Capítulo 42

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     DESPUÉS de pasar volando el Acuario de Busan, Jungkook corrió por el paso subterráneo de Dalseong-gu y siguió la acera hacia la avenida Cheon-do. Un giro más, y entonces sería un tiro recto hacia la línea de meta.

Una gran multitud aplaudía a ambos lados de la calle; más de un cuarto de millón de espectadores se habían reunido para ver a los casi 11.000 atletas corriendo en el Triatlón de Busan. Poco después de las siete y media de la mañana, Jungkook, Jimin, Taehyung, y las otras 150 personas en su oleada, habían comenzado con unos enérgicos 1,5 kilómetros de natación en el lago Gudeok. Después de salir del agua en el Yacht Club de Busan, habían caminado descalzos y en sus trajes de neopreno a lo largo de un camino alfombrado hacia la primera zona de transición, donde se habían cambiado la ropa por pantalones de ciclismo, y se habían puesto suéteres, cascos y zapatillas. El ánimo había estado alto mientras Jungkook y Taehyung habían montado sus bicicletas por el curso de cuarenta kilómetros, e incluso más alto cuando habían alcanzado a Jimin, que había estado nadando durante años para ayudarse con una lesión en el hombro en un partido de fútbol universitario y había ganado una ligera ventaja en la primera etapa.

Ahora estaban en la recta final, casi a punto de terminar la carrera de 10 km. Taehyung había caído un poco atrás, pero Jungkook seguía peleando por el liderato con Jimin. Habían estado presionándose entre sí durante toda la carrera, que era exactamente lo que Jungkook necesitaba: algo para mantener su mente enfocada. Estar en el recorrido y empujar su cuerpo a sus límites le daba un lugar para canalizar las inquietudes que había sentido durante toda la semana.

—¿El segundo lugar compra el almuerzo? —resopló.

—Lo tienes —jadeó Jimin, igualándolo zancada a zancada.

Habían sido mucho más locuaces con la charla antes en la carrera, pero después de nadar, andar en bicicleta, y correr treinta y dos millas, estaban sin aire y manteniéndolo corto y dulce. Doblaron la esquina en Cheon-do, y la línea de meta en la Avenida Gupyeong en el Grant Park apareció a la vista. Oyeron una voz femenina animándolos desde la izquierda.

—¡Whoo-hoo! ¡Vamos Jimin! ¡Vamos Jungkook!

Jimin sonrió.

—Esa es Yuju —De repente espoleó, tomando aún más ritmo.

Entonces, una segunda voz femenina gritó.

—¡Vamos, Jeon! ¡Sigue así!

La cabeza de Jungkook se giró hacia la izquierda, su corazón desbocado cuando vio a una mujer rubia que lo animaba junto a Yuna, y por una fracción de segundo pensó...

Oh. Por supuesto; sólo era la novia de Taehyung, Yerin.

Pagó el precio por la momentánea distracción. Miró hacia adelante y vio a Jimin cruzar la meta un par de metros delante de él. Ambos trotaron hasta detenerse en medio de las aclamaciones de la animada multitud.

Respirando con dificultad, Jungkook se acercó y le tendió la mano a Jimin por un trabajo bien hecho.

—Terminamos —dijo con una sonrisa.

Se movieron fuera de las líneas laterales y cogieron un poco de agua, justo mientras Yuna se abría paso a través de la multitud. Vestida con vaqueros y una camiseta, y con su pelo negro recogido en una cola de caballo, se dirigió hacia Jimin y le echó los brazos alrededor del cuello en felicitaciones. Él la tomó en brazos mientras ella lo besaba.

—¿Cómo está tu hombro? —preguntó ella.

—¿Hombro? Oh, mierda —Jimin fingió dejarla caer, luego la atrapó con una sonrisa.

En Una Boda - EUNKOOK (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora