:𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟤𝟪:

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Sus ojos viajaron maravillados por todo el departamento, sabía que su padre era un excelente empresario - había estado investigando en internet y ese era su veredicto - y que por obvias razones debía vivir libre de carencias.

Sonrió como un niño al encontrarse con la casa de un perro en una esquina de la sala, su mirada se iluminó con un suave brillo. Realmente era amante de todos los animales pero en sus condiciones, era casi imposible mantener por un largo período a alguno cerca.

- La comida estará lista en unos minutos, corazón - sus mejillas ardieron como dos fogatas, la mujer que le había abierto la puerta anteriormente parecía ser muy dulce -. Tu padre debe de estar por llegar de trabajar.

Louis realizó un asentimiento con su cabeza y sonrió cálidamente. Tenía unos minutos de haber llegado al lugar y la mujer ya lo trataba como si lo conociese de toda la vida. Eso le agradaba realmente, le ayudaba a no sentirse un intruso.

Meneó sus manos nervioso, Jack no se había mostrado ser una mala persona, de hecho era todo lo contrario. Pero no dejaba de pensar que esa era la primera tarde que iban a pasar juntos como lo que eran, padre e hijo. No quería arruinar eso.

Suspiró e intentó tomar aire, cuando un perro que apareció por la puerta de entrada se dirigió corriendo a toda velocidad contra su cuerpo. Louis casi se muere del susto si no es porque la mujer que salía de una de las habitaciones le hizo un llamado al canino.

- ¡Rufus! - gritó la mujer y comenzó a dar golpes, molesta con su pie contra el piso -. Quieto perro del infierno.

Rufus, un perro de raza San Bernardo, se quedó parado en su lugar y miró a la mujer con una carita de no romper un plato mientras movía su cola de un lado a otro. Demostrando lo obediente que podía lograr a ser. Claro, no podía quedar mal con las visitas.

- Disculpa si te asustó, corazón - negó la mujer dándole una sonrisa a Louis que respiraba lentamente para recuperar la calma perdida por el susto -. Tu padre ha mimado demasiado a ese perro.

- Lo siento - dijo Jack que apareció en el marco de la puerta, parecía ser que el hombre había corrido varios pisos -. Rufus se me ha escapado mientras subíamos los últimos cuatro pisos.

Louis sonrió divertido, le hacía gracia la forma en que su padre había llegado. Seguramente así se veía él, cuando subía los pisos al departamento de Harry o de su madre.

- Hijo - se acercó hasta el sillón donde se encontraba el menor, cuidando su distancia, no quería incomodarlo.

Sin embargo se vio sorprendido cuando Louis lo abrazó. No creía que siquiera eso pudiese pasar hasta bien pasado un tiempo. Había soñado con aquel momento desde que se enteró que el castaño era su hijo.

- No esperaba que llegaras tan rápido - le dio una palmada en el hombro, que él castaño recibió como un buen gesto -. Pensaba que ya tendrían listo a Rufus en la veterinaria pero al final he tenido que esperar un poco más por él.

- Yo...Hum...Tu perro es adorable - terminó por decir, los nervios lo carcomian, se sentía tan estúpido -. He salido antes de la universidad y me he venido directamente para acá, espero que no te moleste.

- Estás en tu casa, hijo - Jack le sonrió y algo en su corazón dio un apretón -. Seguramente Clara ha preparado algo inusualmente delicioso para comer.

Por un momento su mirada se dirigió a Clara quien le sonrió con dulzura.

- Deberían lavarse las manos - caminó la mujer en dirección a la cocina -. No es por presumir pero esto ha quedado para chuparse los dedos.

𐇵	𝓯𝓮𝓪𝓻𝓵𝓮𝓼𝓼 𐇵 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora