Nueva esperanza

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Un sonido me despertó, era el de mi teléfono con una llamada entrante, suspiré tallando mis ojos y me incliné para luego bajar mis piernas al piso pero seguía sentada en mi cama.

Mi mirada cambió en dirección a mi mesita de noche y mi cara paso de ser cansada a una animada. Era mi mejor amigo quien llamaba. Contesté.

— ¡______!, ¡al fin contestas! Por un momento creí que tú avión se había estrellado. —Dijo en un tono burlón.

—Pues malas noticias para ti, porque estoy bien; con todo mi cuerpo ileso. —Dije en tono sarcástico mientras me levantaba de mi cama y salí de mi habitación para ir a la cocina.

—Vaya, viniendo de ti si es una novedad, atraes muy mala suerte para ser solo un duende.

—Ja Ja, muy gracioso me saliste. ¿Acaso no me extrañas? —Fingí tristeza.

— ¿Cómo no voy a extrañar a mi enanita preferida? Mi pequeño saltamontes, claro que te extraño. —suspiré de alegría.

—Pero bueno. ¿A qué llamaste? No me digas que de nuevo no encuentras tu celular. —cambié el tema.

—Ay, tonta. ¿Entonces como crees que te estoy marcando? —Replicó con sarasmo.

—Pues eso no pensabas aquella vez que estábamos es tu departamento, y con tu linterna lo buscabas. —Comencé a carcajear, me tocaba mi estómago con mi mano desocupada y escuché como hizo un pequeño gruñido.

— ¿Cómo que la distancia te está afectando más de lo que ya estás no? —Me decía en un tono enojado pero sabía que estaba bromeando.

Pasaron dos horas y seguíamos hablando, mi cuerpo ya estaba de nuevo recostado, pero está vez en mi sillón. Nunca me cansaría de tener estás charlas tan largas a su lado, carcajada tras carcajada, broma tras broma.

—Bueno ______, te dejo. Tengo un proyecto y no he hecho nada de él. —Suspiré.

—De acuerdo Leito, te entiendo. Hablamos después ¿ok? No te olvides de mi existencia. —repliqué con mi típica voz de perrito regañado.

—Eso jamás. —Dijo con dulzura.

—Cuídate, y haz tu trabajo. O yo misma me encargo de que lo hagas. —Dije en tono amenazante.

—Sí, sí, tú siempre asustándome con tu diminuta estatura.

—Adiós grandulón. —Colgué, retiré mi celular de mi oreja y una lágrima  salió de mi ojo. Recorría tan lento mi mejilla que solo me hacía sentir más triste.

Tal ves, el irme de ______(tú país) no era la mejor opción, tal ves tenía que quedarme con mis padres. Pero el cambió ya está hecho, estoy en Londres y estudiaría en una muy buena universidad; "Imperial College London". Nunca me imaginé en una escuela como esas, pero mi gran rendimiento y excelentes calificaciones habían ayudado de mucho a qué me aceptarán con una beca del 90% de colegiatura, lo sé, ni yo me creo eso. De tantos alumnos me eligieron a mí.

Pero a pesar de eso mis padres no tenían mucho dinero para un departamento más grande que en el que estoy, no pido nada más, pero en donde vivo ahora es muy pequeño. Aunque acogedor.

De un momento a otro, un pensamiento apareció en mi mente, ¿qué iba a comer? No tengo nada de comida; me levanté, cambié y salí de mi departamento

(...)

Ya estando en el centro comercial comprando despensa, pasé por los refrigeradores que contenían leche y demás yogurt en contenedores.

Pasé a la parte de frutas y verduras, luego a la parte de embutido y carne, y finalmente al pasillo de vinos. No amaba el alcohol, pero el vino no me hacía efecto alguno cuando lo tomaba. Tomé el más barato que encontré pero eso no quitaba que fuera exquisito.

Llegué a la caja y pagué con una tarjeta que mi padre me había regalado, y metí todos lo productos en una bolsa de súper de tela.

Cuando salí del centro comercial iba a un paso más lento, no había razón para caminar de prisa. De pronto, en una de las paredes de un bello restaurante mis ojos divisaron un pequeño cartel con las letras: "Se solicita personal autorizado para mesero o mesera" ¿Sería una oportunidad para sacar más ingresos y tener más dinero del que podía tener a mi alcance?

Tome uno de los números que debajo del cartel colgaban y lo arranqué. Me sentía preparada, nunca había sido mesera, pero, ¿qué podría salir mal?

_______________

¿Qué les pareció?

Pronto saldrá Tom, por el momento me quería concentrar en _____ y su mejor amigo, que ahora saben, se llama Leo, diminutivo de Leonardo.

Estos primero capítulos serán más cortos ya que son como un "Piloto".

El detrás de mí pasado. (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora