4.La academia de la desesperacion ¿1?

57 4 0
                                    

Ahí estaba al frente de la Academia Kibougamine, donde trabajaba mi padre y yo Akira Naegi estaba apunto de asistir a esta escuela como la Estudiante Scout Definitiva.

Mi padre y mi hermana venían hablando unos metros más atrás, decide poner mi primer pie en la academia, pero al solo tocar el suelo el tiempo se volvió más lento y de repente todo se volvió negro.

Desperté en un salón de clase con varios pupitres, mi vista era borrosa, pero en poco tiempo se aclaró lo suficiente para que pudiera ver bien. Mire a mi alrededor, que demonios pasó, hace un momento estaba en la entrada de la académica y ahora estaba ¿adentro de esta?
Decidí explorar el lugar, al parecer estaba en una academia, pero no podía ser la Academia Kibougamine, después de todo había ido un par de veces por el trabajo de mi padre, pero entonces ¿donde se supone que estaba?
Caminando encontré una puerta que ponía que era donde estaba la salida, entre en ella y me encontré a 3 chicos y una chica mirando una gran puerta que parecía ser la entrada a un búnker y arriba de esta había... una maldita metralleta, pero qué demonios hacía una metralleta ahí.

—Hey ¿tu quien eres?—mire al frente, un chico rubio de lentes rectangulares y ojos azules me apuntaba, lo reconocí inmediatamente Kenji Togami, sabia que los hijos de Byakuya Togami iban a venir a la academia y que uno iba a ser el Estudiante Heredero Definitivo, me preguntaba si él sería el dichoso heredero—¿Que se supone qué haces? Responde—me exijo.
—Amigo—dije calmada—cálmate un poco, no soy ninguna asesina ni nada por el estilo—su cara demostraba enojo puro—Bueno me presento, me llamo Akira Naegi, la Estudiante Scout Definitiva.
¿Tu no serás la hija del director?—pregunto un chico de ojos rojos cuál sangre y cabello plateado corto, que estaba rapado por los lados, era un poquito más bajo que yo. Yo solo asentí a su pregunta—ME PUEDES PUTO EXPLICAR POR QUÉ CARAJOS NOS ENCERRARON EN LA ACADEMIA CAPULLA—joder que carácter, parecía un chico muy simpático.
¿Te refieres a la Academia Kibougamine?—pregunte poniendo mis manos atrás de la cabeza.
—CLARO QUE SI IDIOTA, ¿QUE VA SER SI NO?—volvió a gritar molesto.
—Pero no estamos en la academia—mi respuesta pareció sorprenderles mucho.
Después de un rato retomaron la conciencia.
—NO NOS JODAS IMBECIL—gritó una vez más el chico de ojos color sangre.
—Que les digo la verdad—digo rascándome un poco la mejilla—la Academia Kibougamine es mucho más grande y siempre está repleta de gente—respondí mientras tenía la mano cerca de la pera.
—Vale—la única chica aparte de mi hablo. Era morena de pelo y ojos azulados, pero no como los de el otro chico, estos tenían una especie de brillo en ellos, su cabello estaba tomado en una cola que le elevaba, ¿donde se supone que quedó la gravedad?—Debería presentarme, me llamo Umiko Hagakure, soy la Estudiante Bromista Definitiva—su sonrisa era muy carismática y muy alegre, parecía ser una chica muy despreocupada.
—Me llamó Kenzou Reganshin—el chico que había permanecido callado se presentó. Era pelirrojo y de ojos muy cafés—soy el Estudiante Cazador Definitivo—parecía ser un título bastante interesante.
—Soy Ryu Kuzuryuu, soy el Estudiante Parkor Definitivo—lo mire algo confundida—¿Que demonios me ves?
—Tu eres un yakuza ¿no?—pensé en su apellido—claro eres del clan Kuzuryuu, tu padre es Fuyuhiko Kuzuryuu y tú madre es la Ex Estudiante Espadachín Definitiva ¿no?
Parece que sabes mucho—dijo con una mueca muy extraña.
—Tu madre me salvo una vez—mi comentario pareció sorprenderle—bueno, el único que falta eres tú—dije mirando al chico de ojos azules.
—Tsk, mejor que cambies ese tu por usted—dijo molesto el chico, por tu bien no me hagas enfadar.
MIRA CAPULLO AQUIE NADIE ESTÁ POR DEBAJO DE TI, ME ESCUCHASTE—grito enojado el yakuza. A lo que Togami solo lo ignoro.
—Me llamó Kenji Togami, soy el Estudiante Matemático Definitivo—entonces su hermano debía de ser el Estudiante Heredero Definitivo.
Perfecto ya todos nos conocemos—dije poniendo mi mano en mis bolsillos—¿Que estabais haciendo antes de que llegara?—pregunté, aunque era obvio que buscaban una salida.
—Intentábamos abrir esta puerta—dijo señalándola el chico pelirrojo.
Inspeccione la puerta, en la parte derecha había un lugar para poner un código.
—Probablemente hay que poner un código—dije segura.
—Pero... ¿Cual?—dijo mirando hacia un lado Umiko. Habían infinitas posibilidades.
—¿Y si probamos números al azar?—dijo el Kenzou.
—Mala idea—respondí—bueno, a no ser que quieras arriesgarte a que esa cosa te vuele en pedazos—apunte a la metralleta.
—No llaméis cosa a mi tecnología avanzada—una voz chillona se escuchó detrás nuestro, mire hacia atrás, un peluche de un oso color blanco y negro se encontraba en el suelo, en la parte negra tenía el ojo morado, algo así como un rayo y una sonrisa algo macabra. Me acerqué al peluche y lo agarré.
—¿De quien es el peluche?—pregunte.
—NO SOY NINGÚN PELUCHE MOCOSA—inmediatamente solté el peluche que acababa hablar.
—Párale con la broma Hagakure—dijo Kenji.
—Pero si yo no hecho nada—dijo la chica intranquila.
—Pero que alumnos más despreciables—el oso de peluche se levantó—los niños de hoy en día no conocen los modales, supongo que la mayoría lo heredera de sus padres, aunque algunos no sean herederos, upupupupu.
Kenji hizo una cara de asco, no lo culpo yo no me siento diferente comparada con mi hermana.
—¿PERO QUE SE SUPONE QUE ERES?—grito frustrado Ryu.
—Quien soy yo no es lo importante ahora—dijo el oso—ahora lo importante es que vayan al gimnasio, ahí está en resto de los alumnos upupupu—después de eso en un abrir y cerrar de ojos el oso desapareció.
—Yo ni muerto sigo a ese oso—dijo frustrado Ryu.
—Podría lastimarnos si lo seguimos—apoyo Umiko.
—Si quisieran las lastimarnos o en el peor de los casos matarnos—mi comentario pareció helarlos hasta los huesos, menos Kenji que parecía centrado en su propio mundo—no creen que ya lo habrían hecho, opinó que deberíamos seguirlo, ademas si no lo hacemos hay una gran probabilidad de que no descubramos lo que esta pasando—me sorprendí de mi misma, esta no era mi forma de actuar, en una situación cómo está me hubiera quedado paralizada y no hubiera podido mantenerme al margen, pero ahora si podía, me sentía segura de mi misma, creo que rencotrame con mi hermana me había afectado.

Danganronpa: Los pilares de la Esperanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora