Impresión

1.4K 97 33
                                    

Tom.

Mis ojos ya no estaban cerrados, la luz proveniente de mi ventana hizo que los abriera a un paso lento pero era tanto mi sueño que no tenía ánimos de levantarme y seguí durmiendo. De pronto, escucho unos pequeños golpes que venían de mi puerta. Era mi hermano pequeño Paddy.

—Tom, despierta. —Dijo del otro lado de la habitación temeroso.

—Paddy... Es Domingo, podemos dormir hasta tarde. —Dije mientras me cubría mi cuerpo con la sábana y mi rostro con la otra almohada a mi lado.

—Lo sé hermanito, pero quería saber si podemos ir a jugar a la cancha básquetbol. —Preguntó temeroso.

—De acuerdo, bien. Pero solo un rato, quiero llegar a descansar un poco más. —Dije levantando mi sábana y mi almohada de mi cuerpo.

— ¡Claro que sí, hermanito! —Sus pequeñas pisadas sonaban y retumbaban en el piso.

Me di un baño exprés, solo quería refrescar mi mente. No pensaba en nada, solo en bañarme, como si mi mente se hubiera despejado por si solo.

Salí de la regadera, tomé mi toalla del colgador a mi lado y lo coloqué alrededor de mi cintura. Abrí la puerta del baño, busqué mi ropa interior y como sabía que solo saldría a jugar con mi hermano me puse un buzo gris y una camiseta de cuello redondo negra junto con unos tennis deportivos del mismo color que mi camisa; me peiné solo con mis dedos pasando por mí cabello y salí de la habitación, no sin antes acomodar mi cama; y partí camino a la de Paddy para decirle que estaba listo.


***

_______

Mi alarma me despertó. Maldigo el momento en que puse una alarma y más en un día como hoy, Domingo.

Me levanté de mi cama, acomodé mis sábanas y me di cuenta de que traía la misma ropa de ayer. Fui a mi armario, y de el saqué un corto pero lindo short de mezclilla blanco junto con una blusa negra y un cárdigan de de tela de algodón gris. Agaché la mirada y vi mis tenis Vans y unos botines negros de tacón bajo. Me decidí por los Vans. De peinado, decidí dejarlo suelto, no hacía frío pero a pesar de que el cielo estuviera soleado la temperatura era un poco fresca.

Salí de mi cuarto y me dirigí a la cocina. Saqué la leche de mi pequeño refrigerador y un tazón de porcelana de mi mueble/alacena. No hice nada complejo para desayunar, sólo un simple tazón de cereal con leche era lo que comería.

Cuando terminé de desayunar lavé mis trastos y les dejé a qué escurrieran a un lado del lavadero.

Volteé hacia la mesa y la limpié con un trapo; podría ser la chica más nerviosa, ansiosa, temerosa y asustadiza del mundo pero no me gustaba tener en desorden mi departamento.

Cuando terminé con la cocina fui de nuevo a mi habitación y de mi mesita de noche tomé mi celular. Eran las 11:00 de la mañana, y como no conocía nada del lugar, me quedé pensando en que haría todo el día.

Me metí a "Google: Maps" para buscar un lindo parque para ir a caminar, cuando de pronto, una llamada entrante interrumpe mi búsqueda.

— ¿Buenos días? ¿Con la señorita ______? —Era la misma mujer de ayer por la noche, con quién hablé para el puesto de mesera.

—Buenos días. Sí, con ella habla. —Repliqué nerviosa.

—Quería comunicarle que fue elegida para el puesto. La espero está tarde a las 3 en punto para organizar su primer día de trabajo. 

—Claro que sí. Nos vemos a esa hora, en punto. 

—De acuerdo. Gracias y buen día. —Colgó.

El detrás de mí pasado. (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora