:𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟤:

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Adormilado podía ser la palabra incorrecta para describirlo, llevaba una semana de locos, sus ojos estaban casi cerrados por completo. Los asientos del auto de Niall eran perfectos para tomar esa siesta que justamente necesitaba, entre el restaurante y la universidad no se daba a basto y no podía estar más agotado.

Tayó sus ojos con su manos vueltas puños — verlo despertar era esquisito — bostezó mientras estiraba sus brazos para poco después abrazar a su novio y atraerlo hacia sí proporcionándole un cálido beso en los labios.

— Lou — murmuró el rubio aún sobre sus labios —. Zayn está esperándote para entrar.

Louis gruñó, aún no estaba demasiado contento con el moreno —. Lo mejor de la vida se hace esperar.

El rubio negó con la cabeza mientras sonreía. Él más que nadie podía confirmar las palabras de su novio, lo había cortejado por  un año ya que no se encontraba muy seguro y no quería apresurar las cosas.

— Amor...—reprochó.

— Bien — gruñó molesto mientras se quitaba el cinturón. Se bajó del auto y cerró la puerta con fuerza. Niall solo lo observó marcharse.

Louis caminó junto a su mejor amigo sin decir una palabra, este lo miraba de soslayo pretendiendo no hacerlo enojar más. Sin embargo podía sentir su mirada acusadora como si quisiera decir algo.

—Tengo que pasar a rectoria antes de iniciar clases — se dirigió con tono serio —. No me esperes, puedo regresar solo.

Así se marchó, dejando a Zayn en completo silencio con su rostro lleno de culpabilidad. Era cierto que Louis tenía toda la razón de enojarse con él pero todo había sido por una estupidez.


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Caminó sobre un pasillo lleno de adoquines de piedra roja. Estaba muy pensativo, no entendía por qué el rector lo había mandado llamar, era bien cierto que el último período no había salido a la perfección en todas sus asignaturas pero eso no dañaba su excelente promedio.

Entró a la rectoria y se acercó al inmobiliario donde se encontraba Eve, la secretaria.

— Lou que gusto verte por aquí muchacho — lo recibió con un beso y un abrazo.

Eve era una mujer algo mayor, llevaba tiempo ofreciendo sus servicios a la universidad y también era una de las mejores amigas de su madre.

El castaño le regaló una sonrisa tierna a la dulce mujer. No tenía mucho tiempo antes de iniciar clases.

— El director me ha citado — levantó las cejas con picardia —. ¿Sabes qué necesita de mí?

— Lo siento Lou no sé mucho — respondió avergonzada —. Te dejaré entrar.

La mujer se adentró a la sala del director y salió tan pronto como un rayo así dejándolo pasar.

Cerró la puerta tras de sí y se acercó hasta el escritorio con cautela. Un hombre lo esperaba de pie y en cuanto se encontraron de frente este le extendió la mano en forma de saludo.

— Señor Tomlinson es un gusto tenerlo por aquí por favor tome asiento — indicó el hombre señalando una silla —. Como ya sabe cada cierto tiempo la institución elige a un estudiante con excelencia académica para mandarlo de intercambio a otro país.

Asintió con interés, había luchado mucho por esa oportunidad pero todos los años había algo que le impedía lograr esa meta.

— Hemos decidido que usted se ha ganado esa oportunidad con base a todo el esfuerzo y dedicación que ha demostrado durante su estadía aquí. Usted estaría ocupando su lugar el siguiente año con todos sus gastos pagados.

Su corazón empezó a latir con una velocidad desesperada, sentía que este se le saldría por la boca en cualquier momento, estaba mudo, era una excelente oportunidad, no iba a dejarla escapar. Escuchó todo lo que el hombre tenía que explicarle y en cuanto no tuvo duda alguna se despidió con agradecimiento de él.

Tomó del escritorio entre sus manos temblorosas unos documentos que tenía que llenar para dar por aprobada la solicitud y cerró la puerta. Se despidió de Eve y siguió con un poco de torpeza su camino.

Caminaba con tanta velocidad y nerviosismo que no notó cuando chocó con una persona que accidentalmente se había cruzado en su camino haciéndolo tirar todos sus papeles.

—Yo... Lo lamento — dijo Louis mientras recogía sus papeles tratando huir de ahí.

— Está bien yo te ayudo — la voz del hombre era grave pero a la vez gentil intentando no asustarlo —. ¿Te has hecho daño?

Levantó la mirada para ver al hombre que yacía frente a él, era hermoso. Ojos verdes y azules se perdieron en una danza, mezclándose entre sí como si no hubiese un mañana.

— Lo lamento — dijo una vez más y con la cabeza agachada comenzó a caminar lo más rápido que sus piernas le permitían hacia su salón de clases.

Tan pronto como llegó a su aula indicada, tomó asiento lo más lejos del profesor y tapó su rostro con sus manos. Sentía la adrenalina del momento correr como electricidad por todo su cuerpo. Se había encontrado con el hombre más perfecto que podía haber en el mundo y él se había quedado estático, sin poder mencionar palabra alguna. Idiota, pensó y se dio unas palmadas contra la frente. Excelente Louis.

Después de dos clases casi interminables no quiso salir del salón, claro que ya no sentía las nalgas pero su orgullo era más grande, no quería ver a Zayn y tampoco quería encontrarse con el hombre con el que había tropezado.

Desenredó sus auriculares y los conectó a su celular para escuchar un poco de música, igual y podía dormir un poco más mientras iniciaba la clase siguiente.

Suspiró asustado cuando sintió un codazo contra su costilla izquierda. Uno de sus compañeros de clase había visto entrar al profesor y lo menos que podía hacer era despertar al castaño. Levantó la vista y la fijo directamente en el hombre que se encontraba al frente de la clase, se trataba del mismo con el que había tropezado en la mañana.

—Buenos días — dijo el hombre mientras se quitaba un suéter azul turquesa —. Mi nombre es Harry Styles y yo seré su nuevo profesor de Filosofía.

La saliba de Louis se atoró en su garganta, el hombre traía la camisa con una mancha de café extremadamente vistoza. Quería que la tierra lo tragara y lo escupiera en China. Observó a Harry.
Tenía el cabello corto y al parecer había una probabilidad de que existan unos cuantos rizos en él. Su piel era clara, sus labios un rojo color sandia y sus ojos eran verdes como un par de gemas. Tal cual como los había estado reproduciendo en su cabeza toda la mañana.

𐇵	𝓯𝓮𝓪𝓻𝓵𝓮𝓼𝓼 𐇵 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora