Siempre te esperé

Capítulo 32

Un ambiente solemne se cernía sobre la Villa Ardlay en Lakewood, los árboles en pleno follaje otoñal dejaban caer sus hojas como en una lluvia de colores mostaza.

Algunos invitados habían llegado solo para asistir al servicio conmemorativo y había quienes se hospedarían ahí durante el fin de semana. Tanto la Villa Ardlay como la villa de los Lagan eran un ir y venir de sirvientes tratando de hacer que todos quienes estaban destinados a pasar la noche en cualquiera de las residencias, se sintieran como en casa. La mayor parte de la familia Ardlay asistiría, así como los clanes que la conformaban, y aún la familia Lagan había viajado desde Florida específicamente para la ocasión.

A pesar de que Candy se había negado en un principio, William había enviado un auto a recogerla, pensaba que de esa manera sería un camino mucho menos accidentado, y Candy se lo agradecía. Cuando recibió la nota de que alguien la recogería directamente en el Hogar de Pony y la llevaría sin escalas a la villa en Lakewood fue como si le hubieran quitado un peso de encima, a final de cuentas, ella también había estado tan ocupada con todas las labores en el hogar, que no había tenido tiempo de prepararse para su partida.

Candy,

Sé que me dijiste que tú llegarías por tu cuenta al servicio conmemorativo, pero creo que te facilitará las cosas si envió un auto a recogerte.

De verdad lamento no poder hacerlo yo personalmente, pero apenas vendré llegando de un viaje de negocios. Espero me entiendas.

Mi chofer te recogerá ese mismo día muy temprano.

Nos vemos en Lakewood.

William Albert Ardlay.

El auto que llevaba a Candy cruzaba el portal de las rosas, que también desprendía pétalos por doquier. Candy se sentía parte de un sueño, era como si toda la naturaleza a su alrededor supiera cuál era el motivo de la reunión y se estuviera doliendo también por la pérdida de tan ejemplar joven.

La ceremonia de conmemoración estaba agendada para el mediodía y Candy llegó a la villa con suficiente tiempo de holgura para tomar un baño y arreglarse.

Después de pasar a través del camino de estatuas de mármol y de rodear la fuente, el auto se detuvo frente al frontón y el chofer, bajándose primero, se dirigió a abrir la puerta para Candy. Esperándola bajo la columnata se encontraban Archie, Annie y Patty, quienes la recibieron con sentidos abrazos y la guiaron hasta la habitación que ocuparía.

ー¿Sabes Candy?... Estaremos ocupando las mismas habitaciones que teníamos cuando vivimos juntos aquí hace años.

ー¿De verdad Archie?... Pero la que yo usaba estaba al lado de los aposentos de la tía Elroy, no puede ser que se me haya asignado de nuevo.

ーEl tío William... o debo de decir, Albert, dijo que esa habitación es tuya y que solo tú la usarías, así que, bienvenida a la casa de los recuerdos, Candy ーle dijo mientras abría la puerta de la lujosa habitación.

ーOh Dios... ーdijo Candy con un suspiro.

ー¡Es hermosa! ーdijo Annie.

ー¡Qué linda! ーafirmó Patty.

La habitación no había cambiado en nada, aún decorada toda en color burdeos, incluida la cama con dosel, Candy sentía que había viajado en el tiempo a aquel día cuando recién había sido adoptada por los Ardlay. La gran y dolorosa diferencia ahora, era que ni Anthony ni Stair estaban ya con ellos... cuantos recuerdos agridulces.