Un alma rota [AU's de Undertale X Reader]

Capitulo 72

¿Amigo o enemigo?
***

—¿Cuánto más debo esperar para salir?— los papeles aún no están listos, las clases aún no empiezan y los días parecen cada vez más largos.

Me encuentro en mi cama sentada mirando la foto de un denso bosque, esto es demasiado agotador mientras soy observada en silencio por esa pequeña araña.

—¿Quieres preguntarme algo?— han pasado horas desde que Alphys se fue y aún no parece calmarse.

—¿Que harás conmigo?— ¿Porque no deja de preguntar lo mismo?

—¿Alguna otra duda?— no dijo más.

Las siguientes horas fueron igual, empezó a ser más tarde y mi estómago gruñia, fui por las sobras de anoche. Serví dos platos, uno para mí y otro pequeño, deje el pequeño frente de la araña y me senté a comer.

Miraba de nuevo la fotografía.

—¿En que estación del año estamos?— empecé a hablar al aire.

—Alphys desconecto las cámaras y el comunicador, se deciso de todo lo que tiene que ver con el exterior por alguna razon— ya tiene mucho de eso, no se cuanto.

—Creo que solo es para evitar a Undyne, así que perdí la noción del tiempo— ya ni si quiera se cuanto tiempo llevo aquí, es confuso al no ver el sol. Deje colgando mi cabeza de la cama y subí los pies a la pared de metal provocando un ruido en eco. Miraba la otra pared, esperando que el día vuelva a acabar.

—Estamos en otoño aun—  mire a la pequeña criatura, está se encontraba en una esquina de su prisión, como ella lo llama, sin quitar su vista de mi.

—¿Cuántos otoños llevaré aquí?— seguí preguntando, esta vez hubo silencio, sin embargo solo eran dudas existenciales sobre ese momento de mi vida, o solo palabras para romper el silencio que tanto me aterra.

—¿No puedes salir?— suspiré al escucharla.

—No, no puedo, debo quedarme— miraba la pintura del cielo en el techo, imaginando sentir la brisa.

—Estas atrapada aquí ¿Como yo?— sonreí divertida.

—Realmente no estás atrapada, puedes irte en cuanto estés bien— la vi levantarse llena de alegría.

—¿En serio?— solo asentí.

—No eres como crei que serias— parecía más tranquila.

—Alla arriba contaron muchas historias sobre el demonio con máscara, un monstruo que mataba a quien se atravesaba en su camino— me levanté de la cama y camine a la mesa donde se encuentra ella.

—No están lejos de la realidad— me senté en la silla para quedar frente de ella, quien quedó en silencio.

Ví la hora, aún debía de estudiar, así que era mejor ir por algunos libros para no atrasarme más de lo que estaba.

—Ya regreso—

—No me dejes aquí sola— apenas me estaba levantando la mire, aún parecía temerosa, ya no sé si a este lugar extraño o a mi, quizás a la soledad o es por el estar lejos de su casa. Tome la pecera y la lleve conmigo hasta mi espacio de estudio.

—Cuantos libros ¿Los leíste todos?— la dejé en la mesa.

—Aun no, pero no hay mucho que se pueda hacer aqui— tome uno de los libros y empecé a repasar mis apuntes.

—¿De que es el libro que está ahí?— me di cuenta que señaló uno en el que estaba recargando mi brazo.

—¿Este? Es de filosofía— lo tome para mostrárselo.