Heartbreaker Boy |Larry Stylinson|

Capítulo 34.

Se sentía extraño estar otra vez en el aeropuerto, era triste saber que esta vez la ida era definitiva, Harry miraba la pantalla frente a él estando estando atento a cualquier llamado.

Louis estaba acurrucado sobre su pecho mientras tomaba un jugo natural para mantenerse calmado, sus mejillas seguían húmedas por el rastro de lágrimas.

El ojiverde deja por tercera vez un pequeño beso en la frente de el ojiazul y el corazón del castaño se oprime ante eso, no quería que se fuera, pero sería egoísta de su parte pedirle que se quedara.

No podía simplemente pedirle que dejara todo en Francia y se quedara con él.

Harry tenía a su familia, amigos, estudios, su propio departamento allá, su infancia, adolescencia y proximamente adultez, no podía, simplemente no.

De todas formas el ojiazul no se sentía lo suficientemente valiente para decir algo así.

Niall, Zayn y Taylor ya se habían despedido de el ojiverde, Harry los había hecho prometer que irían a visitarlo así como el francés los visitaría a ellos.

Quedaron en buenos acuerdos.

El altavoz suena fuerte y claro, había llegado el momento.

Louis se levanta de las piernas de Harry y lo deja levantarse, el ojiverde lo mira por un momento y lo abraza con fuerza, Louis oculta su rostro en su pecho y se resguarda ahí, tomaría todo lo que le diera Harry, se aferraría a lo que fuera.

El rizado levanta su menton con una de sus manos y se inclina para besarlo.

—No llores... Volveremos a vernos— susurra cálidamente sobre los labios de el ojiazul.

—Se sentirá como una eternidad, te extrañaré tanto.

—Y yo a ti, ahora quiero ver una pequeña sonrisa sobre tus labios, se me parte el corazón al verte así— Louis respira hondo intentando calmarse y Harry deja un beso en la punta de su nariz— te amo, hablaré contigo cada vez que pueda.

El último llamado se vuelve a escuchar y antes de que sus manos se separaran, Louis logra decir:

—Yo también te amo, no lo olvides.

Harry le entrega una última sonrisa antes de besarlo otra vez, se da media vuelta, su maleta era arrastrada y Louis solo puede ver su espalda desapareciendo.

Un frío recorre su espalda y se siente tan mal que otra vez tiene que sentarse, Niall se sienta a su lado, Taylor en el otro y Zayn se agacha frente a el.

Los tres estuvieron pendiente, sabían que Louis se pondría de esa forma.

El ojiazul mantiene la mirada en el suelo y juguetea con la pajita de plástico de su jugo, Niall palmea su espalda y se levanta.

—Vamos a comer algo, como dicen por ahí, estómago lleno corazón contento— Louis se levanta sin replicar y sigue a sus amigos, sorbe por última vez el jugo natural que le había dado Harry y rompe en llanto, se lo había terminado muy rápido, no tendría más jugos naturales preparados por él.

—Pero Louis— Taylor lo abraza y siguen caminando a través de el aeropuerto.

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—¡Harry!— Liam movía sus manos de un lado a otro intentando llamar su atención, algo totalmente innecesario porque la altura de su mejor amigo no era algo fácil de ignorar.

Dominic baja los brazos de Liam y rueda los ojos, saluda con su mano y le da una sonrisa cálida, Harry se acerca hasta a ellos y los rodea a ambos con sus brazos, los había extrañado.

—Max y Travis están dando un exámen ahora mismo, Dean fué a comprar algo para comer— murmura Liam y Harry asiente ante eso.

—¡Harry!— unos brazos se envuelven alrededor de su cuerpo y es inconfundible ese olor, Dean lo estaba abrazando— ¿qué tal el viaje? Miérda amigo, te extrañé.

Harry ríe ante eso y revuelve la cabello pelinegro de su amigo.

—Yo también te extrañé, idiota— Dean rueda los ojos y se separa del cuerpo de Harry, les entrega los encargos correspondiendo a Dom y a Liam— Dean, tenemos que hablar.

—Harry... Ya lo sé ¿está bien? Me sentí muy mal al día siguiente cuando supe lo que había causado, pero si te soy sincero no recuerdo absolutamente nada— murmura con suavidad y Harry conocía esa mirada, estaba diciendo la verdad, Dean era una persona muy fácil de leer— cometí un error y lo lamento tanto... Me gustaría disculparme con Louis algún día, de los pocos recuerdos que tengo, se notaba que era alguién adorable.

—Lo harás, igual fué culpa mía.

—Más mía que tuya— contraataca el pelinegro y Harry ríe ante eso, siempre estaban contradiciendose.

Realmente les habían hecho falta.