Quiero amarte [Libro 1]

Capítulo 42

Sofia.

Una parte de mi quería decirle que sí, que aceptaba ser su novia para romper con ese miedo que me atormentaba y me impedía vivir, solo que la otra parte de mí decía que era una mala decisión, que la probabilidad de salir lastimada por él era muy alta y mi corazón ya no podría recuperarse de esto.

Mis manos temblaban, mi respiración era agitada e irregular, los ojos de Cárter reflejaban un miedo acompañado con desesperación y el ambiente transmitía expectativa y emoción.

Me arme de valor para por fin tomar una decisión y salir de este lugar tan incómodo. —No, no quiero ser tu novia— me solté de su agarre, tome mi mochila y salí del auditorio lo más rápido que pude.

Estaba a mitad del pasillo que llevaba a la salida cuando Cárter me alcanzó y me tomo del brazo impidiendo que me fuera.

—Suéltame— no lo quería mirarlo a los ojos, no tenía el valor para decirle a la cara que no sentía nada por él cuando me moría de ganas de amarlo sin reservas, sin miedos, inseguridades, amarlo de verdad.

—Mírame a los ojos y dame una buena razón para no tener una relación conmigo— me obligó a alzar la cabeza con su mano pero lo evite y voltee la mirada.

—Teníamos una relación— mi voz salió en un susurro y estaba a punto de perder mi punto de fuerza para derrumbarme frente a él y llorar por todo lo que estaba sintiendo.

—El tener sexo no es una relación. Yo no quiero ese tipo de relación. Te quiero a ti, a lo que eres, a lo que le tienes miedo, a lo que te hace feliz, te quiero de una manera completa porque contigo aprendí a amar, a apreciar la belleza de las personas que se ocultan de los demás. Te amo por lo que eres, por lo que quieres ser, te amo y lo peor de todo es que aún no logro entender el porqué, lo único que se es que contigo me siento como la persona más dichosa y feliz del mundo y me gusta esa sensación— tomo mis mejillas con ambas manos y me obligó a mirarlo a los ojos los cuales estaban llenos de lágrimas y no pude aguantar más. —¿A qué es lo que le temes?

—Temo que me rompas el corazón, que me hagas pedazos, que te burles de mí — mi voz estaba rota al igual que mi corazón que recordó cada momento desagradable de mi vida.

—Yo nunca te haría eso, yo...

—¿Y quién me asegura que no lo harás, que no te cansarás  de una persona tan rota como yo?— lo empuje y di dos pasos atrás, seque mis lágrimas en vano con la manga de mi suéter y Cárter trato de acercarse.

—Dejame demostrarte con hechos que no soy como el infeliz que se burló de ti. Lo que siento por ti es de una manera sincera— su mirada reflejaba honestidad y de verdad quería creerle, confiar en él.

—No me tienes que demostrar nada, yo no quiero nada— se acercó y di otro paso atrás a este punto de la conversación éramos centro de atención de muchos chicos de la universidad.

—Solo dame una oportunidad para demostrarte que te amo, Sofi por favor.

—Basta, ya no quiero seguir hablando de esto, ya no quiero hacer más el ridículo aquí.

—Esta bien, hablemos en otro lugar por favor yo...

—No Cárter, ya no hay nada más que hablar. Yo no siento lo mismo que tú. Yo no te amo— su mirada reflejo como su corazón se rompía ante mis palabras y me odiaba por eso, pero era lo mejor para los dos.

—Eso no es cierto— se relamió los labios mientras se llevaba el cabello hacía atrás. —Estas mintiendo, yo se que lo estás haciendo para que te deje en paz, pero no va a pasar. No te dejare ir tan fácil— me volvió a tomar de las mejillas y quería besarlo profundamente, decirle que tenía razón, que tenía tanto miedo para dejar salir mis sentimientos.

—Piensa lo que quieras— me separe de él y me di la media vuelta para salir de la universidad, pero volvió a atraerme hacía él, está vez de una manera más brusca haciendo que nuestros labios quedarán juntos y me beso.

Me beso profundamente y con desesperación.

—Carter por favor, no lo hagas más difícil— le dije en un susurro.

— No te voy a dejar ir. ¿Por qué aún no lo entiendes?— tomo mis manos y las beso con ternura.

—No me hagas esto, no lo hagas más difícil. Yo no puedo corresponderte, no te quiero lastimar. Me hubiera encantado ser la persona indicada pero no lo soy— trate de safar mis manos, solo que Cárter las apretó con más fuerza.

—Deja que eso lo decida yo— me beso la mejilla y la frente.

—No puedo hacerte esto— me solté con más fuerza y me di media vuelta, no quería que me detuviera y tampoco lo hizo.

Me costaba trabajo aceptar lo que había hecho, me convencía a mi misma de que era lo mejor, mi cerebro ponía mil obstáculos entre nosotros y mi corazón anhelaba regresar a sus brazos.

Me fui caminando al departamento para terminar de desahogarme conmigo misma y al abrir la puerta me encontré con Karen la abrace con todas las fuerzas que me quedaban.

—Dime que tú no sabías nada— le pregunté a Karen y mis palabras apenas se entendían por el llanto.

—Sí, tenía la esperanza de que él te ayudará a sanar— me separe de ella y la mire a lo ojos. —Se que no fue lo mejor habértelo ocultado, pero ya no puedes seguir así Sofia, ya no puedes vivir con ese temor a amar, con ese trauma que te impide seguir con tu vida.

—No lo puedo evitar. ¿Crees que me hace muy feliz no poder decirle todo lo que me hace sentir por miedo a que me engañe, a qué juegue conmigo?— nos sentamos en el sofá y me abrazo de lado mientras yo seguía llorando.

—Se que es difícil y creo que lo primero que tienes que hacer es enfrentarte contigo misma, con tu yo del pasado y perdonarse, tienes que enfrentar tu mayor miedo y ese es el reconocer tus errores y darle una solución a ellos, solo así podrás liberarte y dejar entrar a otra persona.

Karen tenía razón, sino podía perdonarme a mi misma, quererme y amarme no lo podría hacer con nadie más.