XIX

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Estuvimos así, abrazados, hasta que Dark pidió volver casa. Acepté, separándonos lentamente.

Fuimos por las yeguas, y tomamos rumbo a casa.

En el camino me llegué a sentir algo nauseabundo, tenía un calor extraño. Era sofocante, incómodo y un tanto, desagradable.

Pude tolerarlo hasta llegar a casa.

Me senté en una silla, sosteniendo mi cabeza con una de mis manos. El calor había aumentado, sentía mi garganta seca y como las gotas de sudor frío recorrían mi cuerpo con lentitud. Quería creer qué era un golpe de calor, que no me había cuidado de las temperaturas del verano, pero...el calor era diferente, no sabía explicarlo, era, interno.

Sí, «interno» sería la mejor palabra, para explicar cómo se sentía aquel calor.

Mi análisis se detuvo, al sentí una mano en mi frente. A comparación de todo mi cuerpo, su mano está fría.

— Link, tienes fiebre...—Dijo, para inmediatamente, ayudar me a subir a mi cama.

Me ha dejado, en busca de algo para calmar la fiebre. Mientras, yo me colocaba algo más cómodo.

En algún momento, todo paró. Solo, se detuvo, no sentía nada.
Solo... Era nada.

Abrí los ojos con dificultad. Mis párpados eran más pesados, que de costumbre.

Después de un minuto, me acostumbré a la luz rojiza del atardecer.

Estaba en sobre una cama. En una habitación, no era la mía. Pero el lugar y los ruidos de animales eran extremadamente familiares.

¡Era el rancho Lon-Lon, lo reconocía! ¡Lo había logrado!

La puerta se abrió, mientras inspeccionaba el lugar con la mirada.

Era Dark.

— Link—Se acercó. Sentándose en la orilla de la cama—, ¿te sientes bien?

Asentí, esbozando una sonrisa. Él acarició suavemente mi mejilla, respondiendo con otra sonrisa.

Esa caricia, que en otro momento me hubiera incomodado o irritado me hizo sentir tan bien...

— Estaba tan preocupado—Expresó, sin ocultarlo.

A pesar que no sabía lo que había pasado, un vago sentimiento similar a la asfixia vino a mí.

Coloqué mi mano sobre a la suya, que seguía en mi mejilla.

— Estoy bien...—Le tranquilice— Estoy aquí.—

Él acercó mi mano a sus labios, besó mis nudillos; dejando los ahí por un instante. Solo puede mirarlo, con algo de sorpresa, ante tal gesto.

— Tenía miedo...—Apretó mi mano con suavidad— Miedo de perderte, otra vez.

Lo miré con ternura.

Y antes de agregar algo más, un pensamiento rápido se cruzó en mi mente.

¡Zelda y los demás sabios...!

Me levanté tanto rápido como puede, mareando me, teniendo que apoyar en la mesita de noche. Dark me sostuvo, apoyando me en su brazo.

— Link, tienes que descansar—Me ayudó a sentarme en la cama, de nuevo—. No te esfuerces.

Negué varias veces, balbuceando algo que ni yo entendía.

Tomó mi cabeza ente sus manos, para mirarme a los ojos.

— Quédate está noche—Insistió—Déjame cuídate, por favor.

Aquellas palabras que querían convencerme, encendieron una irá en mí.

¿Quién Eres?  [Link x Dark Link]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora