Tras una incesante guerra de besos, bajé mi boca hasta su cuello, haciendo que se estremeciera al dejar un suave mordisco en este.
Continué dejando besos en su cuello, además de pequeño mordiscos en este y en el lóbulo de su oreja, ella solo suspiraba de placer y se limitaba a gozar el momento.
Rápidamente me deshice de su vestido que me estorbaba, estaba algo nerviosa, no sabía muy bien qué hacer.
Bajé con timidez mi mano hasta su tanga volviendo a besar sus labios. Me deshice de este y acaricié por encima de sus pliegues. Ella se estremeció.
Volví a besar su cuello, cuando con uno de mis dedos comencé a acariciar su clítoris.
R- Ali...-musitó. Hizo que un escalofrío me recorriera, jamás me había llamado así.- Es mi primera vez con... ya sabes... con una chica. -besé suavemente su cuello y levanté mi cabeza para mirarla, le dediqué una sonrisa sincera para contestarle.
Yo- Tranquila, la mía también. -notémoslo instantáneamente como se relajó y proseguí besando su cuello mientras acariciaba su clítoris.
Introduje suavemente un dedo haciendo q ir soltara un gemido que traté de callar con mis labios.Moví mi dedo dentro de ella suavemente, hasta que comencé a incrementar la velocidad.
Ella trataba de callar sus gemidos y yo con cuidado introduje otro dedo, comencé a embestirla un poco más rápido, lo que la hizo llegar rápidamente al orgasmo.
Ella trató de recomponer su respiración unos segundos.Me pilló desprevenida y en un giro me dejó debajo de ella, besó mis labios con ternura, mi vestido no tardó en caer al suelo, ella besó con suavidad el contorno de mis pechos. Como si de porcelana se tratase.
Dejó besos desde estos hasta mi cuello para terminar besando de nuevo mis labios.
Con su dedo índice acarició mi clítoris haciendo que gimiera suavemente.
Nuestros labios volvieron a unirse, ella introdujo cuidadosamente uno de sus dedos en mí dando pequeñas embestidas, yo luchaba por no gemir ya que podrían escucharnos, tras unos segundos introdujo un segundo dedo e incrementó la velocidad.
Movía mis caderas al ritmo de sus embestidas, ella usaba su lengua para estimular mis pezones y lamer mi cuello, haciendo que me encendiera más si es que era posible.Yo arqueé mi espalda y traté de sentirla más cuando ella comenzó a dejar mordiscos en mi cuello.
Sentí que iba a llegar al orgasmo y ella puso su mano en mi boca para tratar de callar mis gemidos, al llegar mordí su mano para no gemir haciendo que ella soltara un quejido.Sacó sus dedos de mí y se acostó a mi lado para recomponernos.
Nuestras respiraciones seguían agitadas, me recompuse unos segundos en silencio, posé mi mano en la cara de Raquel, para dejar un beso en sus labios. Tras esto me puse en pie y cogí un par de camisas largas y le lancé una, quité la llave de detrás de la puerta para que las chicas pudieran abrir y volví a meterme en su cama con ella.
Me acosté dándole la espalda, esta comenzó a acariciarme el pelo, haciendo que me durmiera casi al instante.Por la mañana la campana no solo, nunca lo hacía después de las fiestas. Por lo que me despertó la claridad que entraba por la ventana.
Nuestros vestidos seguían en el suelo. Lena dormía en su litera y Lucía parecía no haber venido esa noche, por lo que deduje que la habría pasado con su novio.
Me desperté mareada y con dolor de cabeza viendo como Raquel continuaba dormida.
Recogí los vestidos y el resto de la ropa para dejarlo todo medianamente bien. Sabía que me iba rodar dar explicaciones a Lena, era mi mejor amiga, pero no pensaba decir nada a Lucía, por lo que cuanto mejor estuviera la habitación, menos preguntas haría.Bajé a por tres cafés a la máquina, supuse que todas necesitaríamos uno. Me tomé el mío y al llegar seguían dormidas. "Putas marmotas" pensé. Les dejé los cafés con una nota. "Estos corren por mi cuenta, para la resaca. -Alicia."
Bajé a ducharme, era el primer turno y como era temprano y todos se acostaron tarde, las duchas estaban completamente vacías.
No me interesaba ver a mis compañeras desnudas y mucho menos que me vieran a mí, por lo que nunca me duché en los turnos con las demás. Siempre conseguía escabullirme e ir más tarde o antes.
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CATARSIS
RomanceMe hace sentir huracanes en el estómago. Catarsis, simbiosis, orgasmos... Es mi veneno, pero mi único antídoto. Sus ojos son el delirio en el qué pasaría el resto de mis días, como si de ese modo, la realidad fuera a doler menos. Esta historia trat...