Capítulo 24.

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—Déjame ver— Liam toma la carta de entre las manos de Harry y comienza a leerla— no, está horrible, cámbiala.

—Gracias— el ojiverde murmura sarcásticamente y rueda sus ojos, arranca el papel de las manos de su mejor amigo, lo arruga y lo lanza al tacho de basura.

—Yo creo que deberías intentar con notitas— Harry pone su atención en Liam y le hace un gesto con su mano para que prosiga— ya sabes, cuando no esté prestando atención se las dejas en su mochila.

—Es una buenísima idea— Harry sonríe ampliamente— no eres tan estúpido como pensaba.

—Tú me superas.

—Oh cállate— el ojiverde toma sus post it y comienza a escribir pequeñas frases en cada uno, así tendría varias notitas para dejarle a Louis una vez que volvieran a clases.

—Oye Harry... — el recién nombrado levanta la mirada hacia Liam y lo mira expectante.

—Arriésgate por ese chico, no te rindas tan fácilmente, se nota que realmente le gustas, incluso está enamorado de tí, no lo negó en la mesa del club— Harry pierde el aliento y muerde su labio inferior— y a la miérda la distancia, encontrarán una solución.

El ojiverde asiente, ese era su único miedo, era una distancia inmensa y temía que no funcionara, aunque ahora ya no tenía nada que pensar, lo intentaría por Louis.

—Gracias, Li.

—Para eso estamos, Hazz.

→|♧♧♧|←

—Neumonía— responde el ojiazul y su madre sonríe ampliamente.

—Eres increíble, serás un gran doctor algún día.

—Gracias— el ojiazul se inclina hacia la pequeña mesa de centro y toma una galleta para darle un suave mordisco, no había nada mejor que las galletas que preparaba su madre.

—¿Y ahora me explicarás porque tus ojitos se ven tan tristes?— Louis deja de masticar la galleta y alza sus ojos hacia Johannah, arruga su nariz y esta todavía sigue viéndolo de forms interrogante.

—Mamá...

—Mamá nada, te conozco.

—Bien... Hay un chico— escucha la exclamación de su madre y al instante ella estaba a su lado esperando cada detalle— pero no siente lo mismo que yo.

—¿Cómo sabes eso?

—Lo ví con alguien más— la mujer asiente y pasa su mano por la espalda de su hijo en suaves caricias.

—¿Hablaste con él sobre tus sentimientos?

—Sí.

—¿Y qué te dijo?

—Nada.

—¿Qué? ¿por qué no?— detiene sus movimentos en la espalda de Louis y lo ve expectante.

—Estaba borracho.

—Oh...

Louis baja la mirada y muerde su labio inferior, no quería recordar eso, pero de alguna forma necesitaba un consejo de su madre.

—Cuando estamos borrachos tardamos más tiempo en procesar todo, ¿lo viste con alguién más cuando estaba ebrio?— Louis asiente— creo que deberías hablar con él cuando esté en todos sus sentidos.

—El tema es que no quiero volver a hablar con él.

—Está bien amor, nadie te puede obligar a nada— se inclina y deja un beso en su castaña cabellera— pero siempre podras llorar en mis brazos ¿lo sabes cierto?

—Sí...

—Entonces ven aquí— el ojiazul sin dudarlo se inclina hacia a su madre y se acomoda entre sus protectores brazos, cierra sus ojos y se deja ir, sentía que nunca iba a sanar.

Heartbreaker Boy |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora