🌸Dos🌸

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—Minho—El nombrado se dio vuelta.—Iré a la casa de Jeongin—El alfa platinado le miró pervertido, levantando las cejas varias veces, Changbin bufó.—¿Vienes?

—No—Sonrió tomando su jugo tranquilamente.

—Bro, nunca sales—Lo miró preocupado.

—Eso porque no le veo sentido, pero ahora quiero averiguar algo...—Comentó pensativo.

—¿Hm?—Levantó una ceja.—Espero no se trate de tu cuerpo—Hizo una mueca, el Alfa mayor lo miró mal.—Bueno, nos vemos—Sonrió y se fue.

Minho relamió sus labios algo nervioso.

Según su nota mental, el Alfa de Jisung se va a las seis de la mañana y vuelve a las una, se va de nuevo a las cinco y vuelve a las nueve ¿Qué se supone que hace? Además de trabajar, le parece raro que vuelva algo raro y molesto, además, quería confirmar si el grito que escuchó vino de la casa de esa pareja o no.

Como él lo atento que es se asomó en la ventana y se sentó como todo una vieja sin nada que hacer.

Eran las doce y cincuenta, faltaba muy poco.

Algo que le parecía extraño al alfa peligris, era que Jisung no volvió a salir luego de esa bonita decoración, la cual había desaparecido a las horas.

Mientras pensaba excusas del porque lo habrá quitado no notó que el omega había salido o más bien asomado, pidiendo ayuda pero no encontrando a nadie que lo hiciera, las heridas eran graves se notaban a simple vista, el oscuro moretón en su ojo izquierdo alarmaria a cualquiera que lo viera.
Minho sintió algo moverse rápidamente en su rango de vista pero cuando giró a ver, no había nada.

—Que raro, me pareció ver a alguien...—Frunció el ceño.
Los minutos pasaron y el Alfa no llegó, lo cual le pareció sospechoso.—¿Pero qué?—El alfa salió de la casa como si nada, mirando a los lados.—¿En que momento entró?—Su cabeza dio vueltas, como carajos no lo vio, quizas fue esa silueta que desapareció rápidamente, quizas estaba apurado y fue muy veloz para que Minho llegase siquiera a verle.

El hombre se marchó en su auto y algo por la hueca cabeza del pelinegro pasó.

¿Y si iba a ver al omega? Podría poner la excusa de que era nuevo.

Sonrió en grande, maravillosa idea Minho.

Se levantó rápidamente dejando su jugo sobre la mesa y casi corriendo se fue a cambiar, debía vestir bien para tan encantador chico.
Se puso su remera negra holgada y un pantalón con una cadena que colgaba de ella, se puso sus botas y se miró al espejo, hizo una mueca.

—Estúpido cabello—Gruñó acomodandolo, suspiró alviado cuando el pelo rebelde se quedó quieto, sonrió y se salió de su casa.

Recibiendo una que otra mirada de omegas, era raro ver a un alfa nuevo en el vecindario, a pesar de que ya va casi un mes ahí, solo que no sale mucho que digamos, trabaja, pero a horarios que no son los típicos, ya que trabaja en un bar.

Llegó a la casa sintiendo el fuerte olor a madera del hombre, hasta el olor le molestaba, hizo una mueca y tocó la puerta.

Nadie atendió, lo cual le extrañó, el omega no fue a ninguna parte que él sepa.

Volvió a tocar esta vez más fuerte, quizás no lo había escuchado, no atendió.

Preocupado volvió a tocar.

Oh, Minho no sabía que el omega estaba destrozado en el suelo enfrente de la puerta, pero no tenía fuerzas para gritar o ir a abrirla.

—¡Jisung! Soy Minho, su vecino—Tragó saliva.—¿Puede abrir? Quisiera preguntarle algo—Nada.

El Alfa suspiró y decidió dejar en paz al omega, talvez se estaba bañando y durmiendo, quien sabe.

El pelinegro se marchó, el omega desesperado al escuchar los pasos intentó levantarse.
Como pudo se arrastró a la entrada, a pasos lentos y tortuosos llegó, entre varios intentos de llegar a la manija de la puerta consiguió abrirla.—¡No se vaya...!—Ya ni había nadie, sus ojos se cristalizaron, bajó la mirada y suspiró.

Había perdido su oportunidad de ser salvado, de nuevo.

Minho suspiró ya dentro de su hogar, bueno, el de Changbin, miró por la ventana intentó ver a través de la cerrada del vecino, bufó sintiéndose extraño.

Su mente le decía no se preocupara, solo no podía atender, pero por alguna razón su alfa le pedía que vuelva, que toque de nuevo la puerta y que si no atiende se intrusa en el pateo trasero.

Decidió seguir a su cabeza por primera vez y no molestar a Jisung, se acostó en la cama y se dedicó a mirar Instagram.

Band Aids, plis! 《Minsung》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora