XVI

509 72 11
                                        

Su respiración era casi normal, su mirada igual. No tenía miedo, ni preocupación por lo que le pudiera suceder.

Solo me miraba, esperando algo.

Apreté mi mandíbula, molesto por su necesidad de ver ser superior. En un arrebato de ira y frustración, pasé el filo de la daga en su yugular.

Antes de que pudiera hacerle más daño, de golpe reconocí quién era.

Tiré la daga por algún sitio, levantándome. Apoyando mi mano en una columna cerca, la adrenalina dio paso a lágrimas involuntarias.

Dark se limitó a levantar se del suelo, cubriendo la herida con la palma de su mano.

—... I-iba a... Iba a matarte...—Susurré para mí.

Escupió lo que parecía ser su sangre, y luego me pido que me calmará. Reconocer mi estado, me llevo unos segundos.

— I-iba a matarte...—Repetí, más asustado que antes.

Mis ojos volvieron a nublar, al escuchar esas palabras. Al ver mi reacción, decidió acercarse con cautela, mantenimiento algo de distancia.

— Estoy bien, tranquilo—Y diciendo esto, dejo ver su cuello. Intacto, como si nunca hubiera ocurrido algo. — ¡He tenido mejores intentos de asesinato!—Comentó, con una sonrisa tranquila.

Tensé mis músculos, antes su palabras. Dejé que mi labio inferior y mi mandíbula temblaran. Fruncí el ceño por reflejo, sin saber que más hacer.

— ¿C-como puedes decir eso...?—Pregunté, tratando de ocultar mi alteración.

Dio medio paso atrás, dando se cuenta del error que había cometió al decir lo último. Se encogió de hombros, y sin agregar nada más, se alejó a una pequeña fogata que había hecho.

— ¡¿Cómo...?!—Fui interrumpido por una pequeña obstrucción en mi garganta, teniendo que toser. — ¿C-cómo puedes decir eso con tanta calma?

Me miró con seriedad, contestando en su interior.

La adrenalina dio paso a la tristeza, y la tristeza dio paso a la irá. Y la irá dio paso a la confusión.

— ¡Iba a matarte!—Repetí por tercera vez, después de otro ataque de tos.

Solo me miró a un lado, como un perro regañado.

Me acerque un par de metros, pidiendo una respuesta, dejando que mis palabras se convirtieran en eco.

Dejamos pasar unos minutos, en dónde ocasionalmente, se escuchó mi tos.

Me estaba costando respirar, no me comenzaba a sentir bien.

— ¿Que tenías en mente?—Cuestioné, rompiendo el silencio.

— No lo sé...—Mustillo, inseguro e incómodo.

— ¡¿Enserio, no lo sabías?!—Ya no oculte la explosión de sentimientos que tenía— ¡¿QUIERES SER HONESTO POR UNA VEZ?!

Hacer aquello, lastimó mi garganta. Torciendo casi al instante, dejando me una leve jaqueca; tomando asiento por ello.

Suspiró exasperado, acariciando su frente acompañando de un gruñido antinatural.

— ¡¿Y cuál sería el punto?!—Preguntó sin interés— Como si tú no pudieras intuir lo, como si todo el tiempo que has pasado junto a mí no te lo digiera. —Afirmó, tratanto de reprimirse— ¿O qué? Me dirás qué no te acuerdas lo que hice cuando llegue a tu vida, ¡fingiendo que venía de parte de Zelda!

Lo último que dijo, hizo que recreará esa noche, siendo como un escalofrío traía todo lo que había sentido, con más intensidad. Con más fuerza.

Frene una de mis manos, que quiso ir a mi labio inferior.

— ¡Así que no te burles de mí, actuando como si no lo supieras!—Suspiró una vez más— No quiero esto otra vez... He vivido esto más de lo que quiera decir, así que, por favor, ¡pará!

Sus palabras crearon un hueco en mi pecho, sumando a eso, que desde hace un rato me sentía inestable.

Me levanté, dispuesto a no continuar. Solo di un par de pasos, cuando otro ataque más fuerte que el anterior vino. Antes que pudiera explicar que me sucedía, una sensación extraña invadió mi estómago.

— ¿Link...?—

— N-no me...—

Cubrí mi boca con la mano, en un intento de frenar mi malestar.

Vomitando en mi propia mano, ya sin fuerzas mi respiración se hizo más rápida, al igual, que mis latidos. Mis oídos rezumbaron con violencia y...

— ¡¿Link?! ¡Maldición, no!—

Lo último que sentí, fue como mi cuerpo se alejó del suelo frío y sucio, gracias a unos brazos que me rodeado.

¿Qué está pasando?

Parpadeé, tratando de visualizar con claridad. Tragué saliva, tenía la garganta seca.

— ¡Oh, despertaste!—Expresó Dark, colocando un paño tibio y húmedo en la frente.

Lo contrario a un escalofrío recorrió mi cuerpo, haciendo que sintiera tanto frío como calor. Mi cuerpo estaba cubierto por sábanas, y mi torso desnudo, con una leve capa de sudor frío.

— No sabía que tenías asma...—Confesó, sentándose en una silla, enfrente de mí— ¿Quieres agua?

Negué con la cabeza, no tenía fuerzas para nada. Había olvidado lo que era estar postrada en cama, sin poder hacer algo.

— Se había c-curado...—Aclaré un poco mi garganta— el asma, cuando tenía cuatro... O seis años...—

— No tienes que explicar me nada. Solo descansa...—

Y con esas palabras, quitó unos mechones de mi pelo, que se habían pegado a mi mejilla. Con una sonrisa pequeña.

Cerré los ojos, sin siquiera tratar de seguir hablando. Ya no importaba.

Otra escalofrío me recorrió el cuerpo, dejándome aún más debilitado.

Dark suspiró, con la intención de levantarse. El tomé de la muñeca, sin dejar que terminará. Fue un puro acto de reflejó, pero no quería que se fuera.

Río un poco, y volvió a su asiento.

— Te cuidaré toda la noche si hace falta, descuida...—Me hizo saber, cerca de mi oído con suavidad— No pienso dejarte solo.

Le respondí algo, pero no recuerdo qué exactamente. Lo que si recuerdo, fue su respuesta.

— Y yo nunca lo he hecho...—Reveló, en un estado sereno.

Saber aquello me hizo sentir que me deshacía de una carga pesada. Y gracias a sus palabras, puede considerar el sueño sin mayores dificultades.

¿Quién Eres?  [Link x Dark Link]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora