22.¿Cuanto piensas aguantar? ¿10?

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Akira, sin importar lo que pase, sin importar lo que te digan de mi, no les creas, lo hice por un bien mayor, deja que la clase 77 se encargue de todo, sólo cuídate, tú y tu hermana.
—Padre... papá sigues en la llamada, papá... papá, papá por favor responde, no... mierda.
...

...

...

Desperté sudando, fui directo al baño y me lavé la cara.
—Cada día es peor—dije—¿cuantos piensas aguantar Akira?—susurre para mi misma.

Me di una ducha, me vestí y salí del baño, el
Reloj marcaba las 6:30am, parece que volví a mi rutina anterior.

Camine hacia la puerta, pero antes de tocar la manilla alguien tocó desde afuera, abrí lentamente.
Me encontré con todos afuera de mi pieza, procesé todo lo que había pasado ayer, habíamos acordado hablar sobre lo qué pasó en el juicio.
Examine a Kukiko, no es buena idea.
Cerré la puerta de un portazo.

Fui me escritorio y escribí en una hoja del cuaderno que había tomado hace algunos días.

Vuelvan cuando Orik se calme

Deslice el papel por debajo de la puerta y me tire en mi cama.

Mire la silla del escritorio, ahí se encontraba mi poleron lleno de sangre.

Que demonios le pasó a Ryu, eso fue demasiado extraño, ni siquiera se lo que le pasó a mi cuerpo, aún recuerdo el sabor metálico de la sangre en mi boca, sentí un escalofrío en mi espalda.

Este juego de asesinatos cada vez se ponía mas extraño y escalofriante, por más que deseara que las cosas no salieran mal siempre pasaba lo mismo, comprendo la desesperación de salir de este lugar, pero todo es demasiado rápido, por ejemplo, como puede un solo objeto volver loco a un chico normal, por más que Kenzou le haya tenido un fuerte afecto a su hermana o a alguien más ni siquiera dudo en matar a alguien, eso es demasiada inhumano, no tiene sentido.

Majime quería salir para buscarme, pero no creo que hubiera querido llegar a ese punto, además no he cambiado tanto desde mis 13 años, debería haberme podido reconocer, también está lo de Luna, es mucha casualidad que haya recordado algo tan especifico, de todos los clientes que pudo haber tenido por que justo se recordaría a Luna, no tiene mucho sentido.

Después está Hotaka, recuerdo el juicio, pero... no entiendo por qué mis palabras afectaron en su testimonio, ¿porque insistió tanto en que no era el asesino, si después de unas pocas palabras admitió todo? y lo peor de todo es que ni siquiera le tuvo miedo a su muerte fue como si quisiera vivirla al máximo y experimentar ese sufrimiento.

Por último yo... algo muy malo me esta pasando, no soy capaz de comprenderme a mi misma, estoy fuera de mi, es como si a veces no fuera yo... como si alguien más tomara mi lugar.

Solo quisiera que mi familia estuviera aquí, que mi padre me consolara mientras me servía un chocolate caliente, que mi mamá me aconsejara mientras me acariciara la cabeza, que mi hermana se sentara a mi lado y me dejara llorar en su hombro.

Me senté en la cama y comencé a llorar, ¿por qué trato de hacerme la fuerte? tengo miedo... tengo mucho miedo, cada vez que pareciera que puedo confiar en alguien me muestra su verdadera cara, no puedo confiar en nadie, ni siquiera puedo confiar en mi misma.

Los golpes de la puerta se volvieron a escuchar.
Pero debo afrontar las cosas de cabeza.
Camine hacia la puerta y abrí.

—¿Togami?—el chico rubio de lentes rectangulares estaba al frente mío.
—¿Te apetece un té o algo?—dijo mirando por el pasillo.

Danganronpa: Los pilares de la Esperanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora