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Christopher: ¿cómo te sientes? -entra a la habitación y camina hacia mi- me supongo que ya lo sabes.
Tn: me supongo que al parecer tu también -el sonríe y agacha su mirada, esta triste- no tiene que ser algo malo Chris, ni siquiera tuvimos tiempo de encariñarnos con el feto.
Christopher: estabas de cuatro semanas y media segun el obstetra, era de esperarse que esto sucediera.
Tn: ¿porque lo era?
Christopher: porque no lo sabíamos, bebimos con frecuencia y no nos cuidamos.
Tn: ¿es por eso que estás así, porque no nos cuidamos?
Christopher: no -niega- por qué realmente quería un bebé, contigo.
Tn: Chris, no sabes lo que dices -rio- apenas llevamos dos semanas saliendo oficialmente, no puedes pretender querer un bebé.
Christopher: tienes razón -me mira por primera vez en toda la noche, sus ojos rojos estaban llenos de tristeza absoluta- no tuvimos el tiempo de encariñarnos con el feto -rie con amargura- voy por un café, descansa -se levanta de la silla y sale de la habitación-
Pienso por unos segundos lo que acababa de pasar, con la frialdad que afronte la situación y lo insensible que era pero no bastó ese momento de frialdad para cuando me di cuenta lo que acababa de pasar, recuesto mi cuerpo en la camilla e inunda la almohada con mis lágrimas, estas no dejaban se salir ni mucho menos de hacerse sentir una a una. Estaba totalmente bloqueada en la situación, estaba perdida en mi único pensamiento y le hecho la culpa a la anestesia que tenía por todo el cuerpo, estaba mal.

DECISIONES. -terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora