Capítulo 45

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ーWilliam, hoy llega el segundo caballo, ¿que lo lleven también a la mansión Ardlay, como al anterior?

ーSí George, por favor, pero esta vez quisiera estar presente.

ーPor supuesto, te mantengo al tanto de la hora, ¿puedo ayudar en algo más?

ーSí, pídele por favor a mi secretaria que organice el transporte para Candy y todos en el Hogar de Pony, y una vez que esté todo listo que envíe un telegrama para avisarles ーle dijo Williamー. Necesito también que consigan a un par de institutrices y niñeras, para que se hagan cargo de los niños durante esos días, quisiera que la señorita Pony y la hermana Lane tuvieran un merecido descanso. Y que adquieran también entradas al Museo Field de Historia Natural para todos y... no se me ocurre qué más pueden hacer durante su estancia en Chicago.

ー¿Qué tal un paseo en bote por el Lago Míchigan, o una visita al zoológico? ーpropuso George.

ーExcelente, encárgate también de eso, por favor.

ーTu tía, ¿qué dijo cuando le hablaste de los planes?

ーNo estaba muy convencida. No por Candy, por supuesto, curiosamente ha llegado a tenerle aprecio sincero, pero le estresa la visita de los niños y el tenerlos en casa no le hace mucha gracia; pero ya le dije que puedo cerrar el ala este para ella y puede retraerse ahí si lo desea.

ーBuena idea, ¿los demás se hospedarán en el ala principal?

ーSí, que es en donde hay suficientes habitaciones para todos. ¡Ah! Hablando de eso, es importante que las institutrices y niñeras estén dispuestas a dormir en la mansión y a cuidar de los niños más chicos por las noches si se hace necesario y por supuesto, también irán a los paseos.

ーEntendido. ¿Ya terminaste lo que estabas haciendo con el carpintero?

ーAún no, resultó ser mucho más trabajo de lo que pensaba, pero estoy seguro de que estará listo a tiempo. Hubiera preferido hacerlo todo yo solo, pero con tanto trabajo en el corporativo era imposible y el carpintero ha sido de mucha ayuda. Y tú, por supuesto, no sé que haría sin tu ayuda, George... empiezo a entender por qué Candy te llama su caballero blanco ーle dijo William, haciendo que George riera.

ーNo pensé que supieras que me llamaba así ーle dijo.

ー¿Y por qué no habría de saberlo?

ーBueno, debí imaginarme que si el tío abuelo se ha vuelto más locuaz con los años, ella también lo ha hecho.

ー¿Tú también te burlas de mí?... ¡Candy siempre ha sido una parlanchina! Pero su plática es la mejor medicina ーdijo con ojos de ensoñación.

ーY tú la extrañas... ¡No has ido a visitarla para nada después de la fiesta de compromiso!

ーHe estado muy ocupado con el trabajo, con todos los preparativos para su cumpleaños... y ni que hablar de los preparativos para el viaje.

ーLamento decirte, pero no pude hacer nada para cambiar la fecha, es necesario que salgamos de viaje el mismo día de la fiesta de cumpleaños de la señorita Candy.

ーMmmhh... no va a estar nada contenta ーdijo William, desilusionado.

ーPero no tienes opción, le has prometido a la señora Elroy.

ーLo sé... ¿Y por qué no se pudo cambiar la fecha?

ーDebido a la salida del transatlántico, si queremos estar a tiempo para embarcarnos, debemos dejar Chicago a más tardar la misma noche de la fiesta. Ya he ordenado que conecten el vagón Pullman y justo llegando a Miami debemos de viajar a Fort Lauderdale para embarcarnos. Si te soy sincero, no dejé mucho margen para errores o contratiempos, así que espero que no los tengamos, porque si no, perderemos el barco.

Siempre te esperéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora