Capítulo 30

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Sofia.

Estábamos a la mitad de la semana y me sentía fatal por un resfriado que me había dado el lunes.

Era la última clase y me estaba durmiendo porque las noches anteriores no había podido dormir nada y eso me tenía de mal humor.

Cuando terminó mi clase me dispuse a salir de la universidad para poder ir a casa y descansar, no iría a trabajar hoy.

Estaba a punto de salir cuando me encontré de frente con Cárter, Melissa, Sam y William trate de hacer como que no los había visto para huir de ahí lo antes posible pero no lo logré cuando William me llamo.

—¡Sofia!— gritó William y los demás le prestaron atención hasta que me vieron, se acercaron a mi y me saludaron.

—¿Ya terminaron tus clases?— me cuestionó Melissa mientras me tomaba de un brazo y me guiaba a la salida.

Sabía que mentir no era una opción, pero de verdad me sentía muy mal y no tenía ganas de hacer absolutamente nada.

—Ya terminaron, pero tengo cosas que hacer— trate de safarme de su agarre pero me fue imposible, caminamos hacia la cafetería del campus y William se fue a comprar unas cosas.

—Queriamos ir a la plaza a comparar unas cosas, después ver una película y terminar comiendo todos juntos— sonaba tan ilusionada con la idea que todos me miraron de manera que se me hacía imposible poner una buena excusa para no ir.

—Pueden ir sin mi, de verdad Meli tengo cosas que hacer y no puedo posponer— intente de nuevo safarme de su agarre y no lo conseguí.

—No estoy preguntando, te estoy avisando lo que vamos a hacer hoy y no acepto tus excusas de que tienes cosas importantes que hacer cuando ya cancelaste ir a trabajar. Así que irás con nosotros— apretó más su agarre en mi brazo indicando que me llevarían a la fuerza de ser necesario.

Cárter y Sam me dieron una sonrisa apenada  y yo me comencé a marear. A la distancia venía William con unas cosas en sus manos y Cárter se acercó para ayudarlo.

Melissa me guió al estacionamiento donde estaba el auto de William y mi respiración se volvió pesada e inconstante.

—Espera, Melissa suéltame por favor— mis palabras salían con dificultad y todo me daba vueltas.

—Buen intento por escapar pero no te va a funcionar— llegamos al auto y los chicos dejaron las cosas que habían comprado en la cajuela.

—De verdad me estoy sintiendo muy mal, espera— solté con más dificultad y Melissa me miró con preocupación.

Comencé a ahogarme por falta de aire, Melissa y Sam entraron en pánico gritándome si me sentía bien y que podían hacer para ayudarme. Los gritos de las dos no me ayudaban en nada a poder tranquilizarme y tratar de respirar.

No era la primera vez que me pasaba algo así, en mi niñez había sufrido muchos ataques de asma así que tenía una ligera idea de que hacer, por suerte siempre cargaba en mi mochila el inhalador.

—¡Cállense!— trate de que mi gritó se escuchará para poder callarlas  y que no me pusieran más nerviosa.

—¿En qué te puedo ayudar?— se acercó Cárter preocupado mientras William se llevaba a Melissa y a Sam.

—En la mochila está...— balbucea esperando que Cárter me entendiera.

Me quito la mochila de la espalda y la reviso rápidamente hasta que sacó el inhalador y me lo dio.

Lo agite y me lo puse en la boca para jalar aire, me senté en el piso mientras me tranquiliza y Cárter se sentó a mi lado sobándome la espalda.

Quiero amarte [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora