Capítulo 20

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Sofia

Me encontraba en mi habitación terminando una tarea de la universidad cuando tocaron mi puerta, a lo que yo conteste con un simple pase.

—Hola— me saludo Karen con un beso en la mejilla y se dejó caer en mi cama.

—Melissa estaba a punto de llamar a emergencias o a la morgue— le comenté riéndome por lo bajo.

—Lo siento, tenía asuntos importantes que tratar, por eso me demore más de lo esperado— se rió de igual manera.

—Lo se, asuntos que implican mucha acción y por consecuencia cansancio— le comenté burlonamente mientras me volteaba a verla y ella se reía abiertamente.

—Tú si me entiendes— me guiñó un ojo y yo solo sonreí. —¿Te peleaste con Daniel?

—No. ¿Por qué?

—Esta bastante deprimido y ayer casi se toma dos botellas de vodka él solo.

—No ha pasado nada, solo quiere que salgamos hoy— comenté confundida tratando de recordar si nos habíamos peleado o algo por el estilo.

—Para no ser "nada" te tomas muy encerio está relación, tanto que estás tratando de recordar si hiciste algo malo— me miró evaluando me y levanto una ceja confirmando que tenía razón en la última parte.

—No somos nada, solo no quiero ser tan mala con él, me ha tratado bastante bien.

—Estas enamorada— afirmó descaradamente.

—No. Solo le estoy tomando un poco de cariño.

—Las dos sabemos que te estás mintiendo a ti misma— me miró mal y se volteo boca abajo en la cama.

—Ahora resulta que tú y Melissa llevan mi vida mejor que yo— me voltee hacia el escritorio y revise mi teléfono.

Tenía dos llamadas perdidas de mi madre y dos mensajes de Daniel, en ellos me citaba en un restaurante a las  ocho de la noche. Se me hacía bastante raro que me citará en ves de pasar por mi como siempre lo hacía.

Iba a preguntarle algo respecto al comportamiento de Daniel a Karen, pero se había quedado profundamente dormida.

Termine de hacer mis tareas, me di un baño, me puse un vestido casual de color negro, con unos zapatos de tacón medio color dorados y el bolso a juego, maquillaje básico de manera elegante para resaltar mi rostro y cabello suelto.

Pedí un uber para ir al restaurante ya que se me había hecho tarde y no llegaría a tiempo en transporte.

Cuando salí de la casa me encontré en la entrada con Cárter y William cargando unas maletas y bolsas de comida, no tenía tiempo para preguntar o hacer plática así que solo les sonreí y salí por la puerta del edificio.

Al llegar al restaurante entre y pregunté por Daniel a la señorita de recepción, ella amablemente me llevo a la mesa y Daniel me sonrió y ayudo a acomodarme en la silla para después darme un gentil beso en la mejilla.

—Perdóname por hacerte esperar veinte minutos— me disculpé un poco apenada por mi impuntualidad mientras el mesero se acercan con la carta.

—No hay problema, siento no haber podido pasar a recogerte como lo hago en cada cita— sonaba raro y algo triste a mi parecer.

—Bien, no volveré a llegar tarde— rei nerviosamente mientras ordenamos lo que comeríamos.

Cuando el mesero se fue con nuestra orden, Daniel me miró con una profundidad un poco angustiante, como si quisiera decirme algo que no le gustaba.

Llegó la comida y comimos en silencio lo que era raro en un cita con él, por lo regular le gustaba contarme sobre su familia, sus proyectos o temas banales que a los dos nos interesará.

—Tengo que decirte algo— menciono cuando terminamos de comer y habían retirados los platos.

—De acuerdo— comenté relajada y cautelosa.

—Me tengo que ir— sus palabras salían con una melancolía impresionante que me dejaron una opresión en el pecho. —A papá le han ofrecido un ascenso en su empresa y nos tenemos que mudar a España.

—Lo entiendo— tome su mano.

—Me está matando la idea de alejarme de ti después de todo lo que hemos construido, pero no los puedo dejar solos— una lágrima rodó por su mejilla y apreté su mano con más fuerza.

—No soy nadie para hacerte decidir entre tu familia y quiero que sepas que te comprendo y te apoyo.

—¿Crees que una relación a distancia funcione?

—No. No puede funcionar cuando no estoy dispuesta a tener una relación amorosa con nadie.

—Ok en el fondo sabía que no lo aceptarías— me dedico una sonrisa y se seco las lágrimas.

—Es lo mejor para los dos.

—Siempre fuiste un chica en la que era muy difícil entrar para ganarme tu confianza, solo espero que después vuelva a verte— me dió un beso en los labios y pidió la cuenta.

Me llevo al departamento y antes de salir del carro dijo.

—Me voy pasado mañana y me encantaria que me acompañaras al aeropuerto— tomo mi mano y le dió un tierno beso en los nudillos a lo que yo asentí con la cabeza y sin decir nada salí del auto.

Me sentía triste porque él se iba, era el único chico que había sido sincero y tierno desde el principio y había empezado a tener un gran cariño por él.

Solo que no llegaba a llamarse amor, la atracción tenía mucho que ver aquí, simplemente me sentía cómoda con Daniel y segura de una manera inigualable, lo extrañaría mucho.

No podía alejarlo de su familia o pedirle que se quedará porque no podría comprometerme a amarlo a asegurarle que con el paso del tiempo llegaría el amor.

Llegó el día en el que él se iba y como lo había prometido estaba acompañándolo en el aeropuerto junto con Tyler y Karen.

Su hermana y mamá se despidieron de mi con un gran abrazo y beso en la mejilla, su papá solo me dedico una sonrisa y todos se apartaron para que me despidiera de Daniel.

—Te voy a extrañar— me dió un beso profundo y una lágrima rodó por su mejilla.

—Yo también— limpie su lágrima y le di un tierno beso en la nariz seguido de un fuerte abrazo.

Anunciaron que su vuelo saldría en breve así que lo solté y se fue con su familia hacia el área de abordaje.

El regreso a casa fue algo melancólico y silencioso.

—¿Cómo te sientes?— pregunto Karen cuando entrabamos al apartamento.

—Extraña— conteste honestamente muestras me dejaba caer en el sofá y encendía la televisión.

—¿Y Samantha y Melissa?— cuestionó revisando su habitación.

—Han salido— comenté casual mientras ponía una serie.

—¿Sabes que las series y las comidas en exceso son la peor forma de lidiar con la depresión?— me regaño Karen dejándose caer a mi lado.

—No tengo depresión, la tuve hace años y se perfectamente como lidiar con ella.

—¿De verdad no estás triste porque él se haya ido?

—Solo va a ser un poco extraño ya no salir con él ni encontrarme lo en la escuela.

—No puedo entender como no llegaste a sentir nada por ese chico— habló Karen en forma de fastidio mientras se iba a su cuarto.

Quiero amarte [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora