IV

1K 109 55
                                    

Cuando desperté, por un instante creí estar solo con los muebles. Pero el olor a comida me confirmó que la noche anterior fue real, que no estaba solo.

Aún estaba cansado, y si no hubiera por el hambre que me atormentaba desde la madrugada, no me hubiera levantado.

Con desgano, y guiando por mi tacto, llegué hasta una silla, que estaba enfrente de la mesa.

Rasqué mi mejilla tratando de engañar a mi cuerpo. El contacto de la venda y mi herida me incomodaba bastante.

— Buenos días—Me dijo de manera neutral—. Preparé omelet, perdona sino es muy bueno.

Oí como colocaban el plato sobre la mesa. Le di las gracias, y comencé a devorar aquel desayuno.

El omelet estaba bien, algo salado, pero bien al fin y al cabo.

Sin previo aviso el muchacho suspiró con pesadez.

— Mira, sé que hemos iniciado de manera desastrosa. Iniciemos de nuevo, ¿quieres...? Soy Dark, Dark Link.

Tragué el bocado que tenía, para corresponderle.

Si iba a estar con un desconocido por tiempo indeterminado, debería ser educado.

— Link Link...—Correspondí, apoyando mi codo en la mesa. Ofreciendo mi mano para estrechar la.

Después de estrechar nuestras manos me dejó solo, para terminar de comer. Para luego tomar una ducha fría.

Al salir de la ducha, me coloque la ropa la noche anterior.

Me senté en la orilla de mi cama para secar me el cabello, pensando en dos cosas.

La primera era saber que ponía hacer en el transcurso de mi curación. Siempre tuve esa mala costumbre, de no poder estar quieto cuando me enfermaba o me lastimaba.

Y la segunda —que era más de curiosidad—, quería comprender porque Dark y yo compartíamos apellido.

Una parte de mí, se entusiasmó en la idea de tener familiares con vida, pero sabía que era imposible que alguno sobreviviera al Cataclismo.

Seguí secando me el cabello, pensando en algunas posibilidades.

— La herida se te puede infectar sino la limpia—Exclamó Dark, subiendo las escaleras—. Tengo el ungüento perfecto para eso. Quitarte la ventana.

Hice lo que dijo.

No abrí los ojos, con sólo el olor de eso se podía saber que irritaba.

Con un paño paso el medicamento pastoso sobre mi sien y parte de mi frente. No me incómodo, la sensación era agradable.

— Te noto inquietó...—Soltó, dejando de lado el paño para ponerme la venda.

Gracias palabras me percaté que estaba moviendo mi pierna de forma ansiosa.

¿Tanto es mi curiosidad que no puedo ocultarlo?

Si, y no sabía hasta qué punto.

Titubeé si preguntarle era adecuado.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?—Le dije con cansancio.

— Solo si respondes la mía después—Solicitó, ajustando la venda.

Ya no podía hacer me atrás.

Me argumenté diciendo que no estaba haciendo algo malo. Que era normal tener curiosidad de un ser, de vez en cuando.

— ¿Por qué compartimos apellido?—

Dejó de arreglar la venda.

Solo su respuesta podía clamar mis dudas. O podía encenderlas más.

— Verás...—Parecía no encontraba las palabras— Mi creador, no conforme con llámame «Dark». Me quitó su apellido, colocando me el de «Link»

El silencio sentí como varias preguntas se amontonaban en mi cabeza. Odié eso.

— Y así—Continúo—, mataba a dos pájaros de un tiro. Se desligaba de mí...y me condenaba...

Susurró eso último, más para sí.

En seguida termino de dar su respuesta, bajo unos escalones. Cambió de tema drásticamente.

— Será mejor que descanses. Yo me encargo de la casa, descuida.

Suspiré, sabiendo que no me dejaría hacer algo que no fuera descansar. Resignado, me quedé en la cama.

Aunque estaba cansado no quería dormir. Estar ahí, ansioso, dejando que mi mente se dispersará.

Mi oído se agudizó, gracias a eso.
Puede escuchar lo que hacía Dark.

Creó, que él no se entró. Que estaba en su pequeño mundo en el piso de abajo.

Solo me levanté a la hora del almuerzo y de la cena. Repitiéndose la escena de la mañana, y igual de en todo los aspectos. El tiempo parecía detenerse en esos momentos. Él me dejaba solo, pero...el rastro de su presencia persistía en imponerse sobre la mía con un aplastante dominio.

¿Quién Eres?  [Link x Dark Link]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora