It's a new dawn
It's a new day
It's a new life
For me
And I'm feeling good
Nina SimoneAl despertar tengo cinco llamadas perdidas. Tres son de Carla, una de mamá y la última es de un número privado. Todavía dormida y cayendo en la cuenta de que Frank ya no está en casa, llamo a Carla, pero mi amiga no me deja ni saludar.
—¿Qué carajo hacés durmiendo? Te estoy llamando desde las ocho, mujer. Llegué, abrime —dice, y el timbrazo me hace saltar en mi lugar.
Mientras Carla sube pongo a preparar café y me envuelvo en la bata para recibirla. Si el día empezó atropellado, no mejora: Carla entra como el Demonio de Tazmania, haciendo tintinear sus collares y pulseras a mi alrededor.
—O estás mal de la cabeza o no sabés nada. ¿Estás sola?
Sacudo los brazos y la cabeza como si quisiera quitarme una red de encima y me meto en la cocina gruñendo que baje de revoluciones, que la resaca me está matando, pero Carla me sigue y me toma del brazo, obligándome a ver su expresión desencajada.
—¡Boluda, está Barry!
—¿Eh?
—¡Barry, nena! ¡Está Barry Brown!
—¿Dónde? —pregunto, sintiendo que a cada ridículo fonema que logro pronunciar se me desfigura más la cara.
—¡Acá, en Buenos Aires! ¡Estuvieron toda la mañana hablando de eso y acabo de escucharlo en la radio!
—Pará, pará, pará...
Carla se retuerce como si se estuviera haciendo pis y asiente con una sonrisa que le rodea casi todo el cráneo. Parece el puñetero Stitch.
—¡El tipo de anoche era él, boluda! —larga moviendo la cabeza como uno de esos perritos que ponen los taxistas contra el parabrisas. De repente abre los ojos como platos, ahoga una carcajada, extiende los brazos y salta a abrazarme—. ¡No me digas que no es el mejor cumpleaños de tu vida! ¡Mirá si Barry Brown te cantó el feliz cumpleaños con nosotros, Naaaaaat!
Aturdida, me escapo del abrazo y busco sentarme. ¿Cómo sabe Carla que me ha parecido ver a Barry Brown en el público si yo no se lo he dicho a nadie? Debo de estar dormida. Eso. Aún estoy dormida y todo es un sueño porque solo en los sueños alguien puede leerme la mente. Y solo en los sueños Barry Brown se pasea por Buenos Aires como Pedro por su casa.
—¿Cómo sabés? —balbuceo desplomándome en una de las sillas.
—¿Qué cosa? ¿Que era Barry?
Asiento porque no me sale otra cosa. Estoy teniendo un paro mental. Y me cuesta recuperarme en medio de la verborrea que le da a mi amiga.
—Porque te vi rarísima. Y cuando miro lo que mirabas, mierda, era igualito a Barry Brown. Y no sé en qué momento te enteraste de que estaba, pero cuando dijiste Deepest y empezaste a cantar, me cuadró todo. Encima desapareciste y era obvio que era con él, aunque muy mal lo tuyo con no avisarme, ¿eh? Bueno, te lo podría perdonar. Pero esta mañana cuando te llamé y me atendió Frank que ni enterado de nada... Mierda, amiga, menos mal que cerré el pico y no llegué a decir ni mú.
Mientras voy procesando lo que escucho, pienso que es mi mejor amiga por aciertos como este y le sonrío con el alma cuando me pregunta con la mirada si ha hecho bien. Al final cuenta que su rally ha terminado con un grito en la calle al escuchar por los auriculares cómo Barry Brown le contaba a la locutora que anoche había visto en vivo a La Little Band. Mi banda. Nuestra banda.
—Y te nombró —silabea Carla ya casi sin aire—. Dijo «Ouh, I loov'd h'r», así, todo Queen Elizabeth como habla él —sonríe, la guinda del pastel, aquel detalle.
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El sueño - Barry Brown 1 (Borrador)
Storie d'amore¿Qué pasará cuando todas esas fotos en la pared se vuelvan realidad? A sus veintidós años, Natalie Andrews está en plena crisis existencial. Estudió música para tocar y cantar las canciones de Barry Brown. Sueña con conocerlo, pero sus miedos e inse...