Quiero amarte [Libro 1]

Capítulo 40

Sofia.

Me despertó la alarma del teléfono que indicaba que tenía media hora para arreglarme e ir a la universidad, antes de levantarme me gire para darle un abrazo a Cárter pero ya no estaba.

Me puse de pie y fui al armario para escoger la ropa que me iba a poner, me bañé y arregle para ir a la universidad.

Al salir de mi habitación, Sam estaba en la cocina preparando un licuado de fresa y al acercarme a ella me ofreció un vaso.

—Gracias— lo acepte y le di un trago. —¿Y Cárter?

—Se fue al departamento hace como media hora para arreglarse e irse a la universidad.

—Bien, yo también me voy. ¿Vamos?

—No, yo no tengo la primera clase, además tengo unas cosas que comprar, te veo allá.

—Esta bien— le di un beso en la mejilla y salí de mi casa.

Estaba en la primera clase y me ponía muy ansiosa el que Cárter se haya ido sin decir nada, a lo mejor no me quería despertar, estaba bastante paranoica.

Las clases pasaron de lo más normal y al salir de la última fui a buscar a las chicas para irnos al departamento o a Cárter para poder hablar con él.

Fui a sus salones, pero no había rastro de ninguno así que resignada regrese al departamento, para cambiarme e ir al trabajar.

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Samantha.

—Muy bien. ¿Están todos listos?— les pregunté a Melissa, a William y a mí hermano que se le veía una cara de nervios.

Estaba todo preparado para la propuesta y habíamos conseguido que muchas personas colaborarán con nosotros, solo Karen se negó diciendo que era una mala idea y que no iba a ser parte de esto.

No nos importo mucho sus comentarios así que seguimos adelante con el plan.

En la cancha de fútbol americano se llevaría acabo la propuesta, las chicas de porras y algunas bailarinas harían un baile, mientras que la banda de la escuela ayudaba a Cárter a tocar la canción seleccionada para esa ocasión.

Todos los alumnos y profesores estarían ahí para ver la propuesta y en medio de la cancha colocaríamos una silla donde se sentaría Sofia.

Yo sería la encargada de llevarla a la cancha cuando terminara su última clase, la sentaría en la silla y de ser posible la amarraría para que no saliera corriendo. Después mi hermano empezaba a cantar y las bailarinas lo acompañarían con una coreografía acordé a la canción.

Cuando mi hermano terminara de cantar se bajaría del escenario, le daría un beso, le haría la pregunta y ella le diría que si y saltaría de felicidad.

Todos celebrariamos y nos iríamos a comer para después darle a Cárter las llaves de la cabaña y las del coche de William para que se fueran el fin de semana y se encerraran para tener días enteros llenos de pasión.

Termine de explicarles mi plan a mi hermano, Melissa y William. Los tres me miraban de manera muy extraña por todo lo que se me había ocurrido.

Estábamos reunidos en el departamento de William para que nos ayudarán a hacer todo lo que se me había ocurrido.

—Yo no creo que todo tu plan funcione— se resigno mi hermano.

—Es muy complicado involucrar a toda la escuela, Sam— me dijo William que estaba sentado junto a Melissa.

—Yo pienso que la están presionando, Sofia no es de las chicas que la presión social le importe. ¿Por qué no hablas con ella Cárter?— sugirió Melissa.

—Esto va a funcionar, yo estoy segura de eso— defendí mi idea mirando a mi hermano.

—Mira yo apoyo tu idea, porque es lo que cualquier chica quiere, solo que no sea tan elaborado, que tal si solo canta y se le declara, sin el baile e involucrar a toda la escuela— me recomendo Will y en el fondo tenía razón.

—Exacto, podría ser en la cafetería, algo sencillo con poca gente, sería un lindo gesto y Sofi no se sentiría tan mal— acepto Melissa.

—De acuerdo, empezaré a arreglar las cosas para el viernes— anoté unas cosas en mi libreta y le sonreí a mi hermano.

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Cárter.

No esta convencido de hacer esto, no quería presionarla pidiéndole que fuera mi novia en público.

Me moría de ganas de gritar a los cuatro vientos que estaba a lado de la mujer más maravillosa que puede existir en el mundo, pero no de esa manera.

El martes en la mañana estaba en mi segunda clase cuando William me encontró y me dijo que una de sus profesoras daría una conferencia en el auditorio el viernes al la cual Sofia también asistiría.

Él hablo con la maestra y le comento la situación, al parecer a todas las mujeres les gusta las propuestas grandes, dónde el hombre presuma que ama a esa persona.

Así que se ofreció a ayudarnos de la mejor manera.

Tenía miedo de lo que pudiera pasar y la reacción que ella tuviera ante tal cosa, lo único que me alentaba a seguir adelante con esto era tener la pequeña esperanza de que me dijera que sí y no quedar en ridículo.