad es que no entendía porque insistía tanto en pasar tiempo conmigo, supongo que era mi amiga más cercana, si así puedo llamarla.
—Japón es increíble—soltó de repente Angelica mientras caminábamos.
—Nevermind—ella me miro—¿acaso no extrañas Novoselic?
—Si—respondió pensativa—pero me gusta Japón, claro que se que probablemente no voy a volver a ver a mi madre en un buen tiempo, pero me gusta estar aquí, ademas mi padre me prometió que me visitaría cada 2 meses—ella sonrió—a por cierto, solo dime Angelica.Seguimos caminando en silencio, no entendía porque mi padre quiso hacer las residencias para los estudiantes tan lejos de la academia, obviamente estaban en el mismo terreno, pero el terreno de Kibougamine era más grande que un parque de diversiones.
—Oye Angelica—la chica me miro—¿que te hace ser la Estudiante Princesa Definitiva?—ella parecía confundida con mi pregunta—me refiero a ¿que se supone que te hace ser más princesa que cualquier otra?—ella parecía pensar en su respuesta.
—La verdad no lo sé—se rasco un poco la mejilla—en mi posición como princesa eh aprendido más de 30 idiomas—¿30 idiomas?—hice un curso militar—¿curso militar?—siempre eh estudiando en mi palacio, tuve que estudiar política hasta el cansancio, aprendí a criar animales, practiqué ocultismo—¿eso tiene que ver con ser princesa?—estudie diferentes culturas, me enseñaron a buscar fósiles—¿fósiles?—también hice un curso de astronauta—¿astronauta?—tal vez alguna de esas cosas, la verdad es que yo también me pregunto que me hace ser más princesa que otras, bueno aunque tampoco es como si hubiera un montón de princesas por ahí, así que no tengo mucha competencia.
—Sin darle importancia a que haya no muchas más princesas—podemos darla las gracias a la evolución humana y a la desesperación por eso—eres increíble Angelica.
—Para nada—ambas reímos un poco—deberías conocer a mi madre ella si es una persona de admirar, me gustaría ser tan buena gobernante como ella algún día.
—Con tú entusiasmo y optimismo—saqué una pequeña mueca—estoy segura que alcanzarás esa meta—Angelica me miro aturdida un momento, después sus ojos adquirieron un brillo azulado y sin previo aviso me abrazo.
—Eres la mejor amiga que podría desear—estaba algo impresionada por el abrazo, pero al final lo correspondí y después nos separamos—¿Aun no has empezado el trabajo de historia de mitología egipcia?—negué con la cabeza—entonces vamos a mi departamento, nos tomamos un té juntas y empezamos la tarea, aun no anochece del todo, así que tenemos tiempo ¿te parece?
—Está bien—nos dirigimos hacia la residencia femenina.
En la entrada de la residencia Natsuki Komaeda estaba por subir las escaleras, en ese momento nos vio.
—Kyoko-san, Angelica—Natsuki nos saludaba moviendo todo el brazo, nosotras nos acercamos a ella—¿que hacen por aquí?
—Vamos a empezar la tarea de historia, con un té—respondió Angelica.
—¿Me puedo unir?—pregunto ella con ojos de perrito.
—Si a Kyoko-san le parece bien yo no tengo problema—Natsuki me miro.
—Está bien pero no me mires con ojos de perrito—Natsuki sonrió.
Pero por alguna extraña razón el destino quiso que alguien más se uniera.
—Hola chicas—una de las primeras personas que había personas que había visto al entrar a Kibougamine se hizo presente, Tara Mioda la Estudiante Actriz Definitiva, ella era la chica que había visto el primer día, era la misma persona que había entrado con los hermanos Hagakure—Tara se pregunta qué hacen aquí—ella tenía la extraña forma de hablar en tercera persona.
—Vamos a empezar el trabajo de historia ¿te unes?—todas me miraron sorprendidas, no las culpo, al principio del año no hablaba con nadie y me limitaba a responder todas las preguntas que me hacía con un si o un no—claro si las demás están de acuerdo.
—Yo no tengo problema—dijo Angelica.
—Yo tampoco—dijo Natsuki.
—Entonces está decidido me uno a su fiesta—dijo Tara con alegría, pero su expresión cambió, ahora se encontraba muy pensativa, después de eso asintió, como si se le hubiera ocurrido un increíble idea—entonces queda decretado—todas nos miramos confundidas, no sabíamos a lo que se refería Tara, de repente ella nos agarró a todas desde los hombros, haciendo una especie de abrazo—desde hoy seremos mejores amigas—al principio estaba aturdida, pero no aguante más y me puse a reír, las demás no tardaron en seguirme, en un momento escuché un suave click.
Mire al frente una mujer de pelo rojo, ojos color ámbar y pecas estaba al frente de nosotras sosteniendo una cámara.
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Danganronpa: Los pilares de la Esperanza
FanfictionLas cosas con el tiempo cambian, el mundo cambió después de la desesperación, las cosas no podían ser iguales, había que ser más precavidos, y para eso me crearon, una medida preventiva, destinada a mantener todo bajo control, pero el mundo está lle...