Me despertó el sonido del teléfono de Alicia, que me hizo volver a la realidad al ver "Llamada entrante de Tamayo" en la pantalla iluminada.
A- Pon el altavoz... -dijo aún media dormida y sin moverse de la posición en la que estaba.
T- ¡Alicia! ¿Donde carajos estas? Llevo días llamándote y me sale que tienes el teléfono apagado.
A- Buenos días a ti también.
T- Necesitamos tu ayuda.
A- Estoy apagada y fuera de cobertura, llama en seis meses.
T- Déjate de tonterías, habíamos localizado a la banda y se nos escaparon entre los dedos. No sabemos dónde está Raquel ni si sigue viva, ni si ha vuelto con ellos... no sabemos nada.
A- ¿qué quieres?
T- Que la localices.
A- ¿te crees que le he puesto un chip?
T- Siempre habéis sido tal para cual, seguro que si te esfuerzas la encuentras.
A- Tamayo... Tamayo. Estoy de baja por maternidad. Busca a otra inspectora.
T- Joder Alicia. Ya conseguiste mangonearla una vez, puedes hacerlo otra si la encuentras. Te necesitamos.
A- Mucha mierda. -tras decir eso colgó el teléfono y resopló.- Nunca va a dejar de dar por culo. -dijo volviendo a cerrar los ojos.
Yo- ¿mangonearme? -dije sorprendida.
A- Sí, se refiere a cuando conseguimos que traicionaras a la banda.
Yo- ¿perdón? -No daba crédito a lo que oía.
A- Deja de sacar conclusiones. Él no sabía que habías vuelto con nosotros hasta que yo se lo dije y él pensó que lo había conseguido manipulándote. -dijo despreocupada, pero yo no sabía que pensar.
Yo- Alicia mírame. -dije seria- ¿me utilizaste solo para coger a la banda? -esta vez no estaba enfadada, estaba triste de pensar que eso podía ser real.
A- Raquel, ¿te crees que si hubiera sido así estaría aquí contigo?
Yo- Pero dejaste que Tamayo pensara que me habías manipulado con ese único fin.
A- ¿qué querías que le dijera?
Yo- No lo sé... -Ella se levantó y se sentó en la cama.
A- Raquel, no puedes dudar de mí en esto.
Yo- Lo sé, lo sé lo siento...
A- No tienes que sentirlo, solo no creerte las palabras envenenadas de Tamayo. Le dije eso porque quería que te readmitiera. Raquel si no le importaras no estaría aquí. -sus palabras sonaron sinceras y realmente sentía que lo eran.
Yo- Tienes razón. -me acurruqué a su lado y ella me abrazó.
A- No te voy a dejar sola.
Yo- Yo tampoco. -estuvimos un rato abrazadas pensando cada una en sus cosas.- Ya que estamos despiertas podríamos aprovechar el día, pedir un coche e ir a explorar.
A- Tengo sueño. -dijo casi haciendo un puchero.
Yo- Venga, será divertido. -le di un beso y entré a ducharme, decidí ponerme un pantalón corto y su suéter largo, en memoria a aquellas épocas, cuando la vida era otra cosa.
Me puse un poco de mascara de pestañas y poco más, me peiné un poco y salí del baño.
A- Nunca vas a dejar de cogerme la ropa. -bromeó.
Yo- Nunca. Venga arriba. -me subí sobre ella y la meneé un poco.
A- Son las seis de la mañana Raquel...
Yo- Mejor, así vemos el amanecer. -se tapó la cara con sus manos y yo comencé a hacerle cosquillas.- Venga vamos. -en un movimiento me dejó debajo de ella.
A- ¿quién se ríe ahora?
Yo- ¿para eso no estás cansada?
A- Muy graciosa. -cogí su cara haciendo que me besara. Nos separamos por la falta de aire y notamos cómo se abría la puerta de la habitación.
Alicia se quitó rápidamente de encima de mí y yo me senté en la cama.
P- Mamá me has despertado ¿qué hora es?
Yo- Es temprano aún, ¿quieres volver a dormir o ir a explorar el sitio?
P- ¡Explorar!
A- Está claro que la energía viene de familia, visto que sois dos contra una. Me voy a duchar. -Alicia saludó a Paula y se fue a la ducha.
P- Mama voy a ducharme también.
Yo- Espera que voy contigo.
P- No mamá yo puedo sola.
Yo- Bueno, pero no cierres la puerta y llámame si necesitas algo.
P- Vale. -se fue muy feliz de la habitación. Ibiza comenzó a llorar y por el olor deduje que hacía falta que le cambiaran el pañal, a si que lo hice y se quedó tranquilo como un angelito, había sacado los ojos de su madre. Era verdaderamente precioso.Fuí a ver cómo estaba Paula, la cual ya se estaba secando.
Yo- ¿necesitas ayuda?
P- No mamá, ahora voy a coger mi ropa.
Yo- Vale cielo. -salí de su habitación y me dirigí a la mía, donde estaba Alicia envuelta en una toalla rebuscando entre la ropa.
A- No sé qué ponerme.
Yo- Todo te queda bien.
A- Muy graciosa, creo que esto. -dijo cogiendo unos pantalones largos de licra y una camisa ancha.
Yo- Lo veo bien... espera, ¡esa camiseta es mía!
A- Tú te pones lo mío, yo me pongo lo tuyo.
Yo- Es justo. -se cambió mientras yo bajé a hacer el desayuno y a llamar para que nos trajeran un coche.
P- Mamá ya estoy lista.
Yo- Que guapa, he hecho tortitas.
P- Bien.
A- Que bien huele. -dijo entrando a la cocina.
Yo- Tortitas de plátano. ¿Quieres?
A- Por favor. ¿Has pedido el coche?
Yo- Sí, por ahora solo lo he alquilado. Nos lo deberían de traer en una media hora.
A- Genial.
P- Coche nuevo... casa nueva... ¡me encanta!
A- A mí también. -dijo acariciando la cabeza de Paula y sonriéndome.
P- Esa camisa es de mamá. -le dijo.
A- ¿ah sí? Pues tu mamá tiene muy buen gusto. ¿Te importa que se la coja?
P- No, a ti te queda mejor.
Yo- Oye. -dije riendo, haciéndome la ofendida.
P- Es la verdad mamá. -entre charlas y risas terminamos el desayuno, me encantaban estos momentos.
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CATARSIS
RomanceMe hace sentir huracanes en el estómago. Catarsis, simbiosis, orgasmos... Es mi veneno, pero mi único antídoto. Sus ojos son el delirio en el qué pasaría el resto de mis días, como si de ese modo, la realidad fuera a doler menos. Esta historia trat...