Jisung es un Omega que a sus solo trece es obligado a estar con un Alfa al que no ama y forzado a cuidar al bebé que este le hizo tener.
Minho es un Alfa que se muda con su amigo, Changbin, a solo una casa del Omega.
Advertencias:
•°Contenido fuerte...
—Hy-Hyung...—El mayor dejó de mirar su teléfono para fijarla en el niño maltratado, su bonito rostro con un moretón en su ojo y su labio inferior lastimado.
—¿Qué?—El omega sonrió pero soltó un quejido ante el ardor en su labio.
—¿Qué comeremos?—Jisung estaba teniendo antojos y ninguno de ellos a sido satisfecho aún y eso que ya van un mes ahí.
—Ramen, no tengo ganas de hacerte nada—El niño bajó la mirada.
—Hyung...No tengo apetito de eso...Quiero namul—Jugó con sus deditos nervioso, el alfa rodó los ojos.
—Déjate de caprichos, Jisung—Volvió a su celular.
—N-No son caprichos...Tengo muchas ganas de comer eso—Murmuró, el hombre lo miró de reojo.
—Esta bien, iré a comprarte tu namul—Las mejillas del menor tomaron color.—Pero me darás algo a cambio
—¿Qué cosa...?—Pestañeó varias veces.
—Luego lo sabrás—Se levantó apagando su celular.
El omega frunció el ceño confundido y lo siguió.
—¿Qué cosa?—Preguntó de nuevo curioso, el alfa lo ignoró.—Hyung
—¡Dije que luego, Jisung!—El menor retrocedió alarmado, el alfa había levantado su brazo y eso solo significaba un cosa.
—¡L-Lo siento, alfa! ¡N-No volverá a suceder!—Habló rápido para luego encerrarse en el cuarto.
—Omega, inepto—Bufó tomando su billetera de la mesa para luego irse cerrando con llave como siempre.
—U-Ugh...—Apretó su vientre al sentir algo moverse, se removió entre las mantas buscando comodidad.—Mamá...—Murmuró con un puchero.
Los minutos pasaron y el niño se quedó dormido.
Al rato, el alfa llegó en silencio, dejó la comida en la mesada y fue al cuarto, abrió la puerta y observó el bulto en la cama, sonrió.
—Jisung...—Se acercó, con sigilo levantó la manta encontrandolo dormido, le destapó totalmente y lo atrajo a él dejándole boca arriba, el menor hizo un mueca queriendo acomodarse.—Quieto—Le obedeció hasta dormido.
Sin importarle mucho la condición del niño bajó sus pantalones y luego el bóxer, se quito el cinturón y bajó el cierre del pantalón, mordió su labio.
Sin cuidado tomo al omega de la piernas y las separó, Jisung soltó un quejido. Apoyó su miembro en la entrada del niño y sin siquiera lubricarlo comenzó a entrar.
—¡A-Ahh!—El niño despertó alarmado.—¡Du-Duele!—Apretó sus ojos, su cuerpo se calentó y sus piernas temblaron, apretó las sabanas en un intento de resistir el dolor, otra vez, era la cuarta en el mes y aún no se acostumbraba.
Estaba cansado de sufrir desmayos, de sentir ese horrible dolor, odiaba su vida, odiaba a Dong Sun.
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—¿No vas a comer?—Preguntó el alfa de mala gana, los tristes ojos del omega seguían derramando lágrimas, aunque en silencio, mientras jugaba con la comida.—Me pediste namul ¿Y ahora no quieres?—Soltó los palillos haciendolos retumbar en el silencio, el menor levantó la mirada asustado.—Come la maldita mierda que me pediste o juro que te haré parir el bebé de una patada—Jisung tragó saliva asustado y asintió comenzando a comer a duras penas, ya no tenía ese antojo, su vientre se removió disgustado y aguantó las nauseas que le dieron, cerró sus ojos tragando el trozo.—¿Te gusta?-El menor hizo una mueca.—Dije-Se levantó con brusquedad.—¿Te gusta?—Jisung sintió varias veces intimidado.—Que bien, debo irme—Se fue al cuarto para cambiarse.
El omega sintió nauseas nuevamente, con sigilo fue al baño y cerró la puerta.
Odiaba ser omega, odiaba estar embarazado, odiaba tener que cuidarse de no caerse, de no comer algo que le haga mal, de tener que dormir boca arriba, de tener que aguantar los cambios de humor y apetito, de llorar todo el tiempo, odiaba vivir.
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