Capítulo cincuenta

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Abracé con fuerza a mi abuela y deposité un beso ruidoso en su mejilla antes de marcharme

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Abracé con fuerza a mi abuela y deposité un beso ruidoso en su mejilla antes de marcharme. Tres pares de ojos estaban posados sobre mí siguiendo cada uno de mis movimientos y esperando a que terminara de realizar una despedida larga que no tenía realmente sentido.

ꟷVayan con cuidado, por favor ꟷexclamó nana mientras me alejaba de ella.

ꟷSiempre. ꟷSonreí.

Subí al vehículo en el asiento del copiloto y ondeé mi mano en forma de saludo mientras Taylor hacía marcha atrás el Toyota para incorporarse a la calle. Hizo sonar el claxon tres veces a modo de despedida y finalmente avanzó por la vacía avenida siguiendo a Theo y Tyler que iban en el vehículo que le habían regalado al rubio.

ꟷ¿Qué tal tomaron la noticia los chicos? ꟷpregunté abriendo una caja de caramelos.

ꟷSe enojaron un poco al principio, sobre todo Tyler, pero luego se rieron.

Reí por lo bajo al escucharlo y deposité unas pastillas azules sabor a mora en mi lengua.

ꟷOye, no te comas mis caramelos.

ꟷLos compré yo ꟷrespondí con la boca llenaꟷ. Mi dinero, mis golosinas.

ꟷCreí que compartíamos todo, MIT. Yo comparto mis golosinas contigo.

Rodé los ojos con diversión, pero extendí la cajita en su dirección para que recibiera caramelos también. No tardó en llevárselos a la boca y sonreír como un niño que había obtenido lo que deseaba.

ꟷEntonces, ¿esperaste hasta tu última semana en Rose Valley para confesarle a tus mejores amigos de toda la vida que sabes conducir?

ꟷAfirmativo.

ꟷEso es cruel.

ꟷTotalmente. ꟷRióꟷ. Pero debes admitir que fue una buena táctica, me ahorré casi tres años de tener que ser su chofer todos los días.

ꟷTu inteligencia sigue sorprendiéndome, Tay.

ꟷCreí que habíamos llegado a un acuerdo ꟷse quejó con la mirada fija en la carretera.

Fingí confusión con los ojos posados en el Volkswagen azul que los padres de Theo le habían regalado para su cumpleaños dos semanas atrás. El vehículo avanzaba por la carretera sin prisa, a una velocidad correcta para el pueblo, y observé a Tyler sacar la mano por la ventanilla para mostrar su dedo medio en nuestra dirección.

ꟷEs un idiota ꟷmurmuré con una sonrisa.

ꟷNo cambies de tema, MIT.

Volví mis ojos hacia él y recorrí con ellos su rostro. Su perfil era perfecto, literalmente perfecto. Su nariz recta con pecas, sus pestañas largas y curvadas que envidiaba a morir, su piel inmaculada, los labios rosados y perfectamente carnosos que me resultaban adictivos, y sus ojos maravillosos. Estaba enamorada hasta el ADN y tenerlo tan cerca hacía latir mi corazón con fuerza.

Tres y un cuarto (RVB1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora