Capítulo 3

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Claro, ¿un besito está bien?- Albert cogió de la mandíbula a Ismael con una sonrisa fingida. Pero antes de rozar sus labios Ismael lo apartó bruscamente

-No contigo no tío.-Dijo Ismael.

Mi teléfono vibró, tenía un mensaje de mi tía, era hora de irnos. Me despedí de los chicos y me fui muy contenta con los 100 euros.

-Cariño ¿y ese dinero? -Dijo mi tía apuntando a los billetes que me había dado Ismael.

-Son por una cosa que hice.-Dije sonriendo.

-Cariño, ¿no te estarás prostituyendo verdad?-¿Cómo podía ser tan exagerada? - Si necesitas dinero solo pídelo, eres muy pequeña para tener relaciones, además no has tenido una charla de educación sexual ya que tu padre no te la quiere dar porque eres su niñita y tu madre.... - Dijo pensativa. -Bueno ya sabes que no te la dará.

Dejé de escuchar a mi tía en ese momento, y apoyé mi cabeza en la ventana del coche.

Cuando tenía 6 años, mi padre estaba más horas en el trabajo porque quería demostrarle a sus jefes que era merecedor de un ascenso y lo consiguió. Uno de esos días mi madre se tuvo que quedar conmigo porque no me podían dejar sola. En aquellos tiempos, mi madre tenía una adicción al alcohol. Fuimos a un bar y empezó a beber y a beber, mientras yo me sentaba en una mesa y jugaba con mis muñecas. No se porque mi madre se metió en una pelea en el bar y casi salgo herida por una botella que cayó muy cerca de mi cabeza. Me asusté y como cualquier niña empecé a llorar, mi mente no entendía lo que pasaba. A los poco minutos mi padre entró al bar, nunca supe cómo se enteró de que estábamos allí, pero siempre se lo agradeceré. Me cogió en brazos y nos llevó a ambas a casa. Papá me pidió que subiera a mi cuarto, y cuando cerré la puerta, oí como discutían, seguro que los vecinos también se enteraron. Hasta que mamá se hartó y se largó. Crecí sin una madre, pero mi tía Sonia se asemeja muchísimo y no solo por lo que hacía por mí, es la hermana de mamá.

No voy a negar que desde que llegó Robert he estado pensando que ahora tiene una buena vida sin su familia, que se olvidó muy pronto de nosotros, y qué hace 11 años que no la veo. Me jode muchísimo.

-Bueno como te iba diciendo necesitas protección no quiero Noelias Juniors todavía y...-Me miró extrañada. -Cariño ¿por qué lloras?

-Por nada tranquila, se me ha metido algo en el ojo.- No sé en qué momento empezaron a caer lágrimas por mi rostro.

-Perdona cariño solo quería que te informases para que no metieras la pata y te arrepientas.

-No de verdad, muchas gracias.- Aparté un poco mi cinturón de seguridad y le di un abrazo, abrazo que quizás yo necesitaba. - Solo ha sido una apuesta que hice con el chico que te llamó, si tiraba todos los bolos en la última me daría 100 euros.

-Bueno si solo era eso me quedo más tranquila. -Respiró aliviada apoyando su mano en su pecho.

Llegamos a mi casa después de que mi tía me diese una charla sobre sexo, aunque me resultase un poco incómodo era bueno para mí y ojalá toda la gente de mi edad tuviera esa suerte de poder hablar sin tapujos con su familia.Hoy era noche buena, de ahí las prisas por comprar los regalos, siempre fuimos muy organizadas (notese la ironia). Tras recordar a mamá me hubiera gustado que pasara esta noche con nosotros pero era algo imposible. Estábamos todos sentados en las mesas, me encantaba la navidad, era el único momento del año en el que todos estábamos juntos. Cuando terminamos de cenar los enanos y yo nos fuimos al salón a ver unas películas.

¿Por qué todo es tan complicado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora