13.Mas que un animal

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Corría por las calles en medio de una gran lluvia, tenía que llegar a la farmacia lo antes posible, la tormenta era fuerte, apenas podía correr sin caerme, el viento azotaba fuertemente y las calles en empezaban a inundarse de agua.
—Maldita sea—dije, tubo que ser en el peor momento, llegue como pude a la farmacia y compré rápidamente los remedios que me había dicho que comprara Natsuki, en la enfermería se había acabado los que Angelica necesitaba. Había sido una idiota al salir de la academia, solo llevaba un buzo, zapatillas, una polera manga corta y un poleron.
Me paré en un semáforo, me aleje de la vereda para que los autos no me mojaran al pasar, mientras esperaba a que el semáforo diera verde, algo me empezó a jalar suavemente del buzo, mire hacia abajo, un gato de pelo gris y ojos verdes estaba sentado al lado mío, aunque estaba lloviendo el gato no parecía mojarse con la lluvia, después de seguir jalándome un rato, empezó a caminar hacia un callejón, se detuvo, dio la vuelta y se sentó mientras me miraba.
—¿Quieres que te siga?—no esperaba respuesta pero juraría haber visto como el gato asentía, un poco desconfiada le seguí.
Cuando dio vuelta para meterse al callejón lo perdí de vista, me apresuré para llegar al callejón, pero cuando llegue pude ver una triste escena, en medio del callejón un gato de color gris se encontraba tirado y mojado en el suelo, me acerqué lentamente, al lado del gato vi un extraño bulto de color negro, me agaché para mirarlo bien y pude ver a un pequeño gatito de color negro, el gato más grande estaba en una posición protectora, como si intentara calentar al pequeñín, el gatito hacia un extraño sonido, al parecer era muy joven para maullar correctamente, toque al gato más grande, aún respiraba, pero sentía que en un rato más eso no sería así. Mire al pequeño gatito que estaba acurrucado en los brazos de su madre.
—Mierda—me saqué el poleron y envolví ambos gatos en él y corrí lo más rápido para llegar a la academia.

Entre por la entrada trasera de la academia, estaba escondida en unos arbustos, tenía una puerta al estilo búnker, poca gente sabía de esta entrada, normalmente solo los profesores, pero ser la hija del director tiene sus ventajas, baje por las escaleras, corrí por el pasillo subterráneo, esto no solo era un pasadizo que conectaba a dos lugares, habían entradas así por toda la academia, existían en caso de emergencia, al llegar a la puerta que buscaba, la abrí y entre al sótano de la residencia femenina, moví un mueble para que nadie supiera que ahí había una entrada, después de eso salí del sótano y subí las escaleras para llegar a la habitación de Angelica, toque la puerta.
—Kyoko-chan—Natsuki abrió la puerta del departamento de Angelica—estas empapada—obviamente estoy empapada está lloviendo a cántaros, le pase la bolsa.
—¿Sabes donde vive Mie Butsu?—pregunte.
—Si ¿porque?—le mostré a los gatitos que traía en mi poleron—vive en el segundo piso—me dirigí a donde me había indicado Natsuki, busque el nombre en las puertas, hasta que lo encontré y toque.
—¿Quien es?—Mie Butsu, la Estudiante Veterinaria Definitiva, abrió la puerta—¿Kyoko Naegi?—Mie era de mi misma clase, pero no solíamos hablar muy seguido, era una chica de un tono de piel oscuro, ojos amarillos como los de un felino y pelo anaranjado—dios te ves horrible.
—Necesito tu ayuda—le entregue mi poleron mojado con las dos criaturas que tenía en el.
—Dobby tráeme una toalla—de repente perro apareció (deduje que era un pastor alemán), con una toalla en la cabeza—sécate afuera y después entra—Mie entró a su casa, me seque lo mejor que pude, me saqué los zapatos y los calcetines, los dejé en la entrada del departamento, arriba de la toalla y cerré la puerta.
El departamento de Mie no era diferente al mío, solo que en la sala en vez de haber un sillón y una tele, había una mesa de metal típica de los veterinarios, con un mueble lleno de medicamentos para animales.
—¿Donde los encontraste?—dijo mientras veía a los gatos.
—En un callejón, fui a buscar algo a la ciudad y los encontré ahí—expliqué.
—¿Pudiste salir?—pregunto mientras buscaba algo en su estante, quede en silencio, no podía contar lo de los corredores—tan misteriosamente como siempre, hazme un favor y prende la estufa—hice lo que dijo, él perro trajo un gran cojín y Mie puso al gatito pequeño ahí.
—Cuida chico—el perro se puso al lado del gatito para darle calor, aún era un cachorro, así que el perro no era tan grande, mire a Mie—el frío la mato.

Danganronpa: Los pilares de la Esperanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora