Sofia
Era algo extraño que por fin le contará a alguien que no fuera mi familia lo que paso.
La revelación de Sam me sorprendió mucho, nunca pensé que el chico solo quisiera jugar con ella, sonaba ilógico porque él se había acercado.
El verla llorar de esa manera tan desgarradora me conmovió y me provoco darle un fuerte abrazo para que se sintiera segura, no era muy buena transmitiendo mis sentimientos, pero con Sam me salia un lado protector que no había tenido con nadie.
—¿Y bien?— me presión Sam. Ella ya estaba más tranquila e insistía en que yo tenía algo que me atormentaba.
Era como un intercambio de historias.
—Bien— me resigne porque sabia que ella no se daría por vencida y mejor contárselo yo a que lo haga Melissa. — Cuando yo tenía quince años me enamore de un chico mayor que yo.
Esperaba que con eso Sam se sintiera conforme y ya no preguntara.
—¿Qué paso?— me miraba atentamente, esperando que siguiera la historia.
—Era mi primer año en la preparatoria, en México se maneja diferente la escolaridad,— aclare para que no hubiera confusión respecto al grado de educación, a lo que Sam asintió con la cabeza. —Yo era algo tímida, no tenía muchos amigos ni era popular o esas cosas, me había acercado un poco a una chica para juntar me con ella en el salón, solo que no me hacia mucho caso. En segundo grado había un grupo de chicos que eran la sensación de la escuela, eran guapos, atléticos y todos los respetaban como si fueran autoridad.
Como me caían de mal ese grupo, Sam seguía atenta ansiosa por saber más
—El grupo tenía una tradición de cada año, hacían una lista de chicas de primer grado con las cuales jugaban, las enamoraban, las hacían populares y las invitaban a fiestas hasta que se acostaban con ellas y después las botaban— se me hizo un nudo en la garganta al recordar eso. —Claro que yo no lo sabia, nadie de primero, para ser exacto, el grupo seleccionaba a chicos nuevos del primer año para que la tradición no se rompiera y nadie comentaba nada al respecto de la lista hasta que los chicos con seguían lo que querían y la escuela entera se burlaba de ellas.
—Tú fuiste seleccionada en esa lista— susurro por lo bajo.
—Así es, no se que encontraron en mi para meterme en esa lista, pero lo hicieron, claro que no la publicaban ni nada de eso, solo las seleccionaban, hacían una rifa con los nombres y a quien les tocara era con quien cortejaban y salían con ellas hasta que se acostaban. Casi siempre tomaban chicas tímidas para que se les hicieran mas difícil el doblegar las y la mayoría eran vírgenes, ese era un premio mayor.
La cara de horror que tenía Sam, era parecida a la que yo puse cuando me entere de lo que me hicieron, trague saliva con fuerza y continúe con la historia.
—Al que le toque se llamaba, David tenía 17 años y era algo alto y musculosos, practicaba natación y fútbol americano, no era guapo solo algo simpático— me reí al recordar como había caído como estúpida ante un feo. —Él supo como acercarse, un día que estaba tomando mi almuerzo porque tenía una clase libre, se acerco a mi con un café y me empezó a hablar de libros, a mi me fascinaba leer así que le preste atención. Termine perdiendo dos clases por quedarme con él, pero en ese entonces pensaba que había valido la pena.
—No lo valía— comento Sam tomando mi mano sobre la mesa.
—Yo no lo sabía, no conocía a mucha gente y era tan tímida que confíe en él porque era agradable y se había acercado a mi para charlar de libros. Le costo 3 meses trabajar me, me invitaba a salir, íbamos a museos, a la biblioteca, me hablaba por teléfono, me llevaba a comer y me presumía con el equipo y sus amigos; era bastante bueno para ser real. Un día fuimos a su casa para que lo ayudara con una tarea que tenía que entregar y me ofrecí a ayudarlo porque me estaba enamorando de él.
—Ya eran novios— aseguró Sam y yo negué con la cabeza.
—Nop, siempre me presentaba como su pequeña amiga, nunca llego el titulo de novia— ni siquiera eso me merecía. —Ese día en su casa me entregue a él como una idiota enamorada, él se emociono al saber que era virgen y que él era el primer hombre que me tocaba— como dolía recordar eso, se sintió tan real el amor que juro por mi.
—¿Se acostó contigo y después te boto?
—No solo eso, también me grabo teniendo relaciones, pero de eso no me entere hasta dos días después. Cuando me dejo en mi casa después de haberse acostado conmigo, me bloqueo el celular y las redes sociales y no me volvió a llamar; pensé que yo había hecho algo malo y que se había enojado por eso, cuando lo busque en la escuela para aclarar lo que había pasado me desconoció y me miro con desprecio, su grupo de amigos y las chicas con las se juntaba se burlaron de mi.
En ese punto de la historia se me salieron dos gruesas lágrimas y Sam apretó mi mano, ella era un mar de lágrimas.
—No sabia lo que le había hecho y me sentía mal por ello hasta que... Publicó el vídeo en sus redes, al parecer eso no lo hacían con todas las chicas solo con las que resultaban vírgenes o a las que les gustaba destruirles la vida—. Recuerdo la cara de decepción que puso mi padre cuando lo vio y me duele como nunca. —Cuando lo publicaron toda la escuela me señalaba, mi familia se entero, mis padres, mis hermanos, mis abuelos, mis primos, mis tíos; quería morirme. Me sentía mal conmigo misma y ya no tenía sentido mi vida. Mi padre me miro con decepción y mi madre me golpeo. Cristóbal mi hermano mayor fue a golpear a David hasta casi matarlo y dejo de hablarme, mis hermanas y mi tía Camilla fueron las únicas que me apoyaron.
—No fue tu culpa, tú no sabias que el quería hacer eso contigo.
—Lo se, pero no había nada que hacer. Me cambiaron de escuela y después de unos meses cuando parecía que el asunto estaba olvidado y que mi padre había metido a David a la cárcel por haber publicado el vídeo; mi padre me llamo para que hablara conmigo en el estudio de la casa y me dijo que para que arreglara el escandalo que había provocado y para que dejaran de señalar me, tenia que casarme con unos de los hijos de su socio mayoritario.
—¿Qué?— Sam estaba sorprendida —eso no era justo.
—No, pero era la condición de mi padre para que yo siguiera viviendo con ellos.
—¿Te casaste y después te divorcias te?— me cuestionó confundida.
—No, me fui a vivir con mi tía Camilla, con ella viví dos años y mi madre se peleo con ella porque me estaba protegiendo, así que por eso termine viviendo sola en un cuarto de azotea dos años hasta que entre en la beca y vine a estudiar a Canadá.
—¿Cómo le haces para lidiar con eso?
—No fue fácil, estuve un año en depresión y de ahí ya no he vuelto a confiar en nadie, trabajo en las relaciones con extraños, no involucro el corazón.
—Eres admirable— me abrazo Sam por la espalda y yo solo le tome las manos aceptando el abrazo.
No me sentía orgullosa de como era ahora, solo me esforzaba por salir adelante y levantarme de mis caídas.
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Quiero amarte [Libro 1]
Genç KurguEs tan difícil confiar en alguien, en entregarte de todas las formas posibles; al principio no es tan difícil porque no sabes lo que esperas, no tienes la experiencia y crees que todo es como lo pintan en los libros o en las novelas. Lo complicado l...