Capítulo 31

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Sofia.

Un sonido constantemente irritante y las fuertes luces me hicieron abrir los ojos lentamente.

Me asuste un poco al darme cuenta de que estaba acostada en una cama de hospital, la situación me traía recuerdos desagradables y dolorosos de mi vida en México.

Voltee hacia mi lado izquierdo para ver a Cárter dormirdo en una silla y me dio mucho alivio y paz al ver que se quedó conmigo.

Cárter era un chico dulce y amoroso que toda chica quería para casarse con ella y tener hijos, su alegría y esa manera de amar la vida era tan contagiosa que me hacía cuestionarme a mi misma si debería seguir con esto, no quiero hacerlo sufrir por mis inseguridades y me aterra no poder tener el valor para separarme de él antes de hacerle daño.

Lo observaba atentamente y se veía tan hermoso dormido de forma incómoda en es silla, hasta que abrió lentamente sus bonitos ojos y me morí de ternura.

—¿Estás despierto?— le pregunté cuidadosamente.

—Sí, ¿Necesitas algo?— se acomodo en la silla porque su cuello estaba un poco torcido.

—En realidad no, solo quería saber que había pasado.— comenté un poco tímida bajando la mirada.

—Te desmayaste después de tu ataque de asma y te trajimos al hospital porque pensamos que era algo grave— se acercó un poco a mi para tomar mi mano y ese simple acto me hizo ponerme nerviosa.

—Gracias por traerme— le brinde una sonrisa honesta y él solo apretó mi mano y me la devolvió.

—Llamaré al doctor para que te revise, ya vuelvo— me dijo y se puso de pie pero sujete su mano para que no se fuera.

—No me dejes sola, no me gustan los hospitales— mi voz salió un poco temerosa y el recuerdo de la última vez que estuve en el hospital y la causa me dio miedo.

—Solo voy a llamarlo para decirle que ya despertaste, no me tardaré nada, lo prometo— me dio una sonrisa y soltó lentamente mi mano para salir a buscar al doctor.

Después de unos segundos entro con un doctor de mediana edad y me dijo que ya estaba fuera de peligro; pero, tenía que alimentarme un poco más, descansar y tomar unos medicamentos para mí asma.

Cuando salió el doctor de la habitación entro mi tia Camila y me sorprendió porque no la esperaba

Estaba segura que la imagen que tenía mi tía era la misma de cuando yo tenía quince años y había perdido al bebé por el que hubiera luchado sin importarme nada.

—¿Qué haces aquí tía?— la cuestione y ella solo me abrazo y no pude contener mis lágrimas al igual que ella.

—Tus amigos me hablaron y me dijeron que estabas en un hospital, ¿cómo querías que no viniera a verte?— se separó de mi y me acaricio tiernamente el cabello.

—Ya estoy bien tía— la tranquilice y las dos miramos a Cárter. —Tía él es Cárter un amigo, Cárter ella es mi tía Camila— comenté sin darme mucha importancia al título de Cárter, mientras limpiaba mis mejillas.

—Mucho gusto— le extendió la mano para saludarla y ella hizo lo mismo con una gran sonrisa.

—Si quieres puedes ir a descansar un poco Cárter, yo me quedaré con mi tía— lo tome de la mano y él asintió con la cabeza mientras tomaba sus cosas para salir de la habitación.

—Regreso en un rato— nos confirmó antes de salir.

—Gracias— le dije cuando cerraba la puerta.

—Es lindo— comento mi tía sentándose en la silla.

—Bastante lindo diría yo— mencioné sin apartar mi mirada de la puerta.

—Te gusta.

—Eso es algo que no se puede negar— la mire con una sonrisa aceptando que me sentía atraída por él.

—Si te gusta, ¿Por qué me lo presentaste como tu amigo y no como tu novio? ¿Acaso tiene novia?

—No es eso, solo no quiero nada serio— comenté sin darle mucha importancia.

—Sabes que eso es una vil mentira, a ti te gusta y por la cara de decepción que puso cuando lo presentaste parece que él si quiere algo bien contigo.

—Tú mejor que nadie sabes perfectamente que fue lo que pasó la última vez que me enamore de un chico— le recordé en un susurro.

—Sofia, no puedes vivir atormentada por ese pasado, además el otro chico era un imbécil. Cárter se ve que es un buen muchacho— me tomo de la mano para que le prestará más atención.

—Ya no quiero hablar de eso. Me puedes traer algo de comida— mi tía me miró mal pero finalmente se puso de pie para ir a buscar algo.

Debía admitir que mi tía tenía razón respecto a Cárter, él era tan romántico y cariñoso que desarmaba todo eso que había construido años atrás, estoy segura que si lo hubiera conocido a los quince años me hubiera casado con el al tercer mes de relación; pero, mis miedos y el dolor de un corazón roto no me permitía confiar en él, porque sabía que tarde o temprano me decepcionaría.

En la tarde regreso Cárter con Sam y Melissa ya que el doctor me dió de alta no sin antes advertirme que guardara reposo durante todo el fin de semana para no tener complicaciones con mi asma.

Cárter nos de regreso a casa y para mí sorpresa habían hecho una pequeña comida de bienvenida.

Estaban Karen con Taylor, Liam, William, Sam, Melissa, Cárter, mi tía y yo. Todos me residieron con un fuerte abrazo y una comida deliciosa preparada por Melissa.

Ya en la noche me sentía un poco cansada porque en el hospital no me habían dejado dormir, así que Cárter y William se fueron a su departamento mientras mi tía me acompañaba a mi cuarto porque dormiría conmigo.

A la mañana siguiente mi tía tuvo que viajar temprano ya que tenía unos asuntos que resolver de cosas que le había encargado el abuelo y tampoco queríamos que nadie de mi familia se enterará de lo que me había sucedido.

Melissa preparo un rico desayuno y los chicos subieron para ver cómo me encontraba y para desayunar.

—¿Quieren ir al cine?— invito William a las chicas y a Cárter.

—No puedo, voy a salir con mi novio— respondió desinteresada Karen y William miró a los demás.

—Sofia estuvo en el hospital ayer, no quisiera dejarla sola— alego Sam mientras le ponía mantequilla a su pan tostado.

—Ya me siento mucho mejor, además no creo que sea necesario que cancelen sus planes por mí, ya me siento bien y no saldré de casa— les brinde una sonrisa mientras jugaba con el borde de mi taza de té.

—Yo me quedo a cuidarla, ustedes pueden ir al cine sin problemas— hablo Cárter y Melissa lo miro con asombro.

—¿Y por qué razón tú deberías quedarte a cuidarla?— lo cuestionó Melissa con el ceño fruncido.

—Por la sencilla razón de que yo no entro en pánico cuando le da un ataque de asma— todos comenzaron a reír y Melissa se enojo aún más, pero al final se unió a las risas.

Quiero amarte [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora