Capítulo 8

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Sofia.

La situación se había tornado incomoda y hasta cierto punto molesta.

Daniel me sujetaba de la cintura mientras se había creado un ambiente pesado en la sala. Cárter al sentir la mirada de Daniel se había volteado a ver la película y a su lado estaba su hermana; en el reposabrazos del sillón donde se encontraba Karen y William se había sentado Melissa.

Daniel miraba cómodamente la televisión y yo solo quería pararme para no seguir con el teatro de novio celoso que él había pintado.

Mi celular sonó y eso hizo que reaccionara rápido y me parara antes de que Daniel se diera cuenta.

Conteste la llamada y me dirigí a mi habitación para contestar.

—Hola hermanita— me saludo animada mente Dalila, mi hermana menor.

—Hola, Dalí. ¿Qué tal las cosas por allá?— ella suspiro y eso me preocupo un poco.

—Cristóbal golpeo a Olivia— me quede muda y Dalila entendió que no había hecho bien al decirlo tan directo.

—¿Por qué lo hizo?— le pregunte con rabia y en esos momentos desee estar en casa para partirle la cara al estúpido de mi hermano.

—Ella se escapo a una fiesta y Cristóbal la descubrió entrando por la ventana a las tres de la mañana y solo la golpeo, él asegura no acordarse de nada porque venía borracho.

—¿Cómo esta Olivia?— ese idiota me iba a escuchar cuando fuera de visita a México.

—Ella esta bien, solo le duele el ojo izquierdo y la cabeza— ella sonaba algo triste.

—¿Qué dijo papá?— quería imaginarme que mi padre había reprendido a Cristóbal por haberle pegado a Oli.

—Él no dijo mucho, solo castigo a Olivia y se fue a su despacho sin decir nada más—. Mi padre era demasiado machista y Cristóbal era su adoración así él estuviera mal.

—No lo puedo creer, quiero hablar con Olivia— comente con voz dura para que Dalila entendiera que no aceptaría un no por respuesta.

—Ella no esta en casa, se fue con la abuela. Solo te llamaba para decirte que el abuelo quiere que estés aquí para su cumpleaños sea como sea.

—Rayos, lo había olvidado, no creo poder ir Dalí— esa era una vil mentira, claro que había contemplado que en un mes era el cumpleaños del abuelo, solo que no quería ir y haría todo lo posible para no viajar.

—Sino vienes él y papá enviaran a David por ti, y sabes como es él—. Su voz expresaba un poco de burla pero en el fondo sabia que tenía razón.

David era un guarda espaldas de la familia y seria capaz de secuestrar me para que yo fuera a México

—Esta bien, haré lo que pueda. Di le a Olivia que me llame, ¿ok?

—De acuerdo.

—Te quiero, cuida te y saludas a la abuela.

—Claro, tú también cuida te.

Al colgar la llamada con mi hermana me daba vueltas en la cabeza el tema de que Cristóbal haya golpeado a Olivia. Él era violento pero jamás nos había tocado, al menos no cuando yo estaba en México.

Tocaron la puerta y yo solo me límite a decir un simple pase.

Era Daniel y sabia que lo que estaba evitando que pasara ya no lo podría hacer más, le tenía que decir la verdad y tenía que cortarle las alas antes de que esto se saliera de control.

—¿Con quién hablabas?— su pregunta me tomo por sorpresa, el estaba molesto y no sabia si era por lo que había pasado en la sala.

—No creo que sea de tu incumbencia— me hacia enojar que quisieran controlar como si yo fuera un objeto, lo que me recordó su comportamiento en la sala.

—Pues claro que me importa, además de que ni siquiera contestas mis llamadas.

—Creo que te estas tomando atribuciones que no te corresponden.

—¿A qué te refieres?— estaba confundido y aun mas molesto.

—A como me trataste en la sala, como si yo fuera un objeto de tu propiedad, lo único que te faltó es hacerte del baño encima de mi para marcar tu territorio.

—¿Cómo quieres que reaccione, si llego a la casa de mi novia y veo a William y a ese tipo en tu casa?— su mirada estaba clavada en mi y había alzado la voz, estaba segura que los chicos de la sala estaban escuchando la pelea.

—En primer lugar no soy tu novia y en segundo, ellos no estaban haciendo nada malo solo vinieron de visita— su expresión era todo un poema iba de la rabia, la tristeza y terminaba en decepción. —El hecho de que hallamos tenido relaciones no te da el derecho de reaccionar así y mucho menos de decir que somos novios o actuar como tal.

—Pensé que teníamos algo— su voz era un susurro, me dolía haberlo herido pero tenia que ponerle un alto antes de que esto llegara mas lejos.

—Te voy a ser sincera, no quiero nada con nadie, no soy una chica que tenga novio o se quiera involucrar mas allá del sexo, esa no soy yo.

—¿Estas diciendo que la única relación que podría tener contigo, es solo de sexo?— él sonaba incrédulo y me miraba como si yo tuviera tres cabezas.

—Así es, claro sin cruzar los limites ni tomarse atribuciones que no tienen nada que ver, ¿de acuerdo?

—No es como si me quedara de otra, ¿no?— se resigno y se acerco a mi para darme un abrazo.

—Bien— me separe de él

—¿Me acompañarías el sábado al partido?— me preguntó de manera delicada acariciando mi mejilla.

—Ok, pero solo como amigos.

—Yo haría lo que sea para estar a tú lado— eso me dejo sorprendida y al notarlo me beso, era un beso lento pero lleno de emociones y promesas.

No quería jugar con él, no quería lastimarlo, pero se me hacia tan difícil poder confiar en él, poder creer sus palabras.

El recuerdo de la ultima vez que me enamore llego a mi mente y después el dolor que sentí por su decepción. Quería olvidarlo y confiar en Daniel, solo que no podía y no quería.

No quería que me volvieran a romper el corazón.

Quiero amarte [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora