:𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟣𝟢:

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Louis se giró y lo miró incrédulo, lo que pasaba era que Harry era un idiota. Se miraban a los ojos intentando averiguar qué haría el otro, el rizado le tenía tomado por la muñeca no pensaba dejarlo escapar. 

— Suéltame Harry — chilló. 

Una sonrisa pícara se ensanchó en su rostro y con la mano que no tenía sostenido al castaño, lo tomó por la cintura y lo atrajo hacia su cuerpo. 

Su corazón latía con fuerza, tenía miedo que se le saliese del pecho, tan cerca como se encontraban podía inhalar a la perfección el aroma de Harry impregnandose en cada poro de su piel. Quería decir algo pero no estaba seguro de qué. El sonido de los latidos de su corazón retumbando en sus oídos no le permitían reaccionar. 

— Eres tan pequeño Louis — Harry acercó su rostro hasta el de él quedando a un par de centímetros de separación. Su piel se erizó. No lograba reaccionar. Quería ser besado por Harry —. Si quieres que te bese Lou, serás tú quien tendrá que pedirlo. 

— Y-yo — quería abofetearse en ese momento, nunca demostraba debilidad ante nadie pero quería los malditos labios de Harry sobre él, tartamudeó —. Bésame Harry. 

Harry lo miró lleno de deseo e impactó sus labios, era un beso desesperado por el que sus cuerpos pedían más, lleno de intensidad y rudeza. Bajó las manos hasta el trasero del menor y lo levantó obligándolo a poner sus piernas alrededor de sus caderas. Caminó con él hasta su habitación sin despegarse un solo momento. Sus labios eran elixir. 

Lo pegó contra la puerta y comenzó a quitar la playera con la que vestía Louis, bajó sus labios nuevamente al cuello del menor succionando con necesidad su piel. 

Su cuerpo necesitaba más, los labios y caricias de Harry lo estaban llevando a otro mundo, uno lleno de locura. Como pudo caminó con Harry hacia la cama, este lo dejó caer sobre ella para después acomodarse  sobre él. 

Las caricias de Harry eran cada vez más intensas, el tacto de sus dedos quemaba sobre su piel como fuego. El rizado empezó a recorrer con sus labios el cuerpo del menor, era precioso. Besó los pezones de Louis con detenimiento, quería tenerlo sólo para él. Arqueó su espalda, se estaba volviendo loco, no estaba seguro cuánto podría soportar. Mordió su labio. 

Los labios de Harry bajaron junto con sus dedos al borde del pantalón de Louis. Besó su ombligo y con su lengua recorrió la zona erizando cada centímetro de su piel. Quitó los pantalones del menor y los dejó por algún lugar de la habitación. 

— Harry — dijo en un murmuro e intentó quitar la playera de su vecino quería tocarlo, sentir su cuerpo bajó la yema de sus dedos pero Harry se negó.Quería hacerlo sufrir.

— Hoy sólo me voy a dedicar a  complacerte — la voz ronca de Harry lo excitó más, gimió bajito, no era un buen plan que lo escuchara todo el edificio. Apretó sus labios en una fina línea. 

Las manos de Harry pasaron por sobre su erección, gruñó, Louis lo ponía demasiado mal, quería sacar su bestia interior. Sin previo aviso, bajó los bóxer del chico y miró su miembro. Acercó sus labios hasta él y comenzó a besarlo. 

— ¡Joder Harry! — exclamó, intentaba contenerse. Con sus manos tomó las colchas y las apretó. 

Las manos de Harry tomaron el miembro de Louis comenzando a masturbarlo, primero con un ritmo lento y exquisito, después  más rápido, provocando que Louis levantara la pelvis con necesidad. Sentía que estaba a punto de correrse cuando Harry paró de golpe. 

Se acercó hasta los labios del menor, depositó un beso, este de manera dulce y bajó nuevamente hacia el miembro de Louis. 

Lo metió a su boca y empezó a bombear con rapidez, lo haría correrse como nadie en la vida lo había hecho. Louis se arqueó de placer, quitó al rizado de sí, justo cuando él semen salió manchando su abdomen y salpicando un poco el rostro de Harry. 

— Es una delicia señor Tomlinson — habló Harry con perversión. Las mejillas de Louis enrojecieron en signo de vergüenza. 








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Tan pronto Harry se marchó del departamento dejándolo solo. Louis tomó sus cosas que estaban tiradas por toda la habitación, limpió con rapidez su abdomen y salió corriendo del lugar. 

Estaba exaltado, lloraba con desesperación no quería preocupar a  Zayn o a su novio. Su novio, era un idiota ahora sí, le había pintado los cuernos al rubio y no sabía cómo, se había dejado envolver en un mar de pasión sin siquiera pensar en las consecuencias que podía atraer. 

Entró a una cafetería, quería calmarse y respirar hasta que una solución entrase en su cabeza. 

— Louis — una voz tras él lo hizo brincar sobre su asiento e intentó limpiar sus lágrimas inútilmente ya que estás no dejaban de salir —. ¿Estás bien? 

Liam se sentó frente a él, el menor no se encontraba bien, no había que ser un adivino para saber que algo malo le estaba ocurriendo. 

— Vamos a mi departamento para que puedas tranquilizarte — le dio una palmada en el hombro en signo de confianza. 

Louis asintió entre lágrimas y salió con Liam del lugar. En todo momento el chico le brindó una sonrisa amable. 

En cuanto estuvieron en el departamento de Liam este le ofreció un lugar en su sillón favorito y le preparó un té. 

— ¿Niall o Zayn sabían qué estabas en ese café? ¿Alguien te hizo daño Louis? — Liam lo miraba preocupado, nunca había visto así al chico. Él negó y mientras soplaba a su taza de té. 

Liam se levantó de la pequeña mesa que se encontraba frente a Louis y lo dejó para llamar a Zayn. 

Tan pronto terminó la llamada se dirigió nuevamente a la sala con un plato lleno de galletas para su invitado. 

— Uh... Gracias Liam — su voz salió como la de un niño asustado. 

Liam asintió no era cosa del otro mundo, sólo lo había llevado a su hogar y lo había alimentado en espera de que se tranquilizara sin alguna otra intención. 

Le prendió la televisión un rato, al ver que el castaño no planeaba mencionar palabra alguna, y se dedicó a estudiar en el comedor observándolo de vez en cuando. Al menos ya había parado de llorar. 

Escuchó el timbre sonar y se dirigió hasta la puerta. Louis lo observó con desesperación y Liam solo atinó en obsequiarle una mirada dulce, en sus planes no estaba perturbar lo más. 

— ¿Dónde está él? — la voz de Zayn sonaba exaltada. Entró a la casa-como un desquiciado- en su búsqueda. 

Louis se levantó de donde se encontraba, perplejo y asustado no esperaba que Liam llamara a su mejor amigo. Vio al chico tomar el teléfono con anterioridad pero no había prestado más atención. 

— Lo siento Lou — se disculpó Liam pero el menor no sabía cómo actuar. 

— Si me entero que tú le hiciste algo Liam te juro que te mato. 

— No lo harías Zayn — lo miró con rabia. 

— Retame — respondió irritado. 

— Deberías llevártelo está muy afectado — la voz de Liam sonó más calmada, Zayn sólo asintió mientras sacaba a un mudo Louis del lugar. Más tarde regresaría a hablar con él o lo vería en la universidad. 

Caminaban en dirección hacia el edificio del castaño, silenciosos como si quisieran pasar desapercibidos del mundo. 

Louis detuvo a Zayn tomándolo por la muñeca —. Tengo hambre. 

— Louis no es momento para comer — respondió Zayn con seriedad. 

— Por favor — rogó, sus ojos estaban repletos de lágrimas. Tampoco es como si pudiera llegar así con su madre, nada más lograría preocuparla. Estaba angustiado. 

Zayn accedió, pasaron rápidamente por una "Cajita Feliz"  y retomaron su camino. 

Subieron juntos las escaleras hacia su piso, estaba nervioso ya había parado de llorar, ya sólo quedaba la hinchazón de sus dulces ojos. 

Se detuvo un momento, giró hacia la puerta de Harry y con Zayn aún a su lado siguió su camino, como si no hubiera pasado nada, como si no hubieran roto su corazón. El deseo lo había consumido pero él no quería ser sólo eso. 

𐇵	𝓯𝓮𝓪𝓻𝓵𝓮𝓼𝓼 𐇵 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora