EL INICIO

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Había llegado a la aldea de su amigo para tomarse un merecido descanso, después de tantas misiones cumplidas junto a su equipo sólo podía pensar en relajarse y por alguna extraña razón le mandó un mensaje a él.

Aún ahora, que estaba llegando a Konoha, no sabía por qué decidió ir a verlo precisamente a él.

Recordaba haber terminado la última misión y sólo en su habitación sacó su móvil para mandarle un mensaje a él. Al principio sólo sería una simple charla sin importancia. Después de todo no había tanta confianza entre ellos.

Pero en algo su padre tuvo razón, por más que se esfuerce en negarlo:

"Boruto tiene algo que a tí te falta y necesitas descubrir qué podría ser".

Buscó su número y sin pensarlo mucho le mandó un mensaje, el cual fue respondido al segundo siguiente por él, esto lo sorprendió.

Luego le mandó otro y así estuvieron durante una hora aproximadamente con el WhatsApp hasta que él le dijo:

"Oye ven a mi casa, te invito este fin de semana. Anda vamos, quiero mostrarte la aldea al completo y charlar cara a cara que es mucho mejor que hacerlo así"

Sonrió al leer el mensaje porque le pareció una buena idea hacerlo y sin pensarlo respondió

"Interesante idea, iré mañana ya que en estos momentos estoy libre. ¿Me esperaras en la estación?"

Cuando él le respondió que si, sintió una inmensa alegría. Algo muy inusual en su persona. Al contárselo a su padre éste sonrió misteriosamente y dijo:
- Al fin haces lo correcto hijo.

En verdad no entendía ese afán de su padre por unirlo tanto al hijo del Hokage de Konoha pero lo alegraba verlo sonreír.

Y por tal motivo ahora se encontraba en el tren a tan solo unos minutos de encontrarse con su amigo.

Shinki miraba el paisaje sumergido en sus pensamientos que estaban siendo invadidos por él: Boruto Uzumaki.

Esa misión que su padre les hubo encomendando juntos hacía ya tiempo, le bastó para conocerlo mejor y desear volver a verlo.

Durante ese tiempo estuvo intentando entender esos extraños sentimientos y hasta luchando contra ellos.

Después de todo, durante toda su vida se valió de la razón y no del corazón. Pero Boruto vino a patearle toda la estantería con su personalidad tan peculiar.

El tren llegó y él no tardó en verlo, allí parado resaltando entre la multitud. Sonrió alegremente.

Al salir del tren fue visto por su amigo quien levantó su brazo derecho y gritó:
- ¡Hey Shinki! ¡Aquí! - sin pensar siquiera, no bien bajó del vagón del tren Boruto se avalanzó a él rodeándolo con sus brazos en un efusivo abrazo. - Menuda alegría verte otra vez - le dijo sin soltarlo y él no supo cómo reaccionar.
- Eh...si...hola...Boruto... - estuvo duro sin moverse - ¿A qué se debe tanta efusividad?
- ¿Eh? Tú y tus extrañas preguntas jajajaja - contestó el rubio riendo felíz.

Su sonrisa era tan contagiosa, que no pudo evitar de sonreir también. Cuando tuvo su equipaje con él, Boruto lo sujetó diciendo:
- Vamos que nos están esperando.

Sin esperar respuesta jaló al recién llegado de la mano, mientras lo alejaba del andén y las personas para llevarlo a donde estaban los taxis.

Allí eligió a uno y colocó las valijas en el baúl, luego ambos jóvenes subieron y el auto se puso en marcha. Boruto se mostraba muy felíz, ya que hablaba de todo un poco y reía a más no poder.

SECRETOS DE UNA PASIÓN (BORUSHIN) (SASUNARU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora