Verlo me genero una pregunta: ¿Qué hace aquí?
No dije nada, esperando algo sin exactitud.
— ¿L-link...? ¿E-estás bien?—Tartamudeo. Dudando en acercarse o no.Comenzó a hablar con nerviosismo, una lengua que no entendía. Casi hablando consigo mismo, mientras caminaba hacia mí de igual forma.
Y de todo lo que dijo, solo comprendí mi nombre.
— ¡Dark, estoy bien!—Lo interrumpí. Haciendo un gesto con ambas manos para que parará.
Se detuvo. Rascando su cuello por los nervios.
Suspiré en silencio, mirando sus manos. Estaban sucias, llenas de tierra, mugre y un líquido negro secó hasta los codos. Aplicando lo mismo para sus pies y su rostro.
Señalé aquello con mi mentón, por inercia y curiosidad.
Se encogió de hombros.
— Estaba cazando...—
Le miré, tratando de ocultar de sarcasmo. La verdad es, que no le creía. Tenía varias y buenas armas, ¿y no las ocupaba? Extraño, como poco.
— ¿Qué...?—Esbozó una sonrisa incomoda— No me gusta usar armas, no cuando cazó.
Asentí varias veces, removiendo la suciedad de mi ropa. Mientras, retomaba mi rumbo hacía al castillo.
Dark me siguió, sin dé ni una palabra. Caminaba, siento su mirada clavada en mi nuca, y escuchando su caminar detrás del mío.
No quise hacer el camino incómodo, con alguna pregunta hostil. Y a pesar de eso, el ambiente era así.
Ese sentimiento, tan constante... lúgubre, casi se podía distinguir que emanaba de nosotros dos.
— ¿Y...como estuvo la fiesta?—Preguntó. En un intento por romper el hielo.
Por reflejo, respondí con un simple: «Bien...»
Otro silencio. Sin más intentos de habla, de ninguna parte.
Llegamos a la entrada principal del castillo, dónde la incomodad se hizo más fuerte.
Me despedí, con la mano. Dispuesto a entrar.
— Espera—Exclamó, atrás mi espalda.
Farfulle, listo para escuchar lo que tuviera que decir, y largar me.
— ¿Tu...tu eres feliz con Zelda?—Preguntó con molestia o vergüenza.
Estaba preparado para cualquier pregunta, menos esa. Porque «feliz» no es la palabra que utilizaría para describir nuestra relación.
Le miré a los ojos, rebuscando en mi mente alguna respuesta.
Hasta ese momento, no me había percatado, sus ojos no parecían seguros y brillantes como siempre. Más bien, era todo lo contrario.
Es complejo... A depositado en mí una gran confianza nada laboral, pero por el otro lado. Son pocas nuestras charlas que no son de trabajo, tampoco es que me moleste.
Mientras pensaba, desvíe mi mirada hacia el paisaje nocturno. Al darme cuenta, volvió a ver lo, tenía una sonrisa melancólica, con los ojos en el suelo.
— Entiendo...—Aclaró su garganta, para comenzar a caminar.
Fruncí el ceño, abriendo la boca dispuesto a justificar mi silencio. Pero el vals de fondo me recordó por qué y por quién estaba ahí.
Me trasladé lo más rápido posible al bastión central, pidiendo que aún no acabará. En cuanto entré, la música se detuvo al igual que lo invitados.
Puede ver cómo Zelda hacía una reverencia de despedida al joven con el cual había bailado.
Aquella simple imagen hizo recordar mi papel en su vida, la de un escolta.
Ella es mi trabajo, y una buena amiga, como mucho...
Volvió a sentarse en el trono, llamando a una sirvienta, susurrándole algo al oído. Paseando su mirada con preocupación, aquello se detuvo al verme.
Me acerque y pedir disculpas por mi ausencia, colocando me a la par suya.
A pesar que la princesa no reclamo nada, yo si lo hice.
¡¿COMO PUEDE SER TAN IDIOTA PARA IRME?!
Mi ausencia no tuvo mayor impacto, seguí rumiando sobre eso.
¡Hubiera mandado a un guardia! ¡O solo ignorar aquel lobo!
Talvez... Yo no tengo la culpa, talvez ni el lobo...
Talvez el destino la tiene.
¡Talvez Dark tiene la culpa!
¡Si, si él no me hubiera detenido...! No...
Igualmente, no hubiera llegado a tiempo.
El resto de la velada paso sin mayor novedad. Me mantuve cerca de la princesa en todo momento, y no volví a separarme de ella.
Alrededor de las doce los invitados ya se habían ido. Y solo que daban los músicos junto a la servidumbre.
Zelda comenzó a subir hacía sus aposentos, dispuesta a descansar. Yo le detuve, llamándola por su nombre.
Tragué saliva, ordenando mis ideas. Mientras esperaba que hablará.
— Lamento no haber estado en el vals, sabía lo importante que era para ti. Y...
— No hay problema, Link—Me interrumpió, tranquila.
— Igualmente, perdóname—Insistí.
Miró por encima de mí, tomando me de la mano hasta el centro del bastón, con una sonrisa de complicidad. Me pidió esperar ahí, y lo hice algo confundido.
Se acercó a uno de los músicos, que estaba a punto de ir se. Asintieron, y volvieron a sacar sus instrumentos.
Zelda volvió conmigo, muy complacida.
— ¿E-está es tu forma de reprenderme?—Solté, no entiendo la situación.
Negó con la cabeza, apoyándose en mí. Y comenzando a bailar con ritmo suave de la música.
— Bailas muy bien...—Susurré en su oído, siento como se apretó un poco más contra mí. Y como su corazón se aceleraba.
— ...E-es porque tú me guías realmente bien—Respondió, con las mejillas coloradas—. Por el contrario, tú tienes un auténtico talento. Me lo habías ocultado.
Esbocé una sonrisa, negando aquello.
Seguimos bailando. Hasta que deslicé mi mano por su espalda, inclinado la delicadamente hacía a atrás, sujetándola bien. Nos miramos, siento el aliento cálido del otro. Cómo las puntas de nuestras narices casi se tocaban.
Di un paso atrás, sonriendo.
Me detuve.
Un golpe de electricidad, me hizo retroceder. Algo, me hizo saber que no debía seguir.La ayudé a ponerse de pie. Nos tomamos de las manos, escuchando el último acordé de la canción.
Por primera vez en mucho tiempo, guardé silencio. Sin saber que decir.
— Gracias por esta noche...—Declaró, segundos después del baile.
Caminamos hasta su habitación, en silencio tranquilo.
Antes de abrir la puerta y entrar, giró para verme, una vez más. Su mirada se posó en mis labios, sintiendo la duda en ella... La misma que la mía.
— Buenas noches. —Hice una reverencia para retirarme.
— Buenas noches...—Respondió, saliendo de su mente. Y entrando a sus aposentos, sin separar su mirada de la mía.
El cansancio me golpeó, a cada paso que daba para salir e irme a casa. Y en el silencio cálido de la noche, un relámpago cayó en la lejanía, dando paso a la lluvia.
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¿Quién Eres? [Link x Dark Link]
Fanfiction[Si no te gusta el crackship, pero te mueve el morbo/chisme cámbiale los nombres a Baji y Chifuyu (Según @las_piernas_de_bum no yo)] Link, el Campeón de Hyrule, lleva una vida tranquila desde la derrota de Calamity Ganon. Trabajando con la Princesa...