Capítulo 22.

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Harry despierta a medio día con un dolor de cabeza horrible, se sentía tan desorientado y deshidratado.

Se levanta de su cama con pesar y camina a través de su departamento para tomar un vaso de agua.

Cuando el frío líquido se desliza por su garganta se siente un poco mejor, pasa sus manos por su cabeza y suelta un pequeño bostezo, iría despertar a Louis.

Refriega uno de sus ojos y golpea la puerta de la habitación de invitados, apoya su frente sobre esta y espera pacientemente, no había respuesta.

Vuelve a golpear y espera en silencio, frunce su ceño y abre la puerta, pierde la respiración cuando nota que la habitación está vacía e intacta.

No había rastros de Louis.

Ingresa a la habitación y se sienta en el borde la cama, estaba intentando hacer memoria de lo que había ocurrido ayer, si tan sólo no hubiera bebido tanto.

Se estira en la cama y cierra sus ojos, pequeños flashbacks invaden su mente.

Tragos, Dean, lágrimas, Louis.

Abre sus ojos y los fija en el techo, ya recordaba lo que había sucedido, siente como su pecho se oprime y las ganas de llorar lo invaden.

No podía creer como nunca se había dado cuenta de los sentimientos de Louis y el hecho de ponerse en su lugar en el momento de ayer, en dónde posiblemente lo vió besarse con alguién más.

Eso destruiría a cualquiera y destruyó tanto a Louis como para que este se fuera en medio de la noche en un País que no conocía.

El sentimiento de ahogo no le permite respirar correctamente, se sienta en la cama y se abraza a sí mismo, lame sus labios y siente el sabor salado de sus lágrimas.

Como si fuera una línea de tiempo comienza a recordar todos los momentos vividos con el ojiazul.

Recuerda como su cabello castaño era tan suave al tacto, sus ojos azules que lo observaban con un brillo característico, esa adorable risa, su ceño fruncido cuando no lograba entender algo, como lastimaba sus labios cuando estaba nervioso, como acariciaba su cuello cuando estaba cohibido.

Su sentido de el humor, sus incoparables pasos de bailes, sus suaves y pequeñas manos, su amabilidad la mayoría de el tiempo, sus chistes sin gracia y claro esa maña de tomar siempre jugo.

¿Cómo no lo había notado antes? Si hubiera notado los sentimientos del castaño hubiera aceptado con más rapidez los suyos.

Miérda.

→|♧♧♧|←

El ojiazul desliza su maleta a través de el aeropuerto, aún faltaba media hora para que saliera su vuelo de vuelta a Londres por lo cual no le quedaba de otra que esperar.

Se sienta en una banca y suspira para luego sacar su celular y como si ya no hubiera sufrido lo suficiente, comienza a revisar la carpeta que tenía contenido de él y Harry.

Pestañea un par de veces para desaparecer sus lágrimas y pasa su mano derecha por debajo de sus ojos, inhala profundamente y luego bota el aire retenido, bloquea su celular y lo vuelve a guardar.

Su mirada se mantiene fija en el suelo reluciente de el aeropuerto, intentaba mantener su mente en blanco e incluso distraerse con cualquier cosa, pero por más que lo intentara esos preciosos ojos verdes seguían en su mente.

Tenía que olvidarlo, lograría olvidarlo y esta vez sería definitivamente.

Aborda el avión cuando anuncian su vuelo, no veía la hora de enterrarse en su cama y escapar de el mundo por un par de días, una idea cruza su mente, quizás darle una visita a su familia y desconectarse de todo le serviría un montón.

Sí, eso exactamente iba a hacer.

Heartbreaker Boy |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora