I'm safe
Up high
Nothing can touch me
But why do I feel this party's over?
No pain
Inside
You're like perfection
But how do I feel this good sober?
Pink
Es curioso las cosas que una retiene cuando todo se va a la mierda. Seleccionaba mi ropa en el vestidor y la iba metiendo en mi mochila y lo único que había en mi cabeza por momentos era Sober, de Pink, en un loop interminable.
La primera vez que había escuchado esa canción había sido en la fiesta de Puerto Madero. Recordaba haber pensado que estaba muy bien, que tenía mucha fuerza y hasta había sacudido la cabeza al ritmo poderoso del estribillo. Ahora sabía que Barry había sacudido otra cosa en ese mismo momento. El vídeo daba fe de ello porque se escuchaba de fondo. Y ahora entendía por qué Frank había vuelto del baño con tantas ganas de sacarme de allí.
El sentimiento de traición se retorció en mi pecho, ahogándome. Barry me había mentido. Frank no. Y había perdido a mi mejor amigo, amigovio, pareja o lo que fuera, al bajista y creador de mi banda por querer creerle a Barry Brown, a una ilusión. Cuando yo sabía que era un mujeriego. Siempre lo había sabido. Todo el tiempo. Puta mierda. Yo lo sabía.
Interrumpí lo que hacía para llamar a papá. Pude prever que, si no hablaba ahora en caliente, luego me dejaría vencer por el dolor y no podría ni hablar. Papá estaba dando una clase, pero cuando le dije que necesitaba que me fuese a buscar, debe haber intuido algo porque avisó que ya mismo salía y colgó.
La fiesta se había terminado, Barry Brown también y ahora solo quedaba mi adicción a ese hombre, a esa idea de hombre, porque al parecer nunca había sido lo que yo quería creer que era. Volví al cuarto y seguí juntando mis cosas y metiéndolas en la mochila y todavía retumbaba la voz cascada de Pink en mi cabeza cantando Sober. Perfecta para mí. La vida, como decía Car, era jodidamente creativa.
Entonces vi a Barry entrando al cuarto. Detrás de él venía su bendito guardaespaldas. Como si lo necesitara conmigo. Estaba tan furiosa que no se me ocurrió pensar que James estaba ahí por mí, no por él. Barry me contempló en un pasmado silencio al verme con la mochila en una mano y mis sostenes en la otra y avanzó un paso, inseguro y descolocado.
—No te acerques. Ninguno de los dos —dije, y mecánicamente miré por dónde escapar.
—Natalie...
Corrí al vestidor y cerré la puerta con llave. El corazón se me quería salir de la boca y se me salió cuando escuché el golpe de Barry contra la puerta, el picaporte sacudiéndose como loco. Mierda. Estaba en una puta película de terror con todos los clichés del mundo entero.
—Natalie. Abre la puerta —ordenó, golpeándola.
—¡NO! —chillé. No podía ni pensar. Solo temblaba de rabia en mi lugar, en el centro del vestidor. Miré a mi alrededor, pensando que tal vez podía saltar por la ventana. Escuché la grave voz de James, la réplica de Barry, otro golpe y, al final, el silencio. Esperé un momento, escuchando atenta. ¿Se habrían ido?
—Natalie. Abre la puerta. Tenemos que hablar —insistió Barry, bastantes decibelios más calmado. O al menos intentándolo. Los decibelios los subí yo.
—¡No tengo que hablar nada contigo! ¡No quiero verte más!
Un golpe furioso sacudió la puerta y salté en mi lugar, aturdida. Escuché que discutían y al final otra vez la calma.
—Natalie —era la voz de James—. Abre la puerta.
—No.
—Deberás salir en algún momento y es mejor que lo hagas ahora. Yo estaré aquí contigo —dijo con su tono de domar caballos, y pensé que quizá tenía razón. En cualquier momento llegaría papá y yo quería estar lo más cerca posible de la calle para subir al coche y salir eyectada de ahí. No podía irme por la ventana y no me quedaba otra que salir por esa puerta, sorteando como fuera el tener que enfrentarme a Barry Brown. Mierda. No podía enfrentarlo en su estado y en el estado en el que estaba yo. Uno iba a matar al otro. Como si leyera mis pensamientos, James insistió—: No te dejaré sola. Confía en mí.
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El sueño - Barry Brown 1 (Borrador)
Romance¿Qué pasará cuando todas esas fotos en la pared se vuelvan realidad? A sus veintidós años, Natalie Andrews está en plena crisis existencial. Estudió música para tocar y cantar las canciones de Barry Brown. Sueña con conocerlo, pero sus miedos e inse...