7. Evaluaciones y entrevistas

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Haymitch y yo nos gritabamos de un lado a otro de la habitación, Peeta sostenía al rubio y Nocta y Effie me sostenían a mí.

— SIEMPRE ES LO MISMO CONTIGO, BUSCAS CUALQUIER EXCUSA PARA ECHARME LAS COSAS EN CARA PERO ESTOY HARTO DE TI , ASÍ QUE VEN AQUÍ Y ARREGLEMOS LAS COSAS DE LA MANERA QUE SABEMOS .

— NO TE TENGO MIEDO HAYMITCH .

La pelea había comenzado tras enterarnos que Katniss le había lanzado una flecha a los vigilantes durante su sesión privada. El problema no hubiera escalado si Haymitch la hubiera reprimido como yo lo hice pero en lugar de eso se rió y la felicitó por su valentía.

Finalmente me solté del agarre de Effie y Nocta y me acerqué a la muchacha.

— Le prometí a Gale que te protegería pero me estás poniendo las cosas muy difíciles Katniss. Tu estupidez puede costarte la vida— tomé una chaqueta y salí del apartamento en busca de Finnick.

Mags me recibió en la puerta y con su voz casi inaudible me invitó a pasar.

— ¿Está Finnick aquí?— la mujer me sonrió y asintió no sin antes limpiar una lágrima de mi cara y darme una palmadita para reconfontarme.

—¿Lidya? ¿Estás bien? — Finnick me miró con preocupación y se acercó a darme un abrazo.

— ¿Podemos hablar en algún lugar más privado? — me guió hasta su habitación y cerró la puerta. Me senté en su cama y comencé a llorar.

— Estoy harta Finnick, estoy harta de todo esto. Estoy harta de Snow, del capitolio, harta de los juegos, de ver morir a todos esos chicos.

— Lo sé, lo sé — Finnick me tomó entre sus brazos y me dio un beso en la frente, mi frente comenzó a sentirse húmeda así que lo miré, también lloraba.

— Desearía poder hacer algo para no verte así. Desearía quitar todo el dolor de tu corazón y sentirlo en tu lugar de ser necesario, ojalá hubiera algo que yo pudiera hacer para sanar tus heridas— nos miramos en silencio unos minutos, aún con lágrimas en el rostro.

— Ojalá pudiéramos escapar.

— Ojalá— sonrió.

— Podríamos huir al bosque. Tal vez, si tú vas conmigo al distrito 12 alguna vez, podamos escapar juntos. Sólo tú y yo.

— Lidya no hay nada que más anhele que huir contigo y hacer una vida juntos, apartados de todo esto. Yo no tengo a nadie pero tú tienes familia, gente que te ama, Snow no dudará en asesinarlos a todos si hacemos algo así. Ya te ha amenazado antes pero esta vez será real—

— Tienes razón, es una idea muy estúpida. Supongo que jamás tendremos más que esto.

— Llegará el día en el que finalmente podremos estar juntos, te lo juro— tomó mi rostro entre sus manos y dejó un suave beso en mis labios.

— Cuando seamos de la edad de Mags, tal vez— bromeé un poco para alejar la tristeza del ambiente.

— Y seguirás luciendo tan preciosa como siempre — de pronto sentí mi corazón saltar de alegría al oír su comentario y mirar su hermosa sonrisa.

— ¿Recuerdas cuando nos conocimos?

— ¿Cómo crees que voy a olvidarlo? Te adoré desde el primer segundo en que te vi. Desearía haberte conocido en otra situación pero no me arrepiento de haber entrado en esa habitación aquella vez.

Finnick y yo nos habíamos conocido de una manera para nada romántica, era un 21 de julio, un mes después de que fui cosechada Snow me había obligado a ir a una fiesta, dijo que el anfitrión había pagado por "mi compañía" pero en ese momento no sabía a lo que se refería.

La chica de las flores | Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora