EPÍLOGO

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—Déjame ir... —Dije en tono cabizbajo. —Por favor... Diré que me fui, que no fueron ustedes quienes me hicieron esto...

—Esto te lo mereces. —Replicó Camille. —Mi vida ha sido un infierno por tu culpa. Mi madre me odia, mi padrastro sólo vive del alcohol, Leo... ¡Me lo quitaste!

—No es verdad... Fui... Fuiste tú quien... lo alejó. Por tu... culpa él... decidió alejarse... de ti.

—Le metiste ideas en la cabeza de que yo te hacía mal, ¿no es así?

—Yo... él notó que ambas nos... alejamos una de... la otra. Teníamos sólo... 10 años y... —Caí de la silla de donde estaba. —Agua...

—Ten tu asquerosa agua. —Sean la pateó, golpeando con mi cabeza. —Púdrete.

La bebí a tragos enormes. Mi estómago estaba completamente vacío, y lograba ver mi reflejo en los charcos de agua en el piso a una ___ demacrada y blanquecina.

Sollocé hasta quedar completamente dormida. Las lágrimas eran ya nulas; no había nada en mi organismo. Mis defensas bajaron.

— ¿Quieres comer McDonalds, corazón? —Le preguntó Sean.

—Claro que sí, bizcochito.

Salieron del cuarto, azotando detrás de ellos la puerta. El sonido me hacía pensar en que era de metal, pero hueca.

Mi brazalete una vez más brilló con su tono rosado.

Cómo los extraño. Pensé.

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El detrás de mí pasado. (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora