11. With a little help from my friends

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What would you think if I sang out of tune?
Would you stand up and walk out on me?
The Beatles


—¿Cuántas veces viste ya ese video? —pregunta Carla cuando entra en la cocina y me encuentra tomando té de tilo como una enorme loca y mirando por enésima vez la grabación de mi dúo con Barry en la fiesta. Miro el reloj y descubro con sorpresa que ya es pasada la medianoche.

—Cuatro mil trescientas doce —suspiro y cierro el ordenador tratando de fingir tranquilidad. Aunque a Carla no la puedo engañar.

—A ver. Dejame ver —dice ella estirando las mangas de la bata para meter las manos y abrazarse a sí misma con frío y sueño mientras se sienta a mi lado.

—Si ya lo viste.

—Sí, y quiero verlo de nuevo con vos. Ponelo.

Algo avergonzada por hacerlo una vez más, abro el ordenador, le doy al play y me encojo en mi lugar. No me gusta verme filmada y por eso no subo vídeos al maldito YouTube del terror en el que aterrizó Barry Brown no sé aún cómo, pero tengo que reconocer que en esta grabación hay algo distinto: Barry, sentado a mi lado al piano, me mira de una forma que me obliga a gustarme. Y vuelvo a comprobar que me gusta verme mirada por él. Es un megasueño hecho realidad y yo estoy en el centro con la cabeza hecha un lío total.

—No puedo creer que no seas consciente de cómo te mira y que estés acá mirando esto en vez de estar con él, dándole duro —bufa mi amiga a los dos minutos de reproducción.

—¡Carla! —exclamo medio ahogada.

—¿Qué? ¿Qué te pasa, que de repente te convertiste en Sor Natalie? Todos vimos cómo te miraba en la oficina. Hasta Frank dijo su «awkward» y ya sabés que cuando Frank dice su «awkward»... ES «awkward».

—No me lo recuerdes.

—Ya está, amiga. Dejate de sufrir. Ya todos asumimos que Barry te trajo para conquistarte y llenarte esa panza de unicornios.

—¡Shhh!

—¿Sabés lo que dijo Liam cuando te fuiste? Que Barry no duerme desde hace un mes, pensando en todas las cosas que quiere hacer con vos.

—¡Ja! Habrá tenido cómo entretenerse —digo, sonando mucho más resentida de lo que espero, y mi amiga me golpea el brazo. Fuerte. Tan fuerte que me hace doler—. ¡Ay!

—Ay nada. Te lo merecés por hacerte la mosquita muerta salida no sé de qué parroquia barrial de cuarta. ¿Qué hacían con Barry afuera de la oficina?

—¿Eh?

—Frank me dijo que estaban ahí afuera feromoneando.

—¿Qué? No. Barry estaba feromoneando. No sé quién se cree que es.

—Ah. Y vos, no, ¿cierto?

—Yo hago todo lo posible para no caer como una estúpida.

Carla pone los ojos en blanco y niega con la cabeza.

—¿Qué te pasa? ¿Tenés miedo?

—¿Miedo? No.

—Es eso... Está tan cerca que asusta, ¿no? Ya lo tenés ahí y te morís de miedo —insiste Carla con los ojos muy abiertos.

—No. Simplemente no quiero ser su millonésimo juguete, y eso ya lo hablamos. Te recuerdo que lo llamaste «hijo de puta» por días enteros y que estabas más enojada que yo por la del vestido rojo...

—Ya ya ya... otra vez con la del bennndito vestido rojo. ¿Sabés qué creo? Que es mentira.

—¿Qué cosa?

El sueño - Barry Brown 1 (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora