Mi vida se había tornado complicada e impredecible de un día para el otro. Y ese día en particular no había sido la excepción. Creo que todo adolescente pasa por una etapa en su corta vida en la que se replantea cada una de sus conversaciones y piensa en mejores respuestas a pesar de que ya es demasiado tarde, que no puede cambiar el pasado y que a las palabras no se las lleva el viento. Yo estaba viviendo una recapitulación incesante de momentos buscando mejores palabras.
Taylor se había mantenido distante, había faltado a cada reunión en casa y enviaba una excusa con Theo sobre que debía ensayar con la banda o estaba atrasado con tareas a pesar de que estábamos en vacaciones y no teníamos que entregar informes o estudiar. Había desactivado el visto en WhatsApp por lo que no podía saber si ignoraba mis mensajes o si bien los leía y creía que era mejor no contestar. ¿Tienen idea de lo que duele que el chico que te gusta con locura te ignore luego de haber tenido un mes maravilloso? Imagino que sí, no debía ser la primera persona en la humanidad a la que le hacían eso. Incluso creo que tiene un nombre que busqué en Google una vez: ghostear. Y no me gustaba sentirme así, no me gustaba ser ignorada.
Por eso, la tarde del 31 de diciembre de 2019 a escasas horas del comienzo del nuevo año me dirigí con el corazón afligido a la casa de la familia O'Malley. Golpeé la puerta con los nudillos envueltos en guantes tres veces y di un paso hacia atrás bajo el porche esperando que alguien abriera.
Esperé unos segundos y me debatí si debía tocar nuevamente. Habría creído que no había nadie si no fuera porque las luces estaban encendidas en el interior y podía escuchar el rumor lejano de la televisión.
La cortina de la ventana junto a la puerta se corrió y por un segundo observé el rostro de Taylor tras el cristal. Creí que abriría la puerta, pero eso no ocurrió. Golpeé nuevamente y una tercera vez; sin embargo, nadie respondió.
ꟷAl demonio ꟷsusurré para mí misma.
Me acomodé el gorro de lana en la cabeza como quien se ajusta el traje de superhéroe antes de combatir a los villanos, y rodeé la parte delantera de la casa. Encontré la verja de madera que separaba los jardines y sin pensarlo dos veces descorrí el seguro para adentrarme al patio de la vivienda. Agradecí mentalmente que Taylor no tuviera un perro o me habría convertido en alimento canino en dos segundos. Hallé la puerta de cristal que daba a la cocina sin mayores dificultades y con un poco de vergüenza la abrí.
ꟷ¿Genesis?
Giré la mirada y parte de mi cuerpo hacia la derecha para encontrarme con una expresión de sorpresa en el rostro de Vivian, la madre de Taylor. Tragué con fuerza y terminé de ingresar a la habitación. La casa estaba cálida y olía a cacao, imaginé que estaban preparándose para la cena de Nochevieja.
ꟷBuenas tardes, Vivian ꟷsaludé fingiendo tranquilidad, aunque por dentro temblaba sin cesarꟷ. Taylor me dijo que tenía problemas para abrir la puerta del frente, que estaba estancada o algo así y me pidió que pasara por aquí. Espero que no le moleste.
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Tres y un cuarto (RVB1)
Novela JuvenilTras la pérdida prematura de sus padres, Genesis ha tenido que cambiar su vida radicalmente. Con el corazón roto y las alas quebradas, ha dicho adiós a todo lo que conoce para mudarse a un pueblito en el medio de la nada donde todos parecen demasiad...