XL

202 26 23
                                    

Entreabrí los ojos, encontrándome con la ventana con nieve en los bordes y una leve capa de humedad, eso me hizo sonreír para animarme por completo. Mecí un poco el brazo de Dark, queriendo despertarlo.

Soltó un gruñido, haciéndose al lado y dándome la espalda.

— Buenos días, querido esposo—Saludé, un poco divertido por su reacción—. Está nevando.

Se giró, ahora si dándome la cara, con una sonrisa que no disimulo.

— Buenos días, quiero marido.

Fruncí el ceño, ahogando una risa.

— ¿De todos los sinónimos de cónyuge es lo mejor que pensaste?

— Es muy temprano...—Se excusó entre siseos.

— Eso no es cierto, lo más probable es que ya casi sean medio día.

— Como dije, es muy temprano. —Volvió a acomodarse.

Baje de la cama, negando con la cabeza para comenzar el primer día de nuestras vidas.

La vida doméstica nunca fue mi estilo, y nunca lo será, de eso estoy seguro. Una parte de mí se siguió siendo fue de lugar, quizás porque en el fondo, no me di cuenta de que acepte estar en ese particular aislamiento por amor.

Confieso, con vergüenza, que esperaba un cambio drástico en su actitud a mí, quizás mi mente estaba mas llena de escenarios románticos de lo que me hubiera gustado admitir en aquel entonces. Claro está que eso no fue así, seguía mirándome a los ojos cuando hablaba para escucharme, seguía sonriendo de la única forma que puede hacerlo un enamorado, seguía sintiendo sus latíos rápidos si la necesitada de escucharlos, ahora con la única diferencia de que llevamos los anillos en el dedo anular.

Y ahora que lo veo en retrospectiva, es un cambio trastico, que no apreciare como debí.

Después de desayunar, limpiamos la nieve y cuidados del jardín medio muerto por el clima; cuidamos de la casa, de las plantas y de nosotros mismos, en pocas palabras. Hubo varios gestos, unos cambios mínimos, llenos de pudor y timidez, demasiado sutiles para escribirlos y para que alguien externo le dé la importancia que me merecen, pero consciente o no, causaban un gran impacto en mí.

Todos eso días, serán recuerdos que atesoraré toda mi vida... Una lástima que, en mi memoria ya no puedo distinguir cuando iniciaba uno y cuando termina otro.

Todos los días eran una copia del otro, no es tan importante como suena, no es como si yo no lo hubiera previsto, pero no esperaba que la monotonía llegará tan pronto. Quizás, no lo hubiera hecho, si Dark no hubiera decidido comenzar a desaparecer todo el día... Si se hubiera quedado conmigo, a mi lado, quizás, las cosas hubieran sido diferente.

Un día sin previo aviso, se levantó temprano, excusándose entre siseos, regresando en la madrugada, cuando yo dormía. Y luego, se convirtió en su rutina. Si llegaba a tener suerte, algunas veces llegaba un poco más temprano, pero exhausto.

Es incómodo pensar que mi mayor reto paso de ser salvar a Hyrule y a la princesa a querer consumar mi matrimonio. Es aún más vergonzoso pensar que nunca pasaría, ¡es aún más vergonzoso, que no pude encontrar el coraje para enfrentarlo!

Irónico.

Había llegado a la conclusión de que, solo eran unos días nada comparados con los siglos que él espero para tan siquiera poder besarme.

Deje que pasar una o dos semanas, había decidido ser paciente, en una rutina monótona, con la templanza de alguien que espera del regreso de un soldado, pero, él no era un soldado, solo era un hombre demasiado ensimismado en sus acciones como para poder explicarse.

¿Quién Eres?  [Link x Dark Link]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora