Capítulo treinta y siete

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Desperté en una habitación que no era la mía con un pesado brazo alrededor de mi cintura y un rostro escondido en mi cabello

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Desperté en una habitación que no era la mía con un pesado brazo alrededor de mi cintura y un rostro escondido en mi cabello. Reconocí el cuarto rápidamente: los libros en el suelo, los bolsos con ropa, la máquina de escribir, las galletas Oreo. Los recuerdos me invadieron en cascada y abrí los ojos de par en par al comprender lo que había sucedido.

Me había acostado con Tyler. Había tenido sexo con Tyler Murphy.

Poco me faltó para empezar a hiperventilar, estaba tan sorprendida como atemorizada. No salí corriendo porque eso lo despertaría, en su lugar tomé el brazo con mucha delicadeza y lo coloqué a un costado del colchón para luego rodar sobre mi cuerpo y bajar de la cama. ¡Estaba desnuda! Y por supuesto, si habíamos tirado las prendas de ropa por la habitación ya que no eran más que una molestia en ese momento en que solo queríamos un contacto de fuego. No tardé en encontrar mi ropa interior y mi pijama y, de puntillas para no hacer ruido, me vestí.

Tyler descansaba plácidamente, con las sábanas y mantas cubriendo su cuerpo desnudo y terso. Su rostro portaba una expresión de calma y tenía los labios entreabiertos así como el cabello desordenado. Por un segundo quise acercarme, arrodillarme frente a él y acariciar su dulce rostro, pero no lo hice porque eso hubiese sido una estupidez gigante.

Con pasos silenciosos me encaminé hacia la puerta del baño y con cuidado giré el picaporte asegurándome en todo momento de no hacer ruido. Me colé por un espacio pequeñito entre la puerta y el marco e ingresé al cuarto. Apoyé la espalda sobre la madera blanca y tomé una amplia bocanada de aire para llenar mis pulmones de oxígeno.

Por Dios.

ꟷOh, por Dios. Oh, por Dios ꟷsusurré con rapidezꟷ. ¡Oh, por Dios!

Llevé una de mis manos hacia mi rostro y la presioné contra mi boca. ¡Había tenido sexo con Tyler Murphy! ¡Con mi abuela durmiendo plácidamente al otro lado del pasillo!

Me dirigí hacia el lavabo y apoyé mis manos sobre el frío mármol, alcé mi rostro para verme en el espejo y mi reflejo me espantó. Llevaba el cabello desordenado, pequeñas ojeras bajo mis ojos y lo que parecía una pequeña marca violeta en la zona de mis clavículas. ¿Tyler me había dejado un chupón? Bueno, no sabía por qué me sorprendía si todo en él indicaba que era esa clase de muchacho.

ꟷ¿Qué demonios has hecho, Genesis? ꟷme regañé en susurros observando mis ojos a través del cristalꟷ. ¡Tyler! ¿En serio? Nos ha gustado desde siempre, pero conoces su reputación, demonios. ¡Y estás enganchadísima con Taylor!

Había perdido la cabeza y había comenzado a hablar sola. Estaba a un pasito del hospital psiquiátrico, había escuchado que las paredes eran cómodas por lo que esperaba poder dormir bastante cuando finalmente me encerraran.

Abrí el grifo de agua caliente de la ducha y cuando observé el vapor comenzar a subir hacia el techo, me despojé de mis ropas e ingresé a la bañera. El agua impactó de lleno sobre mí y me hizo estremecer por la temperatura elevada, pero rápidamente comencé con la tarea de limpiarme dejando mi cuerpo enrojecer.

Tres y un cuarto (RVB1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora