#25

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Todavía tengo la foto de Ezequiel, la miro y me da una mezcla de ternura, y odio, la ternura por como duerme, se parece a un bebé, un poco más grande y con músculos marcados; y el odio porque la foto la tenía esa zorriputa de Raquel. En fin, la cosa es que decidí devolverle esta foto al dueño, osea Ezequiel, ni loca se la doy a esa... no se me ocurre ningun apodo.

Din dong, din ding...

Toque repetidas veces el timbre, hasta que salió, pero no salió vestido como una persona normal, sino que salió con una toalla enrollada en sus caderas, con el resto del cuerpo al aire libre. En ese momento me quedé paralizada...

-Ey, cuando termines de analizar si estoy en forma, podes pasar. -dijo este haciendo que me ponga como un tomate.

-No, no...- moví las manos en negación, saque la foto del bolsillo de mi short y se la di.- Creo que es tuya y no estaba en un lugar muy lindo que digamos...

-Ay, pero si esta foto la tenía Raquel en su cuarto, ¿Se la sacaste?- no contesté, solo miré para otro lado y me quedé callada, sabía que cualquier respuesta iba a ser una mierda. -¡Genial! Ahora ya no se puede acordar más de mi... gracias- dijo animado y me abrazo fuerte. Nose porque, pero de repente siento que acá había algo más, sentí algo raro en mi estómago, como si mis neuronas tuvieran hambre, y de casualidad habían bajado hasta mi barriguita (porque prácticamente no tengo. )

¡Ay, porfavor! ¿Neuronas en el estómago? Esas son las famosas mariposas. ¡Que idiota! ¿¡Acaso te tengo que explicar todo!?

Gracias, pero me quedo con mi suposición, me gustan más las neuronas. A parte... yo estoy saliendo con Agustín y con el estoy bien, es bueno, atento y cariñoso, no necesito nada más.

-Grr...- mi estómago grita que quiere comida.

-Hay un bar acá cerca, ¿Querés ir? -UY... ¡ES OBVIO QUE SI!

-Si. -creo que fui muy fría. Después de eso me cerró la puerta en la cara y dijo que lo esperé, que se iba a vestir.

Una vez salió, me guió hasta el pequeño bar, era lindo, estaba adornado como un lugar retro, me gustaba, era mi tercer lugar favorito de esta ciudad. Primero está mi cama obvio, segundo el pequeño parque que esta cerca de mi casa, y tercero este bar. Pedimos algo para comer y algo para tomar, la situación era algo incómoda, ya que ninguno de los dos hablaba me dispuse a romper el silencio...

-¿Jugamos a las 20 preguntas? -le pregunté animada.

-Bueno, pero empiezo yo- dijo mientras pensaba-. ¡Ya se! ¿Es cierto que sos huérfana? -uy, arranco fuerte.

-Mm...- le conté todo con lujo de detalle. -. Me toca. ¿Quien es mejor Raquel o yo?

AY... ¿¡POR QUE PREGUNTE ESOO!?

-V... vos... -murmuró- Mi turno... ¿Por que hiciste esa pregunta? -inesperado.

-Mm... la verdad nose, solo tenía curiosidad y ya, pero creo que fue más allá de la curiosidad, tal vez quería saber si te interesa más ella que yo.- prometo no volver a jugar a esto.

-Ja... tonta, ¿Como me va a importar más una chica cualquiera que una amiga? -¿escucharon eso? Fue mi corazón rompiéndose. Esperen un segundo, porque mi corazón se iba a romper, solo somos amigos, creo que mi hambre me esta haciendo perder la cabeza.

-Amigos...- murmure sin darme cuenta.

-¿Que?

AY... PENSE QUE NO ME HABIA ESCUCHADO...

-No, nada jaja- me reí nerviosa. -. En fin, ya me voy a casa antes que se haga de noche, chau... "Amigo"

Estaba llegando a casa, seguía sin poder creer como mis emociones se mezclan con el hambre. Eran las 18:43, aproveché y me fui a dormir un rato.

El intruso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora