Capítulo 7

714 55 1
                                    


    AL otro lado de la ciudad, en el edificio del FBI en Busan, Jungkook tomó el ascensor hasta el doceavo piso con su compañero, el Agente Especial Kim Taehyung. Acababan de regresar del almuerzo y estaban de camino para reunirse con su jefe, el agente especial a cargo, o "AEC" como era conocido alrededor de la oficina, para hablar de una nueva investigación.

—¿Quién será esta vez? ¿El alcalde? —preguntó Taehyung, con ironía.

—Espero que no. Me gusta el tipo —dijo Jungkook. Aunque en su línea de trabajo, había aprendido a no confiar nunca en la imagen pública de ningún político.

El año pasado, él y Taehyung habían desarrollado una clase de especialidad en operaciones encubiertas que envolvían a sucios oficiales del gobierno, parte de la pelea de la Fiscalía Federal contra la corrupción en la ciudad de Busan. Sobre el curso de los últimos doce meses, habían derribado a un senador del estado, a un representante del estado y a tres regidores, todos por soborno. Encima de eso, recientemente habían arrestado a un guardia de la prisión de Suyeong quien había estado vendiendo rifles de asalto a ex convictos.

En sus ocho años con el FBI, Jungkook había trabajado en varias unidades diferentes antes de ser transferido a Delitos Financieros. Kim Seok Jin, el jefe de Jungkook, había sido el agente secreto más importante en el equipo antes de ser promovido a agente especial a cargo dos años atrás, y la oficina había necesitado cubrir la posición de Jin con un agente, como Jungkook, que tuviese experiencia similar en encubiertos.

Todos los agentes especiales del FBI estaban calificados para manejar breves roles de "figurante", trabajos encubiertos en los cuales el agente tenía solo un par de interacciones con el sospechoso. Pero como el único agente en la división de Delitos Financieros quien había estado en la academia de agentes secretos en Ulsan, Jungkook era el tipo seleccionado cada vez que una investigación requería un rol infiltrado más extenso. Lo cual estaba bien para él, encontraba el trabajo interesante y desafiante, y también le gustaba la planificación detrás de escena que venía con cada investigación. Cada vez que tomaba una nueva identidad, necesitaba pensar acerca de cómo actuaría su personaje, como luciría, que vestiría, el tipo de coche que conduciría y, si era necesario, el tipo de arma que usaría. Por todas las apariencias externas, necesitaba ser cualquier tipo malo que estaba interpretando, porque sin esa atención a los detalles podía colapsar la investigación completa. De pie en el ascensor, Jungkook luchó contra una sonrisa mientras observaba a Taehyung ajustar cuidadosamente el pañuelo en el bolsillo del pecho de su traje hecho a medida. A diferencia de su fastidioso compañero, Jungkook no tenía ni pañuelo de bolsillo ni traje hecho a medida. De hecho, muchos días ni siquiera llevaba corbata, pues se la arrancaba con molestia alrededor de las 10 a.m. Había sido escéptico cuando Taehyung había sido asignado por primera vez como su compañero dos años atrás. Todo lo que había sabido en aquel momento era que fue el agente más joven que había ido a la Escuela de Leyes de Seúl, uniéndose a la división de Delitos Financieros en Busan inmediatamente después de graduarse en Ulsan, y que usaba sandalias para la ducha marca Ralph Lauren en los vestidores del FBI.

Sí.

Pero había comenzado a ver porque el AEC los había puesto juntos. Las asignaciones encubiertas de Jungkook envolvían un montón de variables e incógnitas, y la mejor manera de lidiar con esas variables e incógnitas era planear cada posible contingencia. Es donde entraba Taehyung, indudablemente, era el agente más organizado, eficiente y orientado a los detalles que Jungkook había conocido jamás. Por esa razón, sorprendentemente, su relación laboral en realidad... funcionó. Jungkook era el hombre al frente en el campo, asumiendo varios roles encubiertos, mientras Taehyung hábilmente micro gestionaba todos los detalles detrás de escena.

En Una Boda - EUNKOOK (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora