Dolor.

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J- Raquel, Aroa no te quiere, está obsesionada contigo y tú te mereces ser feliz con Alicia. Os he visto, Alicia te quiere de verdad, te quiere bien. Y tú también la quieres a ella.
Yo- No es tan fácil, por favor entiéndeme. Nunca pensé que Aroa sería capaz de hacer algo así, no sé qué creer...
J- Raquel, yo no gano nada mintiéndote.
Yo- Ya... hablaré con ella. Necesito hablar con ella.
J- Vale, pero llama a Alicia.
Yo- Déjame hablar con Aroa antes.
J- Joder...
Yo- En cuanto hable con ella llamaré a Alicia.
J- Es que tienes que hablar con Alicia ya, no más tarde. Aroa te lo va a negar todo, te va a meter pajaritos en la cabeza y tú la vas a creer.
Yo- No... solo quiero que me explique...
J- Raquel, no te va a explicar nada, te va a poner en contra de Alicia.
Yo- ¿qué propones?
J- Que te vayas a tomar por culo de aquí cuanto antes, y yo haré lo mismo.
Yo- déjame hablar con Aroa. -tras decir eso subí a mi habitación he hice la maleta quería tenerlo todo listo. Además tendría que hablar con los chicos, irme no sería tan fácil. Tendrían que mandar un barco o un helicóptero.

Aroa no llegó al almuerzo, a si que estuve por la casa y comí con Jose, no hablamos demasiado pero lo que me había dicho me dejó dándole vueltas y vueltas a la cabeza. ¿Cómo era posible que una de las que consideraba mis mejores amigas me hiciera eso?
Aroa llegó tarde en la noche, iba a irme a dormir cuando escuché la puerta. Por lo que decidí esperar en el salón.
Ar- Buenas. -había vuelto a beber.
Yo- Aroa, tenemos que hablar. -Ella se acercó a mí dándome un beso, del cual me aparté.
Ar- ¿qué pasa cariño?
Yo- Aroa tú y yo solo somos amigas.
Ar- Ajá...
Yo- ¿Por qué me mentiste? Me dijiste que Alicia no había llamado.
Ar- ¿Qué más da? Ahora somos tú y yo. -me aprisionó contra la pared intentando besar mi cuello a lo cual la aparté al instante.
Yo- ¿pero qué haces? ¿Estás loca? Tú y yo solo somos amigas.
Ar- Raquel no te das cuenta de que yo te quiero. -me dio un fuerte golpe haciendo que gallera al suelo, no quedé inconsciente pero estaba muy mareada. Ella se puso sobre mí e intentó quitar mi pantalón.- Te quiero más que esa puta pelirroja Raquel.
Yo- ¡De- déjame! -me dolía muchísimo la cabeza, Aroa tenía mucha fuerza y no conseguía quitármela de encima. Ella intentaba besarme mientras metía su mano en mi pantalón, aún estaba mareada por el golpe y no era capaz de quitármela de encima.- ¡Aroa basta!
Ar- ¡Esto te pasa por ser una puta Raquel!
J- ¿qué coño pasa? -giré un poco el cuello vi a Jose bajar corriendo.- ¡Aroa déjala! -él consiguió quitármela de encima haciendo que ella callara al suelo. Yo me levanté y me alejé muy alterada.- ¿estás bien? ¿Te ha hecho algo?
Ar- ¡Sois unos hijos de puta! -me giré a ella y vi como sostenía un arma- ¡Después de todo lo que he hecho por vosotros! ¡O estás conmigo o no estás con nadie, Raquel!
Yo- Aroa, cálmate, has bebido, no eres tú. Baja el arma y hablemos.
J- Aroa, no hagas ninguna locura.
Ar- ¡Callaos! Raquel, tú me quieres a mí, no quieres a Alicia, lo sabes, no la quieres. Alicia solo está contigo por el interés Raquel.
Yo- Vale, vale tienes razón, pero baja el arma.
Ar- No, sólo me das la razón para que no os mate a los dos.
Yo- Aroa tú no quieres matarnos.
Ar- Aroa Raquel, llevo años queriéndote en silencio, aguantando toda la mierda de tus ex's. ¿Para qué? ¡Para nada! -escuché dos disparos ensordecedores que me dieron directos en el abdomen, haciendo que cayera al suelo. Pude ver como esta se sorprendió, no sé por qué apretó el gatillo, pero pude ver arrepentimiento en su cara. Jose corrió a mi lado.
J- Raquel, Raquel aguanta. Voy a llamar a la ambulancia.
Yo- No... Alicia, llama a Alicia. No llames a la ambulancia. No puedes llevarme al hospital, me buscan en España por fraude, se supone que una... una banda me... tiene secuestrada...
J- ¿cómo?
Yo- Te... te prometo que te lo contaré todo, pero por favor... ayúdame.
J- Vale vale llamaré a un doctor privado, podemos comprar su silencio pero será muy caro.
Yo- El... dinero no importa... llama... -taponé como pude mi propia herida, Aroa había tirado el arma y había salido corriendo de la casa. Yo luchaba por mantenerme despierta.
J- Hola
...
Sí, dos heridas de bala, una con orificio de salida y la otra no, en el abdomen, sí...
...
Por favor vengan rápido
...
Vale vale vale. Por favor no tarden.
Yo- Jose...
J- en menos de quince minutos estarán aquí, por favor Raquel aguanta.
Yo- Alicia, llama a Alicia Jose. Si me pasa algo quiero que sepa que la quiero.
J- Raquel no te va a pasar nada, va a llegar el doctor.
Yo- llámala. -No paraba de pensar en que había sido una imbecil, no tenía que haber dudado de Alicia, tenía razón, tenía razón en todo y yo simplemente la juzgué sin creerla. Era una novia de mierda.

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