Un alma rota [AU's de Undertale X Reader]

Capitulo 74

Secreto descubierto
***

Ninguno despega la mirada del otro. El silencio es estremecedor, aún el terror en mi alma me ahoga al intentar respirar.

—Me doy cuenta lo que te paso— me habla como si realmente supiera.

—No sabes nada, no me conoces— por fin salen las palabras.

—No es necesario cariño, puedo verlo— odio escucharlo, odio su voz.

—¡No me llames asi!— no le creo. Pero anidan más dudas que otra cosa.

—Bien, no lo haré. Pero debes entender que en cada universo somos distintos—.

—Quien te daño no está en este mundo— tiene razón.

—No tienes que estar sola en esto— fui bajando el cuchillo.

—¡No sabes nada!— levanté el arma para tratar de encestarle el cuchillo.

—Se que te violaron— y me detuve en seco antes de rasgar su pecho.

—¡No! Tu no... Tu eres él— .

—No cariño, yo no fui ese monstruo que te hirió, soy alguien mas— le mire sin entender, confundido.

—¿Cómo?— mi mente divagaba.

—¿Cómo lo sabes? ¿Como sabes lo que me hizo?— apenas había notado que estaba ya frente mío sosteniendo el cuchillo.

—Lo ví en tus ojos— su mirada era ¿Triste? Pero volví a retroceder de un sobresalto para darme cuenta que estoy desarmada.

El cuchillo yace en sus mano, y solo retrocedo mas, para darme cuenta que estoy atrapada en una esquina al tocar con pared, frente de alguien que podría herirme muy fácil.

Dejo el cuchillo en la esquina de la habitación. Mi terror es mayor sin nada con que defenderme.

—Señor, aún siguen esperando fuera— tocaron la puerta y la voz de una mujer sonó del otro lado. Cierto, la maestra Alphys y Papyrus están fuera, había olvidado la fiesta.

La persona de fuera al no escuchar respuesta intento girar la perilla, y tocó con fuerza y desesperado.

—¿Se encuentra bien, señor?— seguía tocando y el solo se recargo en la puerta.

—¡Estoy retocando mis engranajes!— dirigió su mirada a mi.

—¡En un momento salgo!— los pasos se alejaron y quitó el seguro de la puerta.

—No soy nadie para decirlo, pero nadie en este mundo es culpable de lo que te sucedió— tomo el cuchillo y lo dejo en el tocador.

—Si pudiera, habría acabado con esa versión mía, el que te daño— me dió la espalda al abrir la puerta.

—Pero por lo que veo, ya te encargaste— me miró, perecia que contenía una ira incontrolable al cerrar uno de sus puños.

—Yo mismo me hubiera encargado— sonrió y salió cerrando la puerta.

Las lágrimas se derramaron de nuevo, encogí mis rodillas y me recargue en mis brazos ¿Porque son tan buenos conmigo? ¿Porque querría manchar sus manos por mi? Iba a matarlo sin dudarlo, pude ver qué lo sabía.

"Lo que vio fue a una niña asustada, no un asesino, y sintió compasión".

¿Hasta ahora apareces? Creí que me hablarias, me dirías que no lo hiciera.

"Presentía que debías enfrentarlo por ti misma, no era algo en que debiera interferir".

Miraba el camerino y los perturbadores recuerdos aflora con asco, sin embargo al recordar sus palabras, <si pudiera habría acabado con esa versión mía, el que te daño>

Entonces ví con más atención el camerino, era diferente al suyo, era más colorido y alegre, los adornos eran incluso elegantes, el aroma a perfume era distinto; dulce y suave. Pensé en la fiesta y en el trato, realmente es diferente.

—Espero que mamá se esté divirtiendo en la fiesta— pensaba en como Alphys estaría feliz de estar entre ellos. Entre su familia.

¿Mamá? golpeó mi cabeza al darme cuenta lo que dije ¡Claro que no lo es! es mi maestra, no mi mamá. Ella está lejos en algún lugar lamentando mi nacimiento.

—Mamá— escuchó unos pasos aproximarse y entrecerró el ropero pero apenas veo el cuchillo y corro a tomarlo, la perilla gira y regreso a mí escondite apenas alcanzando a cerrar la puerta.

—Te lo dije ayer para que tuvieras cuidado— entro un joven humano, sacudió su cabello café y tallo su cara frustrado.

—Lo se, pero no creí que fuera a pasar, vivo aquí cerca— un chico entro bufando al sacudir sus manos sin soltar su escoba.

—Por eso te decía que fueras por el cementerio, en ese lugar no hay alma valiente que vaya— empezó a tocar el tocador con el spray y proceder a pulir cada perfume del tocador.

—No me quitaron mucho de igual manera—Se dirigió a la esquina donde me encuentro escondida y este empezó a barrer.

—No sé si estábamos mejor con los asesinatos o con los crecientes asaltos— mi mente divagaba, jamás puse atención a nada.

—¿Estás loco? Se que cuando estaba ese asesino ya no asaltaban, pero el como encontraban los cuerpos mutilados...— el silencio solo era interrumpido por la escoba mientras barría.

—Si, a mí igual me daba miedo salir pensando que podría ser mi último día de vida— ambos chicos se miraban.

—Aun que mi cartera lo reciente mucho— ambos empezaron a reír, fue un pésimo chiste, pero parecían nerviosos. Uno de ellos caminaba hacia el ropero, y yo sostenía con fuerza el cuchillo.

—Oye, Mettaton me pidió que no limpiemos su ropero el día de hoy, que él ya se encargo— ví que el chico se encogio de hombros.

—Bueno, menos trabajo— y se alejo.

—Ya termine aquí, vámonos— ambos chicos salieron alcanzando a ver su carro de limpieza. Recogieron la basura del camarote y cerraron. De nuevo sola.

Media noche y las luces se apagaron, quedé a oscuras. Salí del armario y guarde el arma para abrir la puerta, se escuchaban murmullos y veía como las luces se iban apagando en los demás pasillos.

Tome una de mis pastillas y me retire, debía regresar.

Las 12:07, fui a la cocina, lave el cuchillo y lo dejé en su lugar. Me quite la sudadera al caminar a mi habitación, lo lance a la cama para quitarme la playera y el pantalón y cambiarme por la ropa que la maestra Alphys siempre me trae.

Mire la pequeña araña este estaba aún durmiendo, nunca se dió cuenta de mi ausencia, y solo me propuse en ir a dormir, sin dejar de pensar lo que sucedió hoy.

Veía el reloj avanzar pero no conciliaba el sueño, cambiaba de lugar, me sentaba y después me volvía a acostar, pasaba de las 3 am, y la noche parecía eterna. La temperatura bajaba y el frío empezaba a afectarme. Estaba cansada. Solo quería dormir y olvidar lo que pasó.

"Si solo pudiera olvidar".