Capítulo 27

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    JUNGKOOK salió del baño y se encontró a Eunbi apoyada contra las almohadas en su cama, mirando algo en su teléfono.

—¿Revisando el correo electrónico? —bromeó. No es que eso le molestara; la mujer dirigía un fondo de capital privado de cuatro billones de dólares. Era seguro decir que ella tendría que revisar sus mensajes los fines de semana.

—Mmm —dijo ella distraídamente.

Jungkook se puso sus calzoncillos bóxer y sus vaqueros.

—¿Todo bien?

Ella miró hacia él, con el ceño fruncido.

—¿Qué significa si un chico te manda correos electrónicos cuatro veces en un día, y luego espera una semana antes de enviar correos electrónicos otra vez? ¿Está ocupado en el trabajo, o está jugando?

Jungkook la miró fijamente.

—¿Te estás enviando correos electrónicos con otro tipo? Dios mío, mujer, el condón está todavía caliente en la papelera.

Ella le lanzó una mirada. Ja, ja.

—No estaba enviando correos electrónicos a otro tipo, estaba comprobando los mensajes del trabajo. Solo sucede que vi este otro e-mail, también —Se levantó de la cama y se pavoneó junto a él, hacia donde yacía su ropa interior en el suelo—. Y no actúes como si estuvieras ofendido. Recuerda, tú estás... —dejó caer su voz, imitándolo—, "siempre honesto sobre que no busco un compromiso a largo plazo. Pero si quieres pasar un buen rato, entonces yo soy tu hombre, nena".

Él agarró su vestido de la esquina de la televisión donde había aterrizado después de que él lo hubiera lanzado por encima de su hombro con impaciencia durante la segunda ronda.

—Aun así, hay una etiqueta para estas cosas, Jung. Intenta respetar eso —Extendió su vestido, luego en broma lo alejó cuando ella se estiró por él. Cuando ella lo miró, él sonrió y se lo entregó de verdad.

Ella buscó alrededor por su sostén y lo divisó en la mesita de noche, bajo su pistola.

—Entonces, ¿quién es el tipo? —preguntó él, cruzando los brazos sobre su pecho.

—¿Qué tipo? Ah, claro. En realidad, es alguien con quien fui a la secundaria. Me encontró en Facebook, vio que me mudé a Busan, y comenzó a enviarme correos electrónicos —dijo.

Jungkook observó mientras agarraba la correa de su sujetador y poco a poco, con mucha cautela, intentaba sacarlo sin tener que tocar cualquier parte de su arma. Él se acercó a la mesita, tomó su arma e insignia, y le entregó el sujetador.

—Para responder a tu pregunta, no está ocupado con el trabajo. Está jugando.

Dejándola pensar en eso, él se dirigió a la cocina.

Ella salió de la habitación un minuto más tarde, vestida y con sus tacones altos colgando casualmente de una mano, su teléfono en la otra mano.

—No sabes con certeza que está jugando.

Jungkook terminó de beber el vaso de agua que se había servido.

—Confía en mí, sé cómo piensan los hombres —Él sirvió un segundo vaso de agua para ella—. Cuando un tipo envía correos electrónicos o textos un montón de veces seguidas y luego se va en silencio durante unos días, es una estratagema para hacer que te preguntes si está o no contigo. Entonces, justo cuando estás empezando a sentirte un poco insegura acerca de las cosas, hace contacto, sabiendo que ahora estarás extra encantada por saber de él.

Eunbi lucía disgustada.

—Eso es muy flojo. Y astuto —Lo miró con el ceño fruncido—. ¿Tú usas esos trucos?

Por favor.

—No tengo que usar trucos —Muriéndose de hambre por toda la actividad en el dormitorio, y en la sala de estar, sacó una bolsa de nachos y un frasco de salsa.

—Ah, cierto. Porque eres el Agente extra-Especial Jeon Jungkook —Ella se sentó en el taburete a su lado.

Él le guiñó un ojo.

—Lo suficientemente especial para conseguir desnudarte. Dos veces.

Ella consideró eso, mientras se servía un nacho.

—Muy bien, dime más.

—¿Más de qué?

—Acerca de cómo piensan los hombres solteros. Cómo diferenciar a los buenos tipos de los jugadores.

Jungkook se burló.

—No te voy a dar consejos sobre salir con otros chicos.

—¿Por qué no?

—Debido sólo a que dormimos juntos. Es... raro.

Ella alargó su mano y tocó la suya, sonriendo siempre dulcemente.

—Oh, nene, no seas así. Somos amigos, ¿no? —Sus ojos bailaron con picardía—. ¿No es eso lo que decís siempre vosotros?

Probablemente sería mejor que se acogiera a la frase "tienes derecho de guardar silencio" en eso. Así que en su lugar respondió con una pregunta propia.

—¿No crees que estás siendo un poco intensa sobre todo este asunto de las citas? Pensé que todas las de tu tipo felices-para-siempre creían que cuando el momento fuera el indicado, el destino enviaría "al elegido" en vuestra dirección.

—Bueno, el destino necesita ponerse en marcha —dijo ella, metiendo otro nacho en el frasco de salsa—. Estoy en una contra reloj aquí.

—Por favor, no empieces a decirme acerca de cómo tus óvulos tienen fecha de caducidad —Él señaló hacia su abdomen—. No necesito pensar en que hay óvulos fértiles justo ahí después de que tuvimos sexo.

—Usaste condones y estoy tomando la píldora. Puedes ser un semental, Jeon, pero incluso tus chicos no pueden llegar más allá de todo eso. Además, no estaba hablando de mi reloj biológico, me refería a que estoy contra reloj con esta boda aquí. Me prometí a mí misma que tendría una cita para entonces —Señaló con su nacho—. Así que vamos. Dame el perfil correcto de hombre soltero, urbano, de treinta y pico. ¿Cómo puedo saber si un chico está en ello por el sexo?

—Eso es fácil; todos los chicos están en ello por el sexo. La verdadera pregunta es si él está abierto a algo además del sexo o no.

—Y ahí es donde entra en juego mi lista de verificación —Ella tomó un bocado de su nacho, viéndose bastante confiada en esto.

—Odio tener que decírtelo, pero cualquier tipo tratando de jugar contigo sabrá cómo pasar alrededor de esa lista. Los jugadores saben todas las cosas correctas que decir. Te enviarán dulces mensajes de texto deseándote buenas noches o diciéndote que solo quieren ver cómo fue tu día; porque saben que ese tipo de cosas hacen que las mujeres piensen que son buenos.

—Espera, pausa justo ahí —Eunbi cogió su teléfono y comenzó a escribir.

Jungkook la miró fijamente.

—¿Estás tomando notas?

—Diablos, sí. Esto es algo bueno —Ella leyó en voz alta mientras escribía—. "No textos de buenas noches". Lo tengo —Miró hacia arriba—. ¿Qué más?

—En serio, Jung. Acabo de estar dentro de ti hace diez minutos.

Ella se estiró y tocó su mano, su sonrisa dulce una vez más.

—Aw, nene. Y sabes cuán especial fue eso para mí.

Sip. Se deleitaba reventando sus bolas.






En Una Boda - EUNKOOK (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora