I'll wait here for you
For I'm broken
Down, coming down this time
For my heart lies
Far and away where they took you down
Let them over to your house
Where I'm broken
Jake Bugg
Cuando llegamos a casa me duelen la cabeza y la espalda y lo único que quiero es meterme en la cama y dormir.
Carla se levanta del sillón y se encoge de hombros antes de que mis ojos descubran a Barry ahí sentado. También se incorpora y yo freno de golpe, como mi corazón, hasta que siento entre mis omóplatos la mano de papá, alentándome a avanzar.
—Le dije que no querías verlo, pero se puso pesado —murmura Carla en argentino y con cara de culpa.
Barry gira la cabeza para mirarla y sonríe con gesto cansado.
—Sé lo que dices, Carla.
Mi amiga abre los ojos con sorpresa y papá se la lleva a la cocina, dejándome ahí sola. Con él. Con Barry Brown. Está despeinado y tiene ojeras tan oscuras que me pregunto si él también se habrá enfermado.
Temblando me quito el abrigo y me siento en el sillón de un cuerpo, con la vista clavada en la mesa de centro. Él se sienta frente a mí, pero no dice nada y no puedo evitar alzar la vista un rato después. Me está mirando fijamente y con el gesto serio; la línea de su boca es una raya recta y tiene los párpados enrojecidos, como si no hubiera dormido en los últimos cuatro días. Sus ojos parecen grises, demacrados. Nunca vi esa tristeza ni por asomo en su cara y no puedo evitar fruncir el ceño, preocupada, incómoda, un poco sin poder creer que Sir Barry Brown esté en Notting Hill y en ese estado. En el sillón de mi casa, como si yo fuera Julia Roberts o alguna diosa celta en tacones de aguja.
—¿Cómo estás? —pregunta apoyando los codos en las rodillas y entrelazando las manos. Clavo mis ojos ahí. No soy capaz de mirarlo a la cara.
—Bien.
—Acabas de llorar —susurra con tono impotente, con el mismo tono con el que me podría haber dicho «la puta madre, Natalie, no me mientas». No contesto. No puedo pensar. De repente todo ha perdido sentido y solo puedo pensar en que papá y Carla podrían estar escuchándolo todo. Y quién sabe, Frank también. Ni siquiera sé si están él o Tabby en la casa. Barry se llena de aire y arranca—. No entiendo qué pasó que no me quieres hablar, pero dime si es algo que...
—¿Quién es esa mujer?
Barry endereza el cuerpo y me mira, atento. Mi pregunta sonó demasiado rabiosa y su mente parece estar haciendo cálculos que no le cuadran. Como a mí. A mí ya no me funciona más la calculadora.
—¿Meg? —pregunta con una expresión rara.
—¿Te acostaste con ella mientras yo dormía?
—No, Natalie ¿Cómo se te ocurre? —salta.
Se está exasperando. ¿Encima se enoja? Y yo siento que se me está saliendo la cadena. Lo último que deseo es armar una escena de celos y quedar como una ridícula, pero la rabia es una fuerza bruta que me domina y me descontrola por completo. ¿Qué coño me pasa? Muerdo fuerte para no perder el control y me duele la cabeza.
—No quiero hablar de esto aquí —articulo como puedo, entre dientes, y me pongo de pie.
—Natalie... Espera, ¿qué haces?
Abro la puerta de la calle y salgo. Quiero correr hasta desmayarme, pero oigo la puerta que se cierra y Barry me toma del brazo.
—No me toques —siseo, liberándome de él. Me siento de verdad una víbora cascabel queriendo morder y lastimar. Bajo los siete escalones hasta la vereda.
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El sueño - Barry Brown 1 (Borrador)
Romance¿Qué pasará cuando todas esas fotos en la pared se vuelvan realidad? A sus veintidós años, Natalie Andrews está en plena crisis existencial. Estudió música para tocar y cantar las canciones de Barry Brown. Sueña con conocerlo, pero sus miedos e inse...